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Parlamentario DC fue dado de alta de la UCI del Hospital del Trabajador

La noche del 4 de mayo cuando los paramédicos subieron a la ambulancia al senador DC Iván Flores, luego del choque que protagonizó en el kilómetro 31 de la Costanera Norte, le dijeron que por sus heridas no era posible amarrarlo a su camilla para que quedara inmóvil. El paramédico, entonces, se fue agachado abrazando el torso del senador y pidiéndole a José, el chofer de la ambulancia, que aplicara más velocidad. La hemorragia del brazo derecho de Flores no se veía nada bien. Reducir el tiempo de viaje era vital.

Momentos antes de que el auto se volcara, el senador Flores alcanzó a decirle al chofer del auto "cuidado que hay líquido en el camino". Sergio, el conductor alcanzó a disminuir la velocidad, pero no pudo evitar el accidente que dejó al senador hospitalizado con una fractura en el esternón y con tres injertos en su brazo derecho.
 
"Estuve consciente en todo momento. El auto dio dos sacudones de patinaje y dio un golpe con el costado derecho y se encumbró. Recuerdo que el auto no terminaba de arrastrarse. Sentía que el roce me iba raspando la cabeza como rallando una zanahoria. Quedé metido en un espacio físico donde no quepo, donde van los pies. Quedé metido ahí enrollado con la cabeza encogida", cuenta el senador que el martes fue dado de alta de la UCI del Hospital del Trabajador donde pasó sus días mirando cómo brincaba el segundero del reloj que tenía en la pared frente a su cama.

En las noches, cuando dormía poco, se entretenía mirando por el reflejo de la ventana el monitor de su ritmo cardiaco que estaba a su espalda. También escuchaba la sonata Waldstein de Ludwig van Beethoven. "Cuando el auto se quedó quieto le pregunté a Sergio cómo estaba. Me dijo que estaba bien y le dije que corriera a buscar a unos muchachos de la autopista, porque yo estaba atrapado. En ese momento me di cuenta de que mi brazo estaba en mi espalda y me vi un muñón. Pensé que había perdido el antebrazo y en ese momento me enojé", dice el hombre de 66 años.

Uno de los momentos en que Iván Flores pensó que su vida terminaba fue cuando lo sacaron del auto. "Los muchachos me tomaron del chaleco, me arrastraron y en eso vimos que venía en la pista un camión. Yo les dije: hasta aquí nomás llegué. Arranquen, arranquen , les dije, pero el camión pasó bien y cerraron la pista", rememora Flores y afirma que agradece haber tomado tres decisiones esenciales en medio del accidente.

I. "Una vez que ya estaba tendido les pedí a los muchachos que me hicieran un torniquete, que buscaran un cordel de zapato y les dije que le dieran una vuelta por arriba del codo y entre dos chicos lo apretaron y le hicieron un nudo muy fuerte", explica el senador.

2 . "Después, una vez ya en la ambulancia le pregunté al paramédico cómo se veía la cosa. Me dijo que mal, que estaba perdiendo mucha sangre. Saqué el teléfono y llamé a mi señora y le dije: mira Andrea, voy camino al hospital, pero la situación se ve complicada. Si no alcanzo a llegar quiero que sepas que los seguros están acá y allá. El hipotecario y todo queda todo resuelto . Le dije un par de cosas administrativas y que los quiero mucho", cuenta sin poder contener el llanto al evocar ese momento.

3. "Recuerdo que cuando el auto iba deslizándose por la autopista yo tenía conciencia de que si no seguía encogiendo mi cabeza, iba a ser rallada como una zanahoria por el roce. Agradezco haber tenido esa mente fría", cuenta.

"Saquen el nudo"

Iván Flores es un hombre con sentido del humor. Cuenta que uno de los momentos que hasta hoy no explica fue el siguiente: "Me quitaron los zapatos sin desabrochar y me empezaron a cortar la ropa y, cuando iban a la corbata, les dije saquen el nudo, porque esta es mi corbata favorita. El joven que estaba con la tijera me abrió los ojos como diciendo qué le pasa".

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