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Daniela Aránguiz y la mamá del Mago Valdivia hablan de su relación nuera-suegra

Una relación de parentesco antes restringida al plano doméstico, cobrará dimensiones televisivas gracias al influjo de "El discípulo del chef" (CHV). La nueva temporada del programa gastronómico, que parte el próximo jueves 11, presenta entre sus participantes a Daniela Aránguiz (35) y Elizabeth Toro (68), nuera y suegra respectivamente: la ex rostro de espacios televisivos como "Mekano" y "Maldita moda" está casada desde 2004 con el futbolista Jorge Valdivia, hijo del medio de la señora antes evocada. Ambas ya llevan varias jornadas grabando en el set cocinero.

"Mi suegra está en otro equipo en el programa. Toda su vida ha sido dueña de casa, tiene mucha más experiencia en la cocina. Yo sólo llevo 17 años de dueña de casa. Es una competidora de temer", reflexiona Daniela sobre la progenitora de Luis, Jorge y Claudio. "Ella es muy buena cocinera, cocina exquisito, sabe hacer distintas cosas, platos decorados. Para mí eso ha sido un poco difícil porque estoy acostumbrada a preparaciones más tradicionales", responde Elizabeth respecto a los dichos de la mamá de Agustina (14) y Jorge (11).

-Elizabeth, ¿Cómo ha sido estar en el programa con Daniela?
-Con la Daniela compartimos mucho en el programa. Nos llevamos muy bien, nos reímos, almorzamos juntas cuando nos toca ir a grabar. Regularmente nos molestamos, nos hacemos burla. Ella dice que me gana, jajajá. Y yo también quiero ganar. La hemos pasado bien, me he divertido harto con la Dani.


-Daniela, ¿Qué hay de usted?
- A mi suegra le tengo mucho cariño y respeto porque siempre va a ser la madre de mi marido, pero cuando se trata de competir yo me olvido del suegro, del amigo o de la amiga. Competencia es competencia. Yo soy extremadamente competitiva. Si yo pierdo, lloro de impotencia. En vez de suegra o de tía, en la competencia le digo "Eli". Aunque igual la ayudo.

-¿Cómo la ha ayudado?
-De repente me dice qué es lo que es esto . Una vez la mandaron a buscar panko, y ella me preguntó qué diablos es el panko , jajajá. Y cuando pasa eso, yo le ayudo igual. Quizás no debería, pero lo hago. En las competencias la otra vez me salió persiguiendo, me quería tirar el pelo, jajajá. Me quería pegar, me andaba siguiendo. Justo pasamos un cumpleaños ahí, entonces está la confianza de la familia. Se sale de madre conmigo. A veces me dice cabra de porquería , pero todo es en buena.

Según Elizabeth, el programa la ha sacado del aislamiento y la soledad que le significó la pandemia, periodo que también la alejó de Daniela. "Con la pandemia estuvimos muy separadas, ella no salía, yo tampoco, no nos visitábamos. Ahora con las vacunas, se puede salir más. Lo que hemos vivido en este programa ha sido hermoso. Estoy disfrutando a concho estar con ella y con el equipo", refleja Eli, quien dice defenderse culinariamente con el pan amasado y las humitas.

-No todas las suegras y nueras se llevan bien...
-Para mí ella es perfecta. Es buena dueña de casa, buena mamá, buena cocinera, ciento por ciento perfecta. La verdad es que la quiero mucho. Me alegra mucho todo lo que está viviendo. Cuando Daniela se casó con Jorge era una niña. Me acuerdo mucho de eso. Me decía que no sabía cocinar y hacer algunas cosas. Ahora ya hace todo. Me acuerdo que ella quería cocinarle cosas que le gustaran a Jorge, siempre fue muy preocupada. Y bueno, yo ayudaba en lo que podía. Siempre tuve la disposición de decirle lo poco que sabía, sobre todo en la cocina, en relación a consejos de arroz, pan amasado y empanadas.

"Hay mucho cariño y respeto de por medio, son muchos años compartiendo", retoma Daniela, quien no idealiza la relación con su suegra. "He tenido mis encontrones con ella. Yo creo que nunca todo es perfecto. Hemos tenido nuestras peleas. Cuando se ha querido meter con opiniones sobre mis hijos, que quizás son con mucho cariño y respeto, yo le he dicho usted ya crió, déjeme a mí Tuve encontrones, sobre todo más chica, pero ahora, después de tantos años, no me hago rollos. Ya fui la cabra atrevida, en cierto modo, entre los 19 y los veintitantos", sigue.

-¿Y ahora?
-Ahora ella es una persona mayor. La respeto mucho, la quiero. Además ella va a ser siempre la mamá de mi esposo y la abuela de mis hijos, así que teniendo buena o mala relación, siempre va a estar ahí. Vamos a tener una relación eterna.

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