Claudio Castellón lleva 12 años trabajando en series y teleseries, pero sin duda sus papeles más recordados son cuando le tocó dar vida a personajes populares, como en "Gemelas" (CHV) y, actualmente, en "Pobre novio" (Mega). Por eso mismo cuesta imaginarlo ligado a los artículos de decoración, pero la verdad es que hoy está muy cerca de eso gracias a un emprendimiento llamado Jaguar Diseño (@jaguardisenocl).
Poco después de ponerse a trabajar, el actor se compró un departamento en los edificios que están atrás de las torres de Carlos Antúnez, en Providencia, y lo arrendó, pero en 2018 se incendió completamente producto de una falla eléctrica. Ese hecho lo empujó a un nuevo mundo. "El banco determinó casi pérdida total y con lo del seguro pude remodelarlo y dejarlo prácticamente nuevo. Ahí me empecé a vincular con la remodelación", cuenta el actor.
-¿Cómo lo hizo para remodelarlo?
-Me asesoré con un arquitecto amigo. Él evaluó los muros que se podían votar, el radier (piso) lo hice otra vez. Boté una muralla para eliminar un dormitorio y ampliar la cocina. Agrandé el balcón. Me demoré como cuatro meses y me vine a vivir acá y me embalé con la remodelación.
-¿En serio?
-Claro, empecé a trabajar con mi amigo remodelando departamentos durante dos años. Remodelé tres departamentos y una casa y me gustaba mucho. Yo sentía que tenía buen sentido de la estética. Tenía un equipo de maestros: un eléctrico, un ceramista, un pintor, un gásfiter. Yo lideraba el proyecto y tomaba las decisiones estéticas, además acompañaba a los clientes a comprar los revestimientos, la grifería y cuando estaba eso listo ayudaba en la compra de los sofás, era como "Gemelos a la obra" (programa del cable donde se muestran remodelaciones de casas). Después con ese mismo socio hicimos una inmobiliaria.
-No me diga.
-Compramos tres departamentos acá en la unidad vecinal, los remodelados completos y los vendimos. Les cambiamos todo. Sacamos 500 sacos de escombros de cada uno. Hoy eso está stand by, porque mi amigo tiene su empresa y mi prioridad, en términos profesionales, siempre va a ser mi trabajo como actor.
-Pero ahora tiene su tienda de diseño ¿Cómo partió con eso?
-En la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile nos hacen muchos ramos que tienen que ver con el arte en general y las generaciones más jóvenes hemos ido tratando de explotar herramientas que antes no se explotaban, más allá de la actuación. En la pandemia, a fines del año pasado, surge la idea de hacer esta vitrina virtual, que en términos prácticos es mi departamento que lo voy poblando de elementos decorativos como lámparas, cuadros, espejos y adornos, que están a la venta.
-¿Usted los hace?
-Yo hago láminas e imprimo mapas sobre tela para que den esa factura antigua que tenían los mapas antes. Las enmarco con una amiga que se llama Jacinta Langlois y vendo el cuadro completo. Valen entre 40.000 y 130.000 pesos. El valor es proporcional al tamaño porque el vidrio y las molduras son caras. Las lámparas son de resina, esas las traigo de afuera y valen entre 25.000 y 50.000 y los espejos cuestan entre 20.000 y 50.000. Son cosas que me gustan a mí y que considero que uno les puede dar cierta utilidad.
-¿Y los clientes pueden ir a ver los adornos a su departamento?
-Puedo hacer el despacho o pueden venir. En el living tengo expuestas las cosas. El departamento no es tan grande, son 100 metros cuadrados pero divididos en dos pisos, entonces en el segundo piso están los adornos y los cuadros, pueden preguntar si están en venta y se los pueden llevar, aunque no todo está en venta, jajajá.