El periodista Claudio Iturra (40) y la abogada Kel Calderón (29) retornaron hace una semana de una travesía por las Torres del Paine, que incluyó extenuantes caminatas de hasta quince horas durante ocho días, en medio de la sobrecogedora naturaleza de la Patagonia, con ríos de aguas cristalinas, cascadas, bosques y glaciares de hielos imperecederos.
Después de cumplir con la normativa impuesta por la pandemia, la pareja comenzó la aventura el 3 de diciembre hasta completar el recorrido, conocido como W, el jueves 11 del mismo mes, por una ruta de 84 kilómetros, caracterizada por desniveles en el terreno de hasta mil metros.
"Tengo una muy linda relación con Kel. Nos llevamos súper bien y me encanta viajar con ella. Esta es la primera ruta de Masai Travel, mi empresa de viajes, a la Patagonia. Lo conversamos y decidimos hacerla juntos", explica Iturra.
"Fueron ocho días en que caminamos entre 10 a 15 kilómetros cada vez. Ahí uno va cumpliendo retos: llegar a Base Torres, cruzar un lago o llegar a la cima de una montaña. Es un viaje de mucho ejercicio. Se sienten músculos que antes no sentías. A los deportistas nos gusta experimentar la sensación de acostarnos cansados. Eso nos pasaba todos los días: nos acostábamos cansados", cuenta Iturra.
Imbuidos en la pureza del paisaje, Claudio y Kel decidieron prescindir de las botellas de agua envasada, para beber directamente de los ríos. "Cuando teníamos sed, metíamos la cabeza al río y tomábamos agua, que viene de un glaciar, la más rica del mundo", subraya el periodista.
Kel había viajado con Iturra al Amazonas, India y Kenia. "Ahora Claudio me propuso ir a Torres del Paine, que es un poco diferente a las rutas que había hecho antes, porque tiene un ítem deportivo involucrado. Si bien entreno en Santiago un par de veces a la semana, es difícil saber si te va a dar el físico para hacer una ruta tan desafiante, con 84 kilómetros de trekking ", explica Kel Calderón.
-¿Puede precisar algunas recomendaciones para el viaje?
-Si uno se lo toma con calma, el camino se hace fácil y alegre. Y el premio, al final de cada ruta, es muy impactante, ya sea en Base Torres, en Cuerno, en los glaciares, en el Mirador Francés o llegando a Grey. Una se acuesta muerta, muy cansada, pero muy realizada. Cuando fui al Amazonas me pidieron llevar una mochila, que pesaba como 110 kilos. Claudio me la tuvo que llevar durante todo el paseo. Por eso hay que pensar muy bien lo que se echará en la mochila. Ahora me tuve que cambiar los calcetines cada tres días, pero lo agradecí, porque me permitió recorrer la ruta con una mochila de 10 kilos y no con una de 60 kilos.
-¿Qué llevaba en la mochila?
-Tres calcetines para ocho días, dos pantalones, una chaqueta y harta ropa de abrigo. En la Patagonia el clima cambia muchísimo. En el último ítem, que es cuando llegamos al refugio Grey, dormir al lado de un glaciar genera un microclima de frío importante. Claudio está acostumbrado, pero yo casi me congelo en mi carpa.
Se levantaban a las seis de la mañana con una sensación térmica de 5 grados, desayunaban y emprendían la caminata. Almorzaban un sándwich en el camino, preparado por unos chefs contratados por Masai Travel, que también les tenían instaladas las carpas y preparada la cena cuando llegaban en la noche a los refugios.
"A veces vas caminando y el chef te pasa corriendo con la comida. Y en la noche te tenían una pizza con camarones, por ejemplo. Y nos tomábamos unos calafate sour o una cervecita sentados en un tronco, mirando las estrellas", relata Iturra.
-Claudio, ¿fueron como amigos o pololos?
-El único sentimiento que hay entre nosotros es cariño. También amistad y lealtad, yo creo.
"Nos llevamos muy bien. Yo tengo mucha paciencia (se ríe). Admiro mucho la forma de trabajar de Claudio. Me ha enseñado mucho. Los viajes unen, porque se tiene el tiempo del que, en el día a día, no se dispone. Entonces se da la instancia para conversar largo y sacar cosas más profundas. Nuestro próximo viaje será en abril, por 22 días, a Turquía", adelanta Kel.