Los virus son conocidos principalmente por invadir las células del organismo y causar enfermedades como el coronavirus. Pero no todos los virus son malos para la salud.
"Se pueden usar los virus para el bien", plantea el doctor en Ciencias Biomédicas Claudio Hetz, quien recientemente patentó en Estados Unidos una tecnología desarrollada en Chile que retrasa el envejecimiento cerebral, basada precisamente en virus.
Hetz, quien es director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica BNI de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explica que la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas que afectan a los adultos mayores tienen patrones comunes y eventos transversales.
"Esto tiene que ver con que se altera el equilibrio de las proteínas en las neuronas y se empiezan a producir proteínas dañadas que son altamente tóxicas para el cerebro. Esa es la causa del Alzheimer, de la demencia. Uno de los pilares fundamentales del envejecimiento es el decaimiento en la capacidad que tienen nuestras neuronas de autolimpiarse, de eliminar las células dañadas", dice el doctor que lleva más de 20 años trabajando para entender cómo las células reparan y recuperan su función.
Ratones al laberinto
Una de sus últimas investigaciones fue trabajar en el envejecimiento cerebral natural, a través de experimentos en ratones.Felipe Cabral, doctor en Biofísica y coautor de la investigación, explica, desde Río de Janeiro que un ratón vive en promedio 2 a 2 años y medio, lo que equivale a unos 60 a 70 años humanos.
"Durante dos años constatamos el deterioro progresivo natural de las capacidades cognitivas, motoras y de memoria de los ratones a lo largo de sus vidas. Por ejemplo, cuando les costaba más encontrar un camino por un laberinto, cuando perdían fuerza en la trotadora, etcétera. Además, medimos la actividad de las neuronas para ver cuáles eran las moléculas que cambiaban durante el envejecimiento", dice el investigador del BNI y de la Universidad de Río de Janeiro.
Virus bueno
Una vez constatado el deterioro en los ratones, los investigadores les aplicaron una terapia génica, cuya misión era activar artificialmente todos los procesos de autoreparación en las proteínas de las neuronas."La terapia génica lo que hace es tomar virus presentes en la naturaleza, los modifica, les elimina su genoma y los ocupa como una especie de cápsula, que lo que hace es inyectarle a la célula el gen terapéutico. Le inyecta a la neurona este factor de reparación y lo deja ahí por siempre. Al hacer eso las neuronas rejuvenecen, recuperan sus capacidades perdidas. Nuestra terapia génica, Proteoestaser 1, consiste en usar un virus adenoasociado (AAV) genéticamente modificado como un vector de entrega de un gen terapéutico, que es el factor maestro (XBPI), que lo que hace es mejorar el equilibrio de las proteínas en las neuronas", explica Hetz.
-¿Qué hace la proteína XBPI?
-En la naturaleza hay una forma de XBPI inactiva, y cuando la célula se estresa lo prende, lo activa. La tecnología que hicimos fue entregar artificialmente la forma activa, para devolverle la capacidad de reparación a la célula, porque en el envejecimiento, la habilidad de la neurona de activar este factor se pierde.
-¿Cómo se aplica esta terapia?
-Lo que hicimos fue esperar a que los animales envejecieran y mostraran un deterioro normal, como los problemas de memoria. A esos animales los tratamos y les inyectamos los virus en el hipocampo, la zona del cerebro que almacena nuestras memorias entre otras cosas.
-¿Cuáles fueron los resultados?
-Fueron bien impresionantes. Los animales recuperaron su capacidad de memorizar, discriminar entre un objeto nuevo y uno viejo. Además medimos, utilizando técnicas de electrofisiología, las capacidades sinápticas directamente y vimos que la sinapsis recupera su función, se vuelve mucho más activa. Fue rejuvenecer el cerebro. Logramos hacer que animales viejos tuvieran la memoria equivalente a un animal joven, ese es el nivel.
Cabral añade que además de la función cognitiva, también pudieron evaluar la función de los músculos, la fuerza y la coordinación. "Si inyectamos el gen en el ratón joven, se podría obtener un mejor rendimiento físico".
"Revertimos efectos en ratones viejos de 24 meses (que equivalen a 60-70 años) que se comportaron como ratones jóvenes (30-40 años)", agrega Hetz.
-¿Esto se podría traducir en aumentar la expectativa de vida?
-No logramos medir eso, pero es algo que queremos hacer ahora. Acabo de aceptar un cargo para abrir un segundo laboratorio en el Buck Institute de California. Ahí voy a desarrollar líneas de investigación en envejecimiento cerebral donde queremos medir las expectativas de vida.
-¿Qué impacto podría tener esto en humanos?
-Si esto se traduce en efectos terapéuticos en humanos, probablemente no solo va a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, sino que quizás va a disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades como el Alzheimer.
Los resultados de la terapia génica están en revisión en la revista "Nature aging and mechanisms of disease". Pero, dados los buenos resultados, el Fondef (Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico) está financiando un proyecto para probar esta terapia génica en animales con Alzheimer.