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Carabineros cambia munición de escopeta antimotines

Con más de 7 mil funcionarios en todo el país, Carabineros desplegó un plan de contingencia frente a las manifestaciones y disturbios del pasado 11 de septiembre.

A las nuevas medidas que se conocieron ese día —escudos de casi dos metros, un equipo de resguardo de evidencias y 12 drones—, también se sumó una munición para la escopeta antidisturbios.

Se trata de un nuevo cartucho que reemplazó al antiguo que contenía 12 perdigones de goma de 8 mm en su interior. El actual tiene solo tres, de mayor tamaño (superior a un centímetro de diámetro), y disminuiría el riesgo de daños en las personas.

Así lo confirman en el alto mando de la policía uniformada y explican que la munición se utilizará solo en casos de orden público y que aún no ha sido disparada en terreno. Su uso se rige por el mismo protocolo suscrito por el general director de Carabineros, Mario Rozas, que deja la utilización de la escopeta exclusivamente en caso de riesgo físico para un funcionario policial o para civiles.

En Carabineros señalan que este perdigón tendría una menor probabilidad de penetrar en el cuerpo humano al contar con un diámetro mayor que el anterior. La comparan con la munición que utiliza la PDI, también de tres postas.

A esta modificación se suman los cambios en los protocolos para mejorar el diálogo con manifestantes y una serie de capacitaciones en DD.HH. realizadas durante 2020 para mejorar los procedimientos.

Fiscal indaga pruebas de campo con cartucho antiguo

El antiguo cartucho de doce perdigones es materia de investigación por parte de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte a cargo de las causas por lesiones oculares durante la crisis social.

La indagatoria de la fiscal jefe de la Unidad de Alta Complejidad, Ximena Chong, se centra en la composición de los perdigones —el porcentaje de goma y de metal que poseen—, como también en los elementos químicos disuasivos utilizados por Carabineros durante la crisis social.

Ante el Ministerio Público, la policía uniformada y la empresa proveedora de los cartuchos ya entregaron una serie de antecedentes para la investigación.

Uno de ellos es un estudio de 2012, elaborado por Carabineros, y se denomina “Disparo con Escopeta Antidisturbios con Empleo de Cartuchería con Perdigón de Goma y sus Efectos en la Superficie del Cuerpo Humano”.

En el documento se explica que en distancias que van de los cinco a los 30 metros el perdigón produce estallido ocular. De ahí que se recomiende percutar la escopeta a una distancia superior.

Además, se detalla que el objetivo del estudio era informar al departamento educacional de la institución sobre los efectos y lesiones que puede causar la escopeta, “con el fin de ser tomada en consideración en la elaboración y diseño del curso de capacitación, orientado al correcto uso del arma antes mencionada”, dice el documento.

Daños físicos entre los 5 y 30 metros de disparo
Las pruebas de disparo se realizaron en la Escuela de Carabineros y se concluyó que a cinco metros producía fractura de hueso craneal con ingreso de perdigón, herida penetrante en rostro y estallido ocular. A 10 metros, en tanto, contusión cerebral, y otras heridas penetrantes en la cara y cuerpo.

A los 15, 25 y 30 metros, en todas esas distancias, la munición genera estallido ocular, según el estudio. Esta información derivó en la ya conocida recomendación de disparar a una distancia mayor que 30 metros y apuntando a la parte inferior del cuerpo.

En una prueba realizada contra una plancha de madera, el estudio concluye: “Finalmente, se realizó un último disparo a una distancia de 30 metros de la zona de impacto, observando en la superficie del blanco solo dos impactos superficiales, donde los perdigones no lograron traspasar la superficie de madera, rebotando en la madera y perdiéndose en el espacio”.

La empresa que provee la munición entregó una serie de documentos, con las especificaciones técnicas de los elementos y las recomendaciones para su uso.

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