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Así operaba la banda acusada de robar 33 tiendas del retail

La tarde del lunes, la PDI detuvo en sus respectivos domicilios -en La Pintana y San Bernardo- a ocho hombres y cuatro mujeres. La policía y la Fiscalía Oriente los acusa de robar supermercados y multitiendas del retail desde octubre del 2020 a la fecha.

Al momento de su detención, los sujetos, según relata el subcomisario Manuel Luco de la Brigada Investigadora de Robos Sur Oriente, reaccionaron con tranquilidad. "Ellos juraban que serían acusados de hurto y los dejarían libres. Nosotros teníamos evidencia suficiente para que la Fiscalía los formalizara por robo en lugar no habitado, hurto y receptación y solicitara prisión preventiva. Se sorprendieron cuando se los hicimos ver", dice.

Luco lideró la investigación que culminó con la detención de las 12 personas y que continúa tras la pista de cuatro integrantes aún prófugos, mientras que otros dos sujetos ya estaban en prisión preventiva. "Logramos establecer la comisión de 33 delitos de similares características en distintas tiendas del retail. Se especializaban en el hurto de teléfonos celulares de alta gama y perfumes. También encontramos en su poder relojes inteligentes y celulares. Y en una ocasión robaron en una óptica", expone el subcomisario.

A diferencia de la mayoría de los delincuentes, el grupo no utilizaba armas. "No eran violentos, por eso sólo habían sido acusados de hurto. Once de los detenidos registraban detenciones anteriores", acota.

Pero para Luco el punto más llamativo de la banda es su forma de operar. "Tenían un organigrama bien elaborado y eran bastante ordenados para actuar. El sistema les funcionó. Desde el 2020 a la fecha obtuvieron ganancias por más de 250 millones de pesos", destaca.

A continuación, el organigrama de la banda explicado por el subcomisario Manuel Luco.

Los reclutadores. Después del líder había tres subjefes. "Ellos se encargaban de reclutar a la gente para salir a robar".

La vigilancia. Tres integrantes se quedaban fuera de la tienda. "La misión era vigilar y avisarles a sus compañeros en caso que notaran un movimiento extraño de guardias", revela Luco.

La distracción. El subcomisario explica que al llegar a la tienda elegida, dos mujeres, vestidas de manera llamativa, distraían a los guardias de seguridad. "En ocasiones robaron incluso la llave de acceso a la bodega aprovechando su distracción", relata Luco.

Líder de la banda. Planificaba cada robo y se encargaba de sustraer las especies de las bodegas de las tiendas. Luco detalla que durante el allanamiento "requisamos un objeto, muy parecido al destapador de una cerveza, con el que sacaba las alarmas de los productos".

También reseña que al interior de las bodegas no existía tanto control, ya que se supone "que sólo el personal autorizado lograba acceder a ellas. El tema es que ellos ya sabían cómo ingresar y el mejor horario para operar".

La banda actuaba entre las 19 y 20 horas, "minutos antes del cierre de la tienda. Según me explicaron ellos, la lógica es que cuando la gente está próxima a terminar su turno se apura en cerrar pronto para poder irse".

Salida de la tienda. "Una vez que el líder tenía en su poder las especies sustraídas, se las entregaba en las típicas bolsas de compras a dos mujeres, que debían sacarlas de la tienda sin ser detectadas por los guardias de seguridad". Luco señala que durante el interrogatorio al líder de la banda, este le explicó que "mujeres saliendo con compras no llaman la atención de los guardias, como sí la pueden provocar hombres con bolsas muy cargadas".

El reducidor.  Las especies sustraídas eran comercializadas en el mercado informal y ferias libres. "Uno de los integrantes contactaba a las personas indicadas para que las vendieran en las ferias".

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