En el caso de las edificaciones en la zona central de Chile, la orientación sur y norte de las fachadas determinan la influencia del Sol en la misma, como explica Andrés Díaz, director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales.
"La orientación del departamento determina el calor e iluminación natural que recibimos directamente del Sol. En el hemisferio sur, la trayectoria del Sol impide que éste incida directamente en las superficies orientadas al sur. Así, los departamentos orientados al sur son más fríos en invierno que los con orientación norte", explica el también doctor en Ingeniería Mecánica.
Lo anterior ha generado una mala fama que los lleva a costar hasta 20% menos que un departamento de iguales características, pero con vista al norte, que gozan de luz solar la mayor parte del día. Para María Luisa del Campo, arquitecta, máster en Ciencias y académica del Centro Tecnológico Kipus de la Universidad de Talca, esta mala fama es exagerada.
"El frío es mucho más manejable que el calor", argumenta.
Más que comodidad
Las implicancias de vivir con un balcón apuntando al sur de Chile van un poco más allá que las discusiones entre inviernistas y veranistas."Los materiales de construcciones sufren patologías a partir del poco sol y la humedad, que llama a hongos y bacterias. Y si bien estar 100% frente al sol tiene sus incomodidades, el no soleamiento es más complejo", dice Richard Zapata, ingeniero civil, máster en Planificación Urbana y gerente del Grupo Zoin Ingenieros.
Coincide el arquitecto Pablo Pulgar, magíster en Edificación Sustentable y docente del Departamento de Ciencias de la Construcción de la Universidad Tecnológica Metropolitana.
"El poco sol hace que tiendan a ser más oscuros y fríos, generando porcentajes de humedad más altos que se concentran al interior de la vivienda y se condensan. Eso genera hongos, mohos y todo lo que ocurre en un lugar cerrado al que no le llega Sol ni ventilación", explica Pulgar.
Este efecto no ocurre en los departamentos que miran al norte gracias a que la luz ultravioleta del Sol elimina virus y bacterias, además de calentar el lugar. Otro factor climático que incide es el viento, que también ayuda a la pérdida de calor de las construcciones.
"Como los departamentos que dan al sur reciben también el viento más frío que llega del sur en la zona central, ese frío genera un puente térmico con las fachadas y en la ventana, que causa pérdidas de calor mucho mayores", agrega el especialista de la Universidad Tecnológica Metropolitana.
El costo
Este desequilibrio de temperaturas entre el norte y el sur hace que quienes optan por la segunda alternativa deban preocuparse más de detalles, como la ventilación diaria del lugar y el tipo de calefacción usada."En el lado sur vas a tener que tener calefacción. Distinto es en el lado norte, donde la temperatura del recinto sube sin gastar un solo peso. Entonces, el consumo energético del lado sur es mayor que el del lado norte, al menos en invierno", asegura la arquitecta María Luisa del Campo.
El mismo cuidado existe en la construcción de los edificios.
"Al construir, se genera una envolvente térmica en la construcción para disminuir la pérdida de calor, agregando, por ejemplo, poliestireno expandido en los muros. Hay exigencias que piden poner cinco centímetros de poliestireno en general, mientras en la zona sur se pide diez centímetros de poliestireno", agrega el ingeniero Zapata.
Como no todo es un desastre, este Patito Feo inmobiliario tiene la oportunidad de lucirse: en verano.
"Como nuestro verano es más terrible que el invierno, tener 35 grados puede ser muy desagradable. No es lo mismo que tener -2 0 -3 grados en invierno", argumenta la especialista de la Universidad de Talca.