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Agua, un vaso y una moneda

"Si se van de vacaciones para fin de año, dejen un vaso con agua congelada en el freezer y una moneda encima. Si cuando vuelven la moneda está en el fondo del vaso, tiren todo lo que hay en el freezer porque se descongeló y se volvió a congelar", escribió una usuaria en Twitter hace unos días.

Miles de comentarios, entre entusiastas e incrédulos, respondieron a la propuesta.

"No es un fenómeno complicado, claramente primero hay que congelar el agua y después poner la moneda. Si no, no funciona", dice Patricio Mella, doctor en Ciencias Físicas y académico de la Universidad Austral.

Recomienda usar un vaso de 200 mililitros para hacer el experimento y dice que puede ser de vidrio. En Twitter el debate se desató en torno al material del recipiente, por la posibilidad de que el vidrio se quiebre.

"Cuando el agua se congela, aumenta su volumen, por eso el riesgo de que sea un vaso de vidrio. Si está cerrado la presión de esa expansión jugará un rol importante y el vaso puede colapsar, pero si está abierto eso no debería ocurrir porque tiene espacio", explica Mella.

José Vega, profesor de Física, dice que esta expansión al momento de congelarse se llama Anomalía del agua.

"Esto ocurre cuando llega a entre cero y cuatro grados Celsius, en ese momento las moléculas del agua toman forma tetraédrica que les permite lentamente unirse entre ellas y formar hielo", asegura.

Mella describe que lo más interesante del experimento es el comportamiento del agua.

"Cuando se comienza a congelar lo hace desde arriba hacia abajo y cuando se descongela lo hace desde abajo hacia arriba y el hielo queda flotando. Por eso la moneda podría resbalar y caer al fondo aunque no se descongele toda el agua. Si queremos ser más precisos, se podría utilizar un tubo del ancho de la moneda, así si la moneda llega abajo es porque se descongeló completamente, por ejemplo", detalla. Venegas explica que el hielo tiene un volumen mayor que el agua líquida.

"Y también una densidad menor, por eso lo que se congela queda flotando. Como un lago, por ejemplo, se congela la superficie porque el hielo es menos denso que el agua líquida", puntualiza.

El profesor agrega que hay que considerar la cantidad de agua también.

"Si llenas el vaso hasta el borde con agua líquida, cuando se congele y ocurra el deshielo es probable que la moneda se caiga del vaso", explica.

"El agua es el misterio de este experimento, cualquier otra sustancia que sea líquida y se congela, su parte sólida se va al fondo", complementa Mella.

Tres kilos en un día

Rafael Jiménez, director de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Valparaíso, dice que un congelador que funciona bien está a menos 18 grados Celsius.

"El propósito de congelar alimentos es evitar que los microorganismos presentes en él se multipliquen y terminen en niveles que pueden enfermarnos, cuando un producto se descongela pierde esta propiedad", asegura.

Jiménez propone una vía alternativa al experimento.

"Si un alimento envasado sufrió un deshielo, verás cristales de hielo en la bolsa, eso significa que el agua se derritió y volvió a congelarse. Sólo con este hecho uno puede notar que algo ocurrió en el congelador. El consejo vale también al momento de comprar alimentos congelados. Cristales significan que hubo descongelación", explica.

En el caso del experimento, el académico dice que mientras más tiempo dure la falta o el corte de la energía eléctrica, mayor será la propagación de microorganismos.

"Si es una hora, no se va a notar porque el refrigerador al no ser abierto no sufrirá gran pérdida de temperatura. Cuando se corta la luz hay que evitar al máximo abrir el refrigerador porque con la temperatura externa comienza a subir la temperatura interna del refrigerador más rápido, aunque si estás de vacaciones eso no será un problema", puntualiza.

Jiménez hace el cálculo estándar para chequear en conjunto con la moneda en el vaso, si hubo un deshielo significativo.

"La carne, por ejemplo, se demora un día por cada tres kilos de peso en descongelarse, esto considerando que se hace a temperatura de la parte baja del refrigerador. Si es a temperatura ambiente, se demora la mitad", detalla.

Por su parte, Venegas calculó que un vaso de 200 mililitros con agua se demora diez horas en congelarse y cuatro horas en descongelarse a temperatura ambiente de 23 grados Celsius.

Sin embargo, Jiménez recomienda irse de vacaciones con el refrigerador vacío.

"Si hubo un corte de luz de pocas horas, no afecta en nada, pero es difícil saber cuánto tiempo fue realmente con los datos que yo entrego y el experimento de la moneda, así que mejor no arriesgarse", declara.

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