Un sombrero asombroso, que cuenta con vida propia y muestra rasgos humanos, es el protagonista del cuento "El sombrero metamórfico", de la escritora argentina Silvina Ocampo. Probarse aquel objeto "bastaba para que un hombre se volviera mujer y una mujer hombre", pero también curaba la sinusitis y los males de amor. Algo contradictorio, si se piensa que desde su origen dejaba a su paso un reguero de maldad, como puede verse en el fragmento de inicio del cuento, que acompaña esta nota.
El relato completo apareció en la Prueba de Comprensión Lectora, la primera que se rindió este lunes en el proceso de ingreso a la educación superior (ver recuadro), y no dejó indiferente a los postulantes, quienes en redes sociales comentaron lo complicado que les resultó comprender este cuento.
"Te odio sombrero metamórfico" o "el peor texto" fueron algunos de los calificativos que lanzaron los jóvenes al salir del examen, en que les hacían varias preguntas sobre el cuento.
Por ejemplo, les pedían aclarar si los adultos rechazaban o despreciaban a la singular prenda, o los motivos de por qué cambiaba de apariencia a quien lo usara. Muchos se quejaron de no entender el texto ¿Era para tanto?
"Si la prueba está pidiendo una interpretación del texto, es justamente lo que la autora no quiere", asegura Kemy Oyarzún, académica del Departamento de Literatura de la Universidad de Chile, quien encuentra irónico que la literatura fantástica aparezca en la prueba. "Lo más interesante con este texto es que la gente se pregunte, no que dé respuestas, está hecho para lo lúdico, el absurdo", agrega.
"Este texto se burla del género como una verdad absoluta, de la racionalidad, de los seres humanos que castigamos a otros y le asignamos roles y etiquetas", asegura.
"Silvina Ocampo nació en 1904 y escribió una antología de literatura fantástica que abrió el camino en todo el continente", explica la académica. La escritora formaba parte de un grupo interesado en empujar a los lectores a sus límites de racionalidad. Estuvo casada con Bioy Casares y estaba ligada a Borges. "Buscaba esta fascinación por lo inexplicable, por lo metafórico, pero también por los límites de lo que podemos comprender los seres humanos en un momento dado de la historia", señala Oyarzún.
Apoyo en lo real
Cecilia Rubio, académica de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad de Concepción, opina que no es tan sencillo enfrentarse al texto. "En general los lectores buscan apoyo en lo realista, y el relato parte hablando de un sombrero mágico que tenía ciertos poderes, aparece humanizado y cuyo uso nadie conoce bien", comenta."La literatura de Silvina Ocampo se considera fantástica, pero no encaja en las definiciones. Usa estas formulas que fueron muy utilizadas en el siglo XIX, pero que en la contemporaneidad no se usan tanto, como personificar objetos. No es fácil de abordar", comenta la académica, quien también es directora de la Revista Atenea, de la UdeC.
Varias lecturas
Aurora Badilla, jefa del Programa de Formación Pedagógica de la Facultad de Educación UC, es literata y evaluadora. Destaca a Silvina Ocampo como rebelde para su época. "Muestra un cuestionamiento a todos estos conceptos binarios morales, lo bueno y lo malo, el hombre y la mujer, cuestiona mucho a través de metáforas, recursos literarios", recalca.¿Un ejemplo? El texto dice explícitamente que el sombrero es malo. "Es una ironía de que las personas no son únicamente buenas o malas, hay un amplio abanico de conductas", señala.
También advierte un guiño a la cultura que ignora a los niños. "No pueden tener opinión y son los adultos los que tienen la razón. Este cuento ha sido estudiado de cómo los niños son más conscientes de esta metamorfosis, versus una cultura adulta que le teme a la transformación", afirma.
Las múltiples lecturas, a su juicio, complican lograr respuestas certeras. "Las opciones de respuestas tienen que tener rastros textuales muy evidentes para poder marcar cuál es la interpretación correcta", señala.