El Canal del Fútbol pasó a manos de TNT Sports y Claudio Borghi desapareció de la pantalla más pelotera de Chile.
"No he renovado contrato por el momento, estamos en conversaciones", dice el Bichi, que mientras espera, le hace frente a la pandemia, las restricciones y las nuevas urgencias de la vida.
El comentarista recibió la oferta para renovar con sus nuevos empleadores. Y dijo no, esto no es lo que espero.
-¿Quiere más tiempo para la familia los fines de semana?
-Mira, tenía cuatro obligaciones dentro del canal: un partido semanal, la Selección y dos programas. No es tanto el horario, sino que estemos de acuerdo en que el esfuerzo que significa tu trabajo, sea recompensado con lo que quieres.
-¿Negocia solo?
-Sí.
-¿Es fregado para negociar?
-Sí.
-Si no sigue, ¿qué le gustaría hacer a esta altura de su vida?
-Jubilar.
-Jajajá, no, no. Tampoco he sido una persona que está mucho en una actividad, siempre me gusta reinventarme y hacer cosas diferentes, pero cuando van pasando los años, ya tengo 56, uno dice qué empiezo ahora con las mismas ganas y fuerzas de antes. Proyectos hay. Tengo ganas de estudiar algunas cosas, como inglés, que lo hablo poquito.
-Cuando uno emprende, siempre hay un para qué.
-En mi caso, proyecciones no tengo, porque en el mundo de la televisión uno no se puede proyectar mucho, o le gustas a la gente o no le gustas.
-¿Usted gusta?
-No tengo idea, sí me ponen varios programas... Una vez un gringo, cuando trabajé para la televisión americana, me estaba poniendo en cosas que no había pactado en mi contrato. "Bueno, si te ponemos en diferentes cosas es porque gustas. Si no, no te ponemos en ninguna" , me dijo.
-¿Cómo ha llevado la pandemia?
-Perder las libertades ha sido complejo, echo de menos tomar un café, salir, comprar y caminar por La Reina. Y planificar hasta la ida al supermercado es medio complejo o saludarse con el puño, los codos.
-¿Aún proyecta el futuro o aprendió a vivir el día a día?
-Esta pandemia nos ha cambiado la concepción de lo que queríamos hacen Escucho a mis hijos, que dicen bueno después de estudiar quiero ser esto. Yo creo que hoy nadie se puede proyectar en el tiempo como antes de la pandemia, vamos viviendo más el día a día.
-¿Cómo lo vive usted?
-Mi proyección es no contagiarme ni contagiar a nadie, imagináte a lo que hemos llegado, que hoy si estamos sanos y podemos estar en nuestras casas cómodos, eso es un milagro. Porque uno dice, mirá, la gente anda en la calle, pero esa gente anda ahí porque tiene que comer todos los días y hay otros que andan hueveando. ¿Cómo diferenciar?
-¿Y un año sabático a la India o mandar todo a la punta del cerro?
-Jajajá, no. Me gusta estar ocupado. Teníamos planificado viajar con mi familia, pero es imposible. Mi hijo, Filippo, terminó su carrera este año, dos carreras, tiene 25 años, es ingeniero industrial y arquitecto de la Universidad del Desarrollo.
-¿Dos carreras a los 25?
-Es cabezón. Después de su esfuerzo ni siquiera vamos a hacer algo, ni a la playa porque sería un riesgo.
-Usted es persona de riesgo.
-Sí, tengo una pre diabetes y aparte fumador, lo que me hace automáticamente una persona de riesgo. Somos bastante cuidadosos. Cuando llego a mi casa, me ducho antes de sentarnos a comer.
-¿Volvería a dirigir o ya no tiene las energías para eso?
-Siempre hay ofertas de trabajo y como antes tenía responsabilidades, ahora no tengo nada. Hay tiempo para ver cosas.
-¿Qué ha hecho estos días sin TV?
-Con mi señora nos gusta mucho jardinear, trabajamos en la tarde, cuando cae el calor. Trajimos unas plantitas de Chiloé que estamos ubicando. Mi gran panorama de la tarde es ir a lavar el auto.
-¿Tiene plantas bonitas?
-Mi planta preferida es el olivo y como tengo un olivo madre, le saco brotes y han prendido muchísimo. Pusimos mandarinas y unos limones. No tenemos tantas flores, tenemos más plantas.