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El gran drama de Ruperto
El domingo 13 de octubre del año pasado, el Gran Circo de Ruperto cerró su temporada de Fiestas Patrias con una actuación en las cercanías de la estación Elisa Correa del Metro, en Puente Alto. Después de eso, se desarmó la carpa y se alistó todo para el traslado a Colina. El viernes 18 de octubre comenzaban sus funciones en esa comuna, pero ese mismo día se produjo el estallido social. "Me llegaron amenazas que me iban a quemar la carpa y tuve que bajar la carpa", recuerda Christian Henríquez, el hombre tras Ruperto. Desde esa fecha la carpa está guardada adentro de un tráiler en la casa del comediante. Ya lleva 11 meses sin poder hacer funciones y su situación económica es compleja, aunque ahora tiene una función en un servicio de streaming que ve como un salvavidas.

"Por el lado del circo, desde octubre que estoy sin ingresos. Sólo tengo lo que gano en "Morandé con Compañía" (el programa del Kike se mantiene como líder de sintonía los viernes) y sería", confiesa.

-¿Vive de los ahorros?
-Sí, imagínate, ya llevo un año comiéndome los ahorros. El chanchito se rompió hace rato. En lo personal estoy pasando por una situación bien crítica y muchas familias circenses están pasando por lo mismo, porque lo del estallido se alargó con esto de la pandemia. Los ahorros se ocuparon para comer, para pagar los gastos, el teléfono, internet. No he podido pagar mis deudas porque no hay dinero para pagar gastos grandes.

-¿Deudas asociadas al circo?
-Sí, en 2018 compré una carpa muy moderna y tuvimos que endeudarnos por mucho dinero. Se abonó un pie, pero luego se paga en cuotas y no he podido terminar de pagarla. Las hacen en México pero con telas francesas y tiene un costo muy elevado porque son climatizadas, a prueba de agua y soportan vientos de 130 kilómetros por hora.

-¿Cuánto le costó?
-130 mil dólares (poco más de 100 millones de pesos) y todavía me queda pagar la mitad. Ahí estamos, luchando, afortunadamente, la gente que la hizo nos entendió y nos dio más plazo para solucionar el tema. Me dieron hasta el 2021. Pero es una plata que hay que pagar sí o sí y hay que juntarla como sea de aquí al próximo año.

-¿Qué pasa con la gente que trabaja con usted en el circo?
-Yo trabajo con 55 personas y afortunadamente todos entendieron y están reinventándose, unos haciendo shows online y otros vendiendo productos típicos como cabritas, manzanas confitadas, churros... los salen a vender a la calle, ese es su sustento hasta hoy.

-¿No pensó en pedir un crédito de los que dio el Estado?
-Lo que pasa es que pese a que lo necesito, no quiero porque hay que pagarlo igual y no queremos meternos en más gastos.

-Ahora tiene un show en un sitio de streaming.
-Sí, he buscado soluciones a través de plataformas, pero estoy recién empezando. De Tu Butaca, me llamaron para hacer una mini función que dura una hora. Hicimos una selección de los mejores actos en los siete años que llevamos con el circo, con una rutina nueva de 25 minutos de Ruperto y ya está en la plataforma y la gente puede verla. Cuesta 5.000 pesos. Está hace un mes y hemos tenido mucho éxito.

-Algo es algo.
-Claro, nos puede dar un respiro para poder seguir subsistiendo, estamos viviendo el día a día hasta que en un futuro no muy lejano pueda reactivarse esto y puedan salir los circos.

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