Citando los versos "No quiero piedad ni busco aplausos" de la canción "Soy lo que soy" de la cantante y su coterránea argentina Sandra Mihanovich, fue que Cristina Tocco esta semana publicó imágenes en bikini en su Instagram @la_tocco. La actriz escribió en una de las postales capturadas en el Lago Rapel: "Aún me veo bien en bikini", y las fotografías fueron celebradas por sus 36.700 seguidores en la red social. Aquí la intérprete trasandina reflexiona sobre el uso de la prenda a sus 62 años.
"Subí las fotos como un estímulo a la mujer mayor. No me da pudor, pero tampoco quiero llevar mis redes sociales por ese lado. Cuando muestras más el cuerpo tienes más seguidores, y en consecuencia, consigues auspicios. Aún así no me quiero sumar, no tengo la edad para eso pero sí para fotografiarme en bikini, que no es nada de inmoral. En las playas hay muchas mujeres mayores en bikini", comienza a hablar.
-Me imagino que es muy segura con su cuerpo.
-Para nada. A veces cuesta tomarse estas fotos y lo hago como un propio desafío, como si estuviera actuando un personaje. No quiero hacerme la lola, eso es indigno y no tiene nada de estético. Yo tengo un sentido estético exacerbado y que no sirve para nada, ni para mí ni para el resto. Tuve un pasado de vedette con un físico llamativo. Mi cuerpo es renacentista. Después como actriz hice roles dramáticos, pero sí es verdad que en mis años jóvenes mi cuerpo fue un punto de apoyo. ¿Para qué negarlo? Capitalizaba mi apariencia física. Entonces, claro que me ha costado abandonar la expectativa de mantenerme curvilínea y turgente porque no hay ninguna posibilidad.
-¿Le importa la edad?
-Hay cosas como que ya no uso minifaldas en mi vida privada. Algunos me han dicho por eso "¿Qué te pasó? ¿Te achilenaste?", pero creo que hay que llevar la edad en el país que uno esté. Una viaja y ve a señoras rellenitas haciendo topless y no les importa nada. Yo tengo un sentido estético que trato de aplicar para mí misma, donde siento que puedo verme sexy, pero no patética.
-¿Se cuida mucho?
-Mmm, no. Fumo y eso es pésimo para la piel, pero cuido mucho la alimentación comiendo hartas verduras, casi no como carne. También tomo vitaminas. Y hago yoga tres veces por semana, a veces dos y a veces me hago la loca. Y también medito, creo que la verdadera juventud se manifiesta desde adentro. Veo a algunas señoras con un rictus de amargura. No sacas nada con amargarte todos los días. No me meto en farándula, no me peleo con nadie y eso también es un tratamiento de belleza: el no estar en conflictos provocados. Mi filosofía de vida es estar agradecida y contenta.
-¿Se ha apoyado en tratamientos cosméticos?
-Me pongo bótox y me he hecho tratamiento de plasma rico en plaquetas en el cuello y la cara, pero nada es milagroso. Y con el bótox no quiero una cara planchada porque soy actriz, quiero que se me vean patitas de gallo y que pueda expresar. Todo me lo hago con mucha cautela. Creo que soy una mujer inteligente y sensata. Intento estar bien dentro de lo que se puede. Que la gente no te vea mal ni abruptamente toda operada porque te puedes intervenir la cara, el cuello, pero atajas un lado y se te cae otro.
La actriz recuerda un consejo que le dieron: "Cuando era muy joven pololeé con un gran cirujano, José Juri, cuya clínica sigue estando en Buenos Aires, y él me dijo algo que nunca olvidé: Tienes que llevar la edad según corresponda con dignidad. Si esperas estar hecha pelotas para entrar a un quirófano el resultado es patético ".
-¿Qué le parece que nos sorprenda ver a una mujer de su edad en bikini? Sus fotos causan revuelo.
-Acá tienen un poco el concepto que las mujeres después de los sesenta están hechas pelota y que la mujer mayor se restringe de cosas. En la medida que la imagen mantenga pudor y elegancia, más allá de más o menos pancita, debemos vivir en un cuerpo libre. Vivir, asumir y querer el cuerpo.