-->

Escribe y presiona enter

On
El duro momento que vive el negocio de los matrimonios
En 20 años de trabajo, Jeanette García ha vestido a unas cuatro mil novias. En su tienda Ingenue Novias (en Instagram @ingenue novias) ha vivido tardes de sábado intensas, como aquella jornada en que preparó a 15 chicas para sendos casamientos. "Pero ya no puedo seguir. Las ventas han venido bajando sostenidamente en el último par de años porque la gente se casa menos y realiza las fiestas en lugares campestres, más rústicos y las mujeres ya no se interesan tanto en los vestidos de novia. El año pasado el estallido social complicó las cosas y ahora la llegada del coronavirus terminó siendo catastrófico. Desde febrero que no he trabajado en una novia", cuenta la empresaria que cerrará su negocio y está desprendiéndose de sus últimas unidades.

Lo mismo pasa con muchas personas que se dedican a trabajar en enlaces de pareja: o su negocio quebró o están pasando momentos amargos productos de las medidas sanitarias que han limitado esta clase de eventos.

Tradición a la baja

Cuando Jeannette García habla de una disminución de matrimonios, tiene razón. Se han mantenido a la baja desde 1990, cuando hubo 104.740 casamientos, según una nota de "El Mercurio" que cita al Registro Civil. El 2000 se registraron 67.397. El periodo más bajo de estas décadas lo marcó 2004, con 54.122 uniones. El año con más casamientos de la década pasada fue 2016, con 69.431. De ahí comenzó a bajar hasta el año pasado, que registró 61.594.

La pandemia derrumbó todas las cifras: entre enero y agosto se casaron 25.194 parejas. El año pasado, a la misma fecha, los enlaces sumaban 41.385. Además, aquellas ceremonias realizadas ya no son seguidas por fiestas con numerosos invitados, por medidas sanitarias impuestas por la autoridad.

"Veníamos mal, pero la pandemia fue el golpe final", explica Juan Carlos Abugarade, quien no tuvo más remedio que cerrar en abril el negocio que hace 86 años abrió su abuelo Salvador, La Casa Blanca, el negocio más tradicional del rubro.

"Hasta 2015 veníamos como avión y vendíamos hasta 12 mil vestidos en un año. Teníamos 250 empleados y seis tiendas, pues si bien habían bajado las bodas, teníamos todavía muchas clientas. El estallido social del año pasado nos pegó duro porque ocurrió en octubre, el mes que da inicio a la temporada en que se producen más matrimonios, que llega hasta marzo", afirma. Tampoco hubo suficientes primeras comuniones, un rito religioso para el que también vendían implementos. Aunque bajaron su personal a 130 y se quedaron con cuatro tiendas a principios de 2020, la pandemia terminó por sepultar la demanda y así Abugarade decidió terminar la empresa familiar.

Jorge Zúñiga Rubinstein es dueño de la sastrería Rubinstein, con casi cien años de existencia especializados en trajes de hombre, con dedicación en el vestuario de novios y acompañantes. "Hemos podido resistir esta situación, pero llevamos cuatro meses detenidos y más de cien matrimonios suspendidos", cuenta en momentos que espera la reactivación del rubro a medida que pasen las medidas sanitarias. "Conmigo trabajan nueve personas y no he despedido a nadie, ellos son vitales", agrega el sastre.

Para Eugenio Yaksic el coronavirus provocó un cambio inesperado. De vender semanalmente 2 mil flores en su tienda (en Instagram @Eugenio_YaksicFloreria) ahora despacha a domicilio unas 70. "Ofrecía una variedad de flores importadas como las orquídeas, hortensias, rosas y crisantemos, así como otras nacionales: lilium y tulipanes. Me he tenido que reinventar con venta de plantas y mantenciones florales. Además, vendemos flores de condolencias", sostiene justamente sobre este año, que hasta este martes contabilizaba 1 1.682 muertes por el Covid-19 en Chile.

Iliana Ortiz tampoco recordará con cariño el 2020. Tiene una empresa que fotografía de eventos, llamada Moon Cabinas (@mooncabinas en Instagram), que en fines de semanas productivos podía cubrir hasta seis matrimonios. "Desde que empezó la pandemia tenemos cero. Así de fuerte ha sido. La gente cotiza nuestros servicios, pero no confirma las fechas y eso que estamos es la época del año en que hay eventos en empresas y graduaciones. Diciembre es nuestro mejor mes y no tenemos nada agendado hasta marzo, pero todo dependerá de lo que ocurra. Es muy triste", menciona al recordar al equipo de trabajo, compuesto de cuatro personas, que no pudo conservar.

¿Y ahora cómo me caso?

El panorama para los novios no es tan sencillo. Si quieren casarse, deben saber que el Registro Civil no está organizando matrimonios a domicilio. Los interesados necesitan pedir una hora en las oficinas de la institución o al teléfono 600 370 2000. Sólo se realizan los días de semana en horarios de oficina, de lunes a viernes de 8.30 a 14 horas, con un aforo limitado dependiendo del tamaño de la sala. La mayoría de estas son pequeñas, así que caben sólo los novios, los testigos y el oficial civil. Todos ellos deben ir, sin excepción, con mascarillas.

Click para comentar