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La historia del conductor del Metro que podía ver los amaneceres

Un conductor del Metro no termina su viaje en la última estación. Cuando el tren ya está vacío, este trabajador lo guía por la "cola de maniobras" y lo deja en la vía que tiene sentido contrario. Recién en ese momento, la "vuelta" ha terminado. El video que este miércoles publicó el Metro en su cuenta de Twitter no muestra cómo fue la última "cola de maniobras" de Cástulo Araya, el conductor que se jubiló luego de 44 años.

"Fue muy emotiva. Fue como un bálsamo para mi despedida. El corazón me creció bastante. Las ganas de llorar eran increíbles", recuerda. Lo esperaban sus compañeros, su familia y un panel con fotos suyas en distintas épocas en la empresa.

"Próxima detención: Estación Terminal Tobalaba, combinación con Línea I", había dicho minutos antes en ese video, que grabó su hija. El mensaje ritual podría haber terminado ahí, como tantas otras veces, pero tenía algo más que comunicarles a quienes iban en el tren que conducía, el 433 de la Línea 4. "Señores pasajeros, un aviso muy especial. Les habla un conductor en su última vuelta, después de 44 años a vuestro servicio. Cuidemos al Metro. Un abrazo para todos. Hasta siempre", agregó.

Recuerda que en 1978, cuando tenía 28 años, vio un aviso en El Mercurio: el Metro necesitaba conductores. "Había que tener una memoria muy grande. Tenías que saberte el tren completo, las vías, los computadores, y mucha concentración. En la práctica los trenes del Metro son aviones sin alas", explica.

En septiembre de ese año fue su primera "vuelta" en la Línea 1. Luego se pasó a la 2, cuya vía corre en gran parte "Eso te permitía tener mejor en viaducto, al aire libre. apreciación de lo que estaba ocurriendo, de la lluvia, del sol, del amanecer. Nos levantamos a las cuatro de la mañana. Hay imágenes muy maravillosas, de cómo entran los haces de luz entre medio de los cerros", explica.

Explica también qué quiso decir con que tenemos que cuidar el Metro. "Con todas las cosas que han pasado, el Metro no debe estar solo. El Metro es para Santiago lo que es Codelco para Chile. Es una herramienta de desarrollo, no sólo una empresa de transportes. Transporta los sueños, las aspiraciones de las personas", cuenta.

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