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Fiesta de matrimonio dejó 147 contagiados y 3 muertos por Covid-19 en Estados Unidos
Hace exactamente un mes, el viernes 7 de agosto, una pareja celebró su matrimonio en el pueblo de Millinocket, en el estado de Maine, Estados Unidos. Tras la ceremonia en una iglesia, vino la fiesta en un centro de eventos llamado Big Moose Inn.

En ese momento, la gobernadora Janet Mills permitía reuniones con un máximo de 50 personas en espacios cerrados y 100 al aire libre. La boda fue bajo techo y acudieron 65 personas.

Como consecuencia, el enlace dejó una enorme cantidad de infectados de coronavirus.

Solo hasta este viernes, el sistema de trazabailidad de las autoridades locales había identificado a 147 personas que se contagiaron ya sea porque asistieron a la celebración o porque fueron contactos estrechos de quienes asistieron, según informó el vocero del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Maine, Robert Long, a NBC News.

El virus viajó desde el centro de eventos en algunos casos hasta 150 kilómetros. La cárcel del condado de York, por ejemplo, identificó 72 casos después de que un empleado del penal asistiera al matrimonio, dijo el doctor Nirav Shah, director del CDC de Maine.

Algo similar pasó con un hogar de ancianos, Maplecrest Rehabilitation and Living Center, de Madison, que tiene 19 casos relacionados con la boda: 8 residentes y 11 miembros del personal. Otras diez personas vinculadas a la Iglesia Bautista Calvary también dieron positivo, luego de que su pastor oficiara la boda.

El 21 de agosto una mujer que no asistió a la boda pero que tuvo contacto con alguien que sí fue, murió a causa del virus. Otras dos personas murieron días después.

El riesgo mayor

En Chile, el doctor Carlos Pérez, infectólogo y decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Universidad San Sebastián, se entera del caso y confirma el peligro tras este tipo de aglomeraciones. "El riesgo -dice- aumenta porque las personas han tenido diferentes grados de exposición previamente. Podrían estar incubando el virus sin saberlo, y eventualmente contagiar a muchas personas. Por eso hay que limitar al máximo estos encuentros".

-¿Y qué ocurre si las personas deciden asistir de todas formas?
-Es importante mantener las medidas de precaución y autocuidado, siempre con mascarilla. Al momento de sacársela, asegurarse de que la distancia física sea mayor a un metro, y luego de comer y/o beber volver a ponerse la mascarilla. El tema con estos encuentros es que con el alcohol, las personas se van relajando y aumentan los riesgos.

-Las autoridades han repetido harto todo eso, pero sigue habiendo contagios por eventos así.
-La responsabilidad es de cada individuo. Hay que cumplir la norma de la autoridad sanitaria, pero es responsabilidad de cada uno. La mayor parte de la población sigue susceptible al virus, que no ha cambiado en nada sus características. La situación es la misma que hace unos meses, solo que las autoridades han establecido ciertas medidas de precaución.

El abrazo y el reencuentro

Vivian Luchsinger, académica del programa de virología ICBM de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, agrega otro punto: "Es difícil que en un matrimonio se mantenga distancia y se use mascarilla. Estás con familiares o personas conocidas, la gente se abraza, se reencuentra. Es difícil, no puedes pedirles que no lo hagan porque eso no va a ocurrir. Los encuentros familiares y eventos sociales han sido una fuente importante de propagación del virus, no solo en Chile, sino que en todo el mundo.

-Se viene el 18, doctora.
-Esa fecha es de alto riesgo, los chilenos nos preparamos para el ese día. Vamos a reuniones familiares, hacemos asados, compartimos en familia. Es parte de nuestro comportamiento, pero hay que saber que es una fecha especialmente riesgosa. Si no se respetan las normas, habrá muchos infectados. No estamos para reuniones sociales porque el riesgo de infección aún existe. Hay que reforzar el uso de mascarillas y la distancia física y sobre todo no relajarnos. El virus está, aún tenemos infectados. El virus no considera a septiembre como vacaciones, así que depende de nosotros.

En una declaración al portal de noticias "People", la propietaria de Big Moose Inn, Laurie Cormier, reconoció el error de no haber respetado el número de personas permitidas y destacó que han estado "mejorando aún más nuestras medidas de desinfección". De todos modos, el CDC sigue investigando su responsabilidad.

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