Este miércoles fue un día especial para Natalia Duco (31). Se cumplió un año del
fallecimiento de su entrenadora cubana Dulce García. Por la tarde, la lanzadora de
bala y reciente ganadora de "MasterChef celebrity" (Canal 13) publicó un video en su
Instagram (@nataliaduco) dedicado a su preparadora y al final incluyó una
revelación: "Contarte que si siempre he llevado un pedacito de Cuba en mi corazón,
ahora lo llevo en mi vientre", adjuntado una imagen de su panza de embarazo.
La atleta cuenta que tiene cinco meses de gestación de Luciano, mismo nombre que su abuelo, papá y su hermano chef, "que es mi ídolo". El pequeño en camino será su primer hijo junto su pareja, el odontólogo Rafael Bueno, también cubano. A pesar de que se conocían hace ocho años se juntaron tras la partida de Dulce. "Sabía poquita gente de mi embarazo. Para la final de MasterChef (hace 18 días) ya se me notaba la guata, creo que la gente pensó que había engordado por tantos postres en cuarentena", lanza con una risa.
-¿Por qué contarlo hoy?
-Siento que la vida es súper cíclica. Hay momentos de pena, de pérdida pero también vienen la muerte y el nacimiento. A veces uno no entiende estos procesos y se desespera muy a menudo por no comprender el porqué pasan las cosas. Quise esperar que terminara el programa y que mi bebé estuviera más grande y firme. Y justo calzó que hoy hace un año se fue una de las personas más importantes de mi vida. Contarlo hoy públicamente con ese video es como contárselo a Dulce y porque después del programa siento que pasé de ser una atleta nacional a acercarme mucho más a la gente.
-¿Cómo se enteró?
-Siempre he sido de ciclo menstrual irregulan Así que un atraso no me asustaba tanto, pero esta vez ya tenía tres semanas. Me hice un test de embarazo y sabía que iba a salir positivo. Estaba con Rafael, nos miramos en shock, no sabíamos si llorar o abrazarnos. Después nos pusimos felices y a hacernos miles de preguntas, como cuánto tenía (de gestación), si estaba sano, cómo debo cuidarme y entrenar, etcétera. Si bien siempre he querido ser mamá, esto no fue planificado. Cuando fui al doctor ya tenía siete semanas. Para las dos abuelas es el primer nieto, así que todos estamos desesperados porque nazca.
La llega de Luciano también implicó un cambio rotundo en la vida deportiva de Duco. En abril del 2021 se termina su sanción de tres años sin competir por doping y llevaba meses preparándose para clasificar a los aplazados -por la pandemia- Juegos Olímpicos de Tokio, en julio del 2021.
-Estando embarazada, ¿qué sucede con su carrera?
-Lo que más me ilusiona es volver a competir con mi hijo alentándome. La fecha de clasificación para Tokio me queda un poco justa. Lucianito debería nacer a inicios de enero y yo podría clasificar en junio. Estoy con un equipo gigante: un ginecólogo, una kinesióloga experta en partos y deportes, mi preparador físico (Carlos Cardemil) y una deportóloga. Estoy cuidando a mi bebé y haciendo todo lo posible para retomar mi carrera lo antes posible. Fantástico si alcanzo a estar en Tokio, si no igual mi idea es volver a las pistas el próximo año en alguna competencia como los Juegos Odesur o un mundial en Estados Unidos, cosas grandes. Volver no sólo es algo para mí sino un aprendizaje para mi hijo, quiero ser un ejemplo para él, que uno se puede caer, pararse y volver a surgir.
-No se tomó el embarazo como una sentencia.
-Me han dicho que después que eres mamá cambias y ves la vida de otra forma. Esto es un cambio y fortaleza para mí. Sigo entrenando de lunes a sábado, sigo pudiendo lanzar dos veces por semana y tres haciendo pesas, sumado a una sesión semanal de kinesioterapia para piso pélvico. Me han quitado y cambiado ejercicios porque mi equipo me monitorea, me hago ecografías a menudo. Quiero entrenar hasta que se pueda mientras siga siendo seguro para mi hijo. Sé que hay muchos estereotipos con lo de hacer ejercicio en el embarazo, pero esto no significa estar enferma, y entreno desde los 14 años.
-Un cambio fuerte en la vida.
-Ha sido un mundo nuevo. Desde pasar de ser muy carnívora a tenerle asco a la carne, los antojos con naranjas, kiwis y tunas, pero no me como una, me como 10. Me mandé a hacer calzas especiales con una diseñadora porque el resto de mi ropa me aprieta y ya no me la puedo poner. Veo todos los días cómo cambia mi cuerpo. Despertarse cuatro veces por noche para ir al baño... eso antes nunca me pasó.
-¿Y cómo se ha sentido?
-Soy hiperactiva y de noche me daban ganas de cocinar y limpiar la casa, pero embarazada me ha pasado que son las 8, 9 de la noche y ya estaba durmiendo y despertar a las 11 de la mañana al otro día... Las primeras semanas tenía mucho sueño, náuseas y vómitos, andaba mareada y con dolor de cabeza. Ahora me controlo más porque tengo un umbral grande del dolor y fatiga.
Natalia también retomó su carrera de Sicología con clases online en la Universidad Gabriela Mistral donde también es ayudante en dos ramos, además de preparar un libro de recetas. "Soy una mamá multifuncional, soy un pulpo", cierra con otra risa.
La atleta cuenta que tiene cinco meses de gestación de Luciano, mismo nombre que su abuelo, papá y su hermano chef, "que es mi ídolo". El pequeño en camino será su primer hijo junto su pareja, el odontólogo Rafael Bueno, también cubano. A pesar de que se conocían hace ocho años se juntaron tras la partida de Dulce. "Sabía poquita gente de mi embarazo. Para la final de MasterChef (hace 18 días) ya se me notaba la guata, creo que la gente pensó que había engordado por tantos postres en cuarentena", lanza con una risa.
-¿Por qué contarlo hoy?
-Siento que la vida es súper cíclica. Hay momentos de pena, de pérdida pero también vienen la muerte y el nacimiento. A veces uno no entiende estos procesos y se desespera muy a menudo por no comprender el porqué pasan las cosas. Quise esperar que terminara el programa y que mi bebé estuviera más grande y firme. Y justo calzó que hoy hace un año se fue una de las personas más importantes de mi vida. Contarlo hoy públicamente con ese video es como contárselo a Dulce y porque después del programa siento que pasé de ser una atleta nacional a acercarme mucho más a la gente.
-¿Cómo se enteró?
-Siempre he sido de ciclo menstrual irregulan Así que un atraso no me asustaba tanto, pero esta vez ya tenía tres semanas. Me hice un test de embarazo y sabía que iba a salir positivo. Estaba con Rafael, nos miramos en shock, no sabíamos si llorar o abrazarnos. Después nos pusimos felices y a hacernos miles de preguntas, como cuánto tenía (de gestación), si estaba sano, cómo debo cuidarme y entrenar, etcétera. Si bien siempre he querido ser mamá, esto no fue planificado. Cuando fui al doctor ya tenía siete semanas. Para las dos abuelas es el primer nieto, así que todos estamos desesperados porque nazca.
La llega de Luciano también implicó un cambio rotundo en la vida deportiva de Duco. En abril del 2021 se termina su sanción de tres años sin competir por doping y llevaba meses preparándose para clasificar a los aplazados -por la pandemia- Juegos Olímpicos de Tokio, en julio del 2021.
-Estando embarazada, ¿qué sucede con su carrera?
-Lo que más me ilusiona es volver a competir con mi hijo alentándome. La fecha de clasificación para Tokio me queda un poco justa. Lucianito debería nacer a inicios de enero y yo podría clasificar en junio. Estoy con un equipo gigante: un ginecólogo, una kinesióloga experta en partos y deportes, mi preparador físico (Carlos Cardemil) y una deportóloga. Estoy cuidando a mi bebé y haciendo todo lo posible para retomar mi carrera lo antes posible. Fantástico si alcanzo a estar en Tokio, si no igual mi idea es volver a las pistas el próximo año en alguna competencia como los Juegos Odesur o un mundial en Estados Unidos, cosas grandes. Volver no sólo es algo para mí sino un aprendizaje para mi hijo, quiero ser un ejemplo para él, que uno se puede caer, pararse y volver a surgir.
-No se tomó el embarazo como una sentencia.
-Me han dicho que después que eres mamá cambias y ves la vida de otra forma. Esto es un cambio y fortaleza para mí. Sigo entrenando de lunes a sábado, sigo pudiendo lanzar dos veces por semana y tres haciendo pesas, sumado a una sesión semanal de kinesioterapia para piso pélvico. Me han quitado y cambiado ejercicios porque mi equipo me monitorea, me hago ecografías a menudo. Quiero entrenar hasta que se pueda mientras siga siendo seguro para mi hijo. Sé que hay muchos estereotipos con lo de hacer ejercicio en el embarazo, pero esto no significa estar enferma, y entreno desde los 14 años.
-Un cambio fuerte en la vida.
-Ha sido un mundo nuevo. Desde pasar de ser muy carnívora a tenerle asco a la carne, los antojos con naranjas, kiwis y tunas, pero no me como una, me como 10. Me mandé a hacer calzas especiales con una diseñadora porque el resto de mi ropa me aprieta y ya no me la puedo poner. Veo todos los días cómo cambia mi cuerpo. Despertarse cuatro veces por noche para ir al baño... eso antes nunca me pasó.
-¿Y cómo se ha sentido?
-Soy hiperactiva y de noche me daban ganas de cocinar y limpiar la casa, pero embarazada me ha pasado que son las 8, 9 de la noche y ya estaba durmiendo y despertar a las 11 de la mañana al otro día... Las primeras semanas tenía mucho sueño, náuseas y vómitos, andaba mareada y con dolor de cabeza. Ahora me controlo más porque tengo un umbral grande del dolor y fatiga.
Natalia también retomó su carrera de Sicología con clases online en la Universidad Gabriela Mistral donde también es ayudante en dos ramos, además de preparar un libro de recetas. "Soy una mamá multifuncional, soy un pulpo", cierra con otra risa.