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Los hinchas de la U hicieron llorar a Johnny Herrera en el Nacional
El martes 3 de diciembre Johnny Herrera llegó a entrenar al Centro Deportivo Azul como si se tratase de un día cualquiera como jugador de la U. Su sorpresa fue mayúscula cuando se retiró del recinto un par de horas más tarde. "Me enteré por la prensa. El técnico (Hernán Caputto) tomó la decisión de no contar conmigo. Está todo en orden y nada, la vida continúa", dijo el hasta entonces capitán universitario.

La vida de Herrera efectivamente continuó: volvió a fichar por Everton y este jueves por la tarde regresó al estadio Nacional para enfrentar a su ex equipo.

Aunque el meta optó por guardar silencio en los días previos al partido, la hinchada no se calló apenas lo vio ingresar a la cancha. "Johnny, Jhonny querido, Los de Abajo jamás te olvidarán", coreaban los fanáticos, que desplegaron dos pancartas gigantes: una camiseta con el número 25 y un lienzo con su cara. Herrera respondió al gesto levantando sus manos hacia la tribuna.

Una vez comenzado el partido, el arquero de 38 años se dedicó a hacer rabiar a sus ex compañeros con varias atajadas claves. A Herrera se le veía inspirado, en parte por la presencia de su novia Steffi Scholtbach y su hijo Bruno en la gradería del Nacional.

Su primera intervención llegó a los 9 minutos, luego de un disparo desde fuera del área de Camilo Moya. La pelota tomó un efecto inesperado, pero Herrera la mandó al córner con sus puños. Cinco minutos más tarde, volvió a reaccionar bien frente a un disparo de Joaquín Larrivey en el área chica.

En el segundo tiempo el panorama siguió bastante parecido. La U se encomendaba a algún destello de talento de Walter Montillo o Pablo Aránguiz para inquietar el arco visitante, aunque sin mayores éxitos.

A los 64 minutos, Montillo peleó un balón en la entrada del área y el rebote le quedó a su compañero Aránguiz, quien remató fuerte al primer palo. La mano de Herrera apareció firme y milagrosa en el lugar exacto para repeler el peligro. De esa jugada nació un córner que fue cabeceado por Larrivey y nuevamente contenido por Johnny.

Luego del pitazo final, Herrera saludó a sus compañeros, también a sus ex compañeros, y se acercó a la galería sur para despedirse de la hinchada azul. Regaló su camiseta y le lanzaron otra de vuelta. El portero se quebró, mientras los fanáticos seguían coreando su nombre."Las veces anteriores (que enfrentó a la U) no había sentido un respaldo como me tocó vivir en estos últimos diez años, con actuaciones buenas y malas. Uno se saca el sombrero por esta gente, que es la que se saca la cresta por venir al estadio y muchas veces los excluyen", aseguró el arquero posteriormente en el CDF, aún con la voz entrecortada. "Para mí, ellos son los dueños de este club, no la gente que está arriba y que con tal de recibir unos pesos más cree poder hacer y deshacer", agregó.

Johnny reconoció estar feliz en Everton. "Acá (en la U) no me sentía querido, pero estamos bien en Viña, estoy feliz, disfrutando a mi familia, mis hijos y estamos bien, lata que enredamos un par de partidos", dijo.

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