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Profesionales cuentan por qué dejaron sus carreras para vender cosméticos

Daniela Rojas (36), profesora de inglés de la Usach, hace seis años quedó embarazada. Su hijo venía con problemas de salud y ella decidió jugársela por flexibilizar su jornada laboral: tras largos estudios y análisis, se metió full time a Oriflame, empresa sueca de venta directa de cosméticos y productos de belleza.

Su familia y amigos, admite, no creían que esto pudiera convertirse en un trabajo a tiempo completo. "Pero yo me estudié los ingredientes, patentes y las certificaciones de todos los productos. Analizaba para explicarles con argumentos a las clientas por qué nuestra marca era mejor y debían cambiarse", cuenta.

A Daniela le fue bien y hoy es parte del top 5 de los vendedores que más ganan en Oriflame. Aparte de las ventas, se dedica a capacitar y captar equipos de trabajo; también les hace talleres para explicar bien en qué consiste cada producto. "Ahí saco mi vocación de profesora", dice.

En la pega la apoya su marido, el ingeniero Gonzalo Montero: juntos han estudiado cómo vender lo máximo posible. Daniela ya ni piensa en volver a hacer clases en inglés. "Hay gente que me reprochó cuando yo estaba dejando atrás mi carrera y hoy se sorprende al ver mis resultados. Esto es un negocio real. Hoy gano diez veces más de lo que ganaba como profesora, sobre $3.000.000. Como profe ganaba entre $300.OOO a $400.000".

-Usted usa las redes sociales para darse a conocer.
-Sí, son claves para crecer en este negocio. En mis redes sociales puedo contar mi experiencia personal con la marca desde el cumplimiento de metas, viajes y celebraciones con el equipo. Es una forma de venta que se llama social selling . Estoy en Instagram, YouTube y Facebook como Daniela Rojas Líder Oriflame. En lo personal, han sido una tremenda herramienta de comunicación con los equipos de venta y también para llegar a nuevas personas de forma cercana y confiable.

"Soy súper numérica"
Tras salir de la universidad, la ingeniera forestal Karen Álvarez (39) trabajó 6 años en una empresa del rubro. Tras quedar embarazada, tuvo la tincada de que su carrera se frenaría, predicción que eventualmente se cumplió. Cesante, se puso a trabajar en Natura, empresa brasileña de venta directa de cosméticos y productos de belleza.

Esta nueva pega se la tomó bien en serio. "Soy súper numérica, todo lo veo en números. Lo que hice para proyectarme fue ver mis necesidades económicas, cuánto debía ganar para solventarme y cuándo debía vender para hacerlo". Su estrategia, ahí por el 2012, fue volantear en los lugares que ella misma frecuentaba, "pensando en que la gente se quería ahorrar los tiempos de entrega, que es lo que todos queremos al comprar".

Le fue bien y creció en la empresa, donde lleva ocho años: hoy tiene un equipo a cargo que le ayuda con sus ventas. "Es una pega súper flexible, yo no trabajo tipo horario de oficina".

-¿Es más relajado que una pega de oficina?
-Sí en términos de supervisión, no de carga laboral. Hay que planificar súper bien. Yo me lo tomo como un trabajo, donde cumplo horarios, resuelvo problemas y la competencia es alta. En términos intelectuales no tienes ninguna dificultad, pero tú manejas tu tiempo, tienes que ser de verdad tu propio jefe: si no lo eres, no te va a resultar.

Otro nivel de vida
Jazmín Rojas, decoradora de interiores, nunca ha logrado ejercer bien su carrera. Trabajó en una empresa de cosmética durante años, pero se sentía estresada y alejada de sus hijos. "Decidí no trabajar más ahí y renuncié".

La reclutaron de Oriflame para hacer algo similar y le gustó, pues el modelo de negocios le daba más libertad horaria. "Tengo tiempo, pinto, tejo y tuve un tercer hijo. Acá me reconocen por trabajar bien. Mi nivel de vida actual no lo habría podido obtener como decoradora", asume.

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