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Pareja compró departamento en un remate hace 20 meses y aún no puede conocerlo

La artista visual Carolina Quiroga (35) y su marido, el arquitecto Sebastián Mundi (38), se adjudicaron en mayo de 2020 una propiedad en el mismo condominio donde vivían en un remate. Era un departamento de 120 metros cuadrados y su precio de mercado era de 8.500 UE Ellos pagaron 6.000 UF.

Conseguir precios bajos es el mayor gancho para los compradores en estas subastas, pero existe siempre un riesgo.

"Se compra a ojos cerrados. No tienes la posibilidad de conocer la propiedad, no sabes en qué estado está ni en qué condiciones te lo van a entregar", cuenta Quiroga. "Cuando participamos en el remate, salía que existía la posibilidad de que hubiera ocupantes en el domicilio".

Y así fue. Una vez que ambos figuraban en el Conservador de Bienes Raíces como dueños de la propiedad, fueron a conversar con las personas que habitaban el lugar, que corresponden a familiares cercanos al ex dueño de la propiedad (su mamá y sus dos hermanos), y se negaron a desocupar el inmueble.

"Primero nos acercamos a ellos para llegar a un acuerdo mutuo, y así no fuera un estrés dejar el departamento, pero se negaron. Luego le ofrecimos $3.500.000 (más gastos de mudanza) y también se negaron", relata la actual propietaria.

En agosto de 2021 iniciaron un juicio de precario, que es cuando una persona está ocupando un bien ajeno sin la autorización de su dueño o sin contrato de por medio. Sin embargo, los tiempos judiciales se han extendido por la pandemia.

"Lo que ellos están haciendo es abusar de los tiempos y de los plazos. Nunca pensamos que iba a ser tan largo el trámite para poder sacar a las personas", manifiesta Quiroga.

La contraparte

"Este departamento pertenecía a la madre. El 2014, por problemas económicos, se Io vendió a uno de sus hijos. Su hijo dio en hipoteca este departamento el 2015 y al no hacer frente a las obligaciones hipotecadas, fue demandado por el banco y perdió el departamento", detalla el abogado de los ocupantes de la vivienda.

Según menciona, cuando fue demandado por la entidad bancaria, el propietario de ese entonces no fue legalmente notificado.

"Su defensa es que el banco le debía mucha plata por ser abogado de esa misma entidad. Esa deuda hubiera quedado en nada y el departamento no se hubiera nunca rematado. Ante esto, se interpuso una solicitud de nulidad de todo el juicio, para que ahí sí pudiéramos defendernos", expone.

"Esa solicitud la rechazó el tribunal de primera instancia, y también la rechazó la Corte de Apelaciones. Pero aún hay cuestiones pendientes respecto a la validez o no validez del juicio en el que le fue rematado el departamento", subraya.

Se publica en el diario

Eduardo Figueroa, abogado y académico de la Universidad Central, aclara que el riesgo en una transacción como esta no debiese existir.

"Pudo ocurrir que los ocupantes accedieron a un hipotecario, el banco inició la acción para hacer efectivo el cobro y si ellos no pagan, la opción que tiene la entidad bancaria es sacar la propiedad a remate. Producto de esa subasta, se logra pagar el crédito del banco. Eso está todo reglamentado por ley. Si llegaron a la instancia de remate, es porque técnicamente estaría todo bien tramitado", sostiene.

Sigue: "Ellos pudieron haber reclamado que no los notificaron. Pero si ese reclamo no lo hicieron, o si Io hicieron y no prosperó, fue porque no tenían los antecedentes necesarios. Por lo tanto, el tribunal determinó el remate de la propiedad, que además se publica en el diario. Y si alguien se lo adjudicó, está perfectamente en línea con lo que dice la ley. Ellos debieron abandonar la propiedad voluntariamente".

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