Calcula que ha mandado mil correos electrónicos buscando pega, pero fue gracias a la recomendación de un profesor de la Universidad Católica, donde estudia actuación, que Fernanda Finsterbusch Passalacqua consiguió llegar a Mega.
Primero tuvo dos apariciones en "1 00 días para enamorarse" y ahora fue reclutada por "Edificio Corona". Allí interpretará a la mamá de Miguelito, María José Miranda.
Debutó en cine en la película "Contra el demonio", a la que llegó a través de un casting que encontró en Facebook cuando tenía 16 años. En la actualidad tiene 20 y para poder estar en la nueva teleserie de Mega y en la segunda temporada de "La jauría", Fernanda tuvo que atrasarse un semestre en la carrera, posponiendo el ramo de montaje. Le queda un año y medio. "Para mí es prioridad estudiar, pero si puedo hacer que convivan las dos cosas, feliz", explica.
-¿O sea que este es su primer rol en una teleserie?
-Absolutamente, porque lo otro fue un bolo (actuación pequeña). Fue una pasada por el set nomás, ahora es aprender y construir en base a un personaje y a una historia.
-¿Era pariente de Italo Passalacqua?
-Él era primo de mi abuelo, pero es una familia bien lejana. Si a él le hubieras preguntado por mí no me habría reconocido, porque nunca tuve contacto con él. Lo que pasa es que es un apellido poco común. A veces se malinterpreta que mi carrera nació por el vínculo con un familiar y no lo conocí más allá de las anécdotas que me contaron... Por mi facha también me encasillan harto, pero me he dado cuenta que no le debo nada a nadie. Lo que justifica tu presencia en cualquier lugar es tu trabajo.
-¿Teme que la encasillen por bonita?
-Eso lo busca una también. Si sucede veré cuál es mi lucha. Obviamente quiero que la gente me valore por mi trayectoria y eso lo da el tiempo. Tampoco puedo mentir, porque acá en Chile tener ojos claros y pelo rubio significa algo. Eso sí, tengo los ojos claros de pura suerte porque nadie en mi familia los tiene y el pelo es teñido, jajajá.
-La han comparado con Mayte Rodríguez.
-Me lo han comentado un par de veces. Para mí es un lindo piropo que me digan eso, pero créeme que tampoco les creo. No pasa de ser una anécdota.