Enfrentada al desencanto, la kinesióloga Verónica Roberts (39) había decidido no intentarlo más. Luego de cuatro años tratando de buscar un embarazo que nunca llegó, junto a su marido, el sicólogo Fernando Farias (43), definieron abrazar otras alternativas para convertirse finalmente en padres. Iniciaron así un proceso de adopción, que tenía como paso establecer cierta incapacidad para tener hijos biológicos. En ese escenario, le solicitaron a su médico tratante un certificado de infertilidad, documento que fue emitido el 19 de abril pasado, sólo 5 días antes de que lo improbable se hiciera realidad.
Verónica, ex Miss Chile y antiguo rostro del programa "La Granja VIP", recuerda: "Esa semana me estaba controlando por una anemia que me había dado. Todos esos días me había sentido un poco rara y me acuerdo que estaba así cuando fui a hacerme un examen de sangre. Ya tarde ese día, que nunca se me va a olvidar, el 23 de abril, me llegó el resultado del laboratorio. Entre los datos aparecía que estaba embarazada. Y yo no Io podía creer...".
-¿Cómo reaccionó?
-Le dije a mi marido que me había dado positivo, y él pensó que me había dado Covid-19, jajajá. No entendía nada. Yo le digo "no, mira, me dio positivo, somos tres", y ahí la emoción fue tremenda. Ninguno de los dos lo podía creer. Estábamos como en shock... es que te juro, siento que lo habíamos intentado todo para embarazarnos. Y justo pasó en ese momento. Era increíble.
"Me acuerdo que ella me gritaba desde la pieza, pensé al principio que teníamos que hacer cuarentena, pero cuando vi su emoción recién supe de qué se trataba", interviene Fernando Farías, adentrándose en la remembranza. "Empezamos entonces a mandarle mensajes al doctor, eran como las 10.30 de la noche. El nos pedía calma, pero para nosotros era una alegría enorme, única. Lo sigue siendo hasta ahora", reconoce.
Verónica retoma: "Quisimos comunicar esto después de los tres meses, aunque obviamente la familia ya lo sabía. Yo hoy tengo tres meses y medio. Ya se me estaba notando la guatita y desde que Io comuniqué he recibido mucho amor y apoyo, sobre todo de la gente que sabe cuánto nos ha costado esto".
-¿Puede contar qué hicieron para intentar quedar embarazados, Verónica?
-Nosotros siempre hemos querido ser padres, desde que nos casamos en 2015. En 2018 yo me embaracé de nuestra hija Luna, un embarazo que perdimos, que fue súper doloroso. Tras eso, no me había vuelto a embarazar de forma espontánea. Por eso nos habíamos sometido a tres inseminaciones intrauterinas, entre octubre de 2021 y marzo de 2022. Ninguna de ellas resultó. Nos hacíamos exámenes para detectar qué pasaba y no había explicaciones. Era una infertilidad de causa desconocida. Todo el proceso fue desgastante, súper duro en lo emocional y también fuerte para el bolsillo. Y yo en realidad ya estaba cansada, era duro seguir pinchándome hormonas, soportando las frustraciones. Por eso le dije a mi marido que retomáramos la adopción, justo antes de que quedara embarazada.
-¿Qué va a pasar con el proceso de adopción?
-Nosotros quisimos seguirlo igual, pero la fundación no lo permitió, porque le dan prioridad a las parejas que no pueden tener hijos. Con el embarazo todo cambió. Llamamos para allá y nos dijeron que no, que más adelante.
-¿A qué explica usted que se haya embarazado justo ahora?
-Para mí es un milagro, un milagro de abril, como la canción, jajajá. Mi explicación es esa, nosotros somos súper creyentes, nos habíamos encomendado a la Virgen de la Leche y al niño Jesús de Praga, patronos de la fertilidad. Eso había sido hace mucho tiempo. También creo que pudo ser porque soltamos...
-¿Soltaron?
-Nunca perdimos la esperanza, pero en abril nosotros soltamos, que pasara lo que tuviera que pasar. Y resultó. Puede ser por la ansiedad, el estrés, pero creo que en este caso simplemente Dios dijo que era el momento.
-¿Y cómo va su embarazo?
-Bien, con algo de vómitos y cansada, pero estoy súper contenta. Me da lo mismo todo, ando feliz. Quiero de paso agradecerles a Patricio Stuardo, mi ginecólogo, y a Carolina Ortega, experta en fertilidad, por estar ahí. Y también me gustaría decirle a la gente que está en esta posición que no pierda la esperanza, que sí se puede, que sigan confiando.