Leonel Contreras fue un defensor que jugó por Chile en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1994, Copa América de Brasil 1989, eliminatorias para Italia 1990 y defendió a Everton, La Serena y Universidad Católica, con la que llegó a la final de la Copa Libertadores 1993 y que perdió ante Sao Paulo de Telé Santana. Hoy, a sus 59 años, lucha con las secuelas de un ataque cerebrovascular hemorrágico que en pandemia ha dificultado su vida en Curacaví.
"Quedé con el lado izquierdo con problemas de movilidad y poca circulación de la sangre. Necesito ayuda en algunas cosas como hacerme un sándwich o ir al baño. En la pierna izquierda tengo muy poca movilidad y en el brazo nada, porque además me caí y dañé la clavícula. El lado derecho está normal. Eso me permite caminar en espacios cortos con una muleta. Mi vida actual es estar en una silla de ruedas o en la cama viendo televisión", cuenta.
Contreras necesita retomar su tratamiento. "Con la pandemia todo se ha dificultado, llevaba una buena recuperación y ahora no puedo ir a un centro médico o un gimnasio a hacer terapia. Venía un kinesiólogo a mi casa, pero por un asunto de dinero tuve que dejarlo. Tengo problemas económicos por unas contribuciones impagas; invertí en mi terreno cuando era jugador y ahora la deuda es grande. Los medicamentos me salen gratis. El resto son los gastos de la casa y la señora que me cuida. Vivo con mi hijo menor, Gabriel (26), que se hace cargo de las cuentas. En el terreno tengo otra casa chica que arriendo y eso me ayuda", dice el ex defensor.
Para Patricio Sandoval, neurólogo de la Red de Salud UC Christus y jefe de equipo de neurología del hospital clínico, un paciente como Leo Contreras no puede detener su tratamiento. "Con rehabilitación una persona se adapta mejor a la discapacidad sufrida, pero eso requiere un programa de mantención. Una cosa es que no pueda seguir avanzando y otra es que pueda perder Io ganado. Si deja de estimularse neurológicamente los músculos se contraen y recogen, pierden funcionalidad, el cuerpo adapta posiciones viciosas y el paciente empeora. Luego viene la postración. La inmovilidad también trae otros problemas como pérdida de masa muscular, osteoporosis o riesgo de trombosis", dice el experto.
El ex zaguero de la Roja, a través de Carlos Durán y su agrupación "Jugadores por siempre", están tramitando los dineros de sus imposiciones durante el periodo de futbolista para una posible jubilación. Marcelo León, ex arquero, lo llama para saber de su estado y otros cercanos, como Yovanna Fuentes, ex seleccionada chilena de Judo y medallista panamericana, y Juan Carlos Peralta, campeón de Copa Libertadores con Colo Colo 1991, lo visitaron este martes en Curacaví.
"El accidente fue el 27 de febrero del 2019. Estaba jugando pool, se me cayó el taco, luego me fui a la casa caminando normal, no podía abrir la puerta del baño y me di cuenta. Fue producto de un alza de presión. Estuve diez días hospitalizado. Traté de conseguir ayuda con el Sifup y no pasó nada. Dijeron que no me correspondía el bono que entregaron porque no calzaba con los años que yo jugué. Al final uno deja de jugar y la gente se olvida", asegura Contreras.