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Por qué primero leemos las palabras y después vemos los colores en este ejercicio cerebral
Nunca es tarde para que su materia gris haga "brain gym" y se mantenga joven. Entre los diferentes ejercicios para despertar a las denominadas neuronas Netflix, esas que están en el sofá sin moverse, está el responder correctamente una lista de palabras escritas en diferentes colores.

En la "Escuela para aprender a ser feliz", dirigida por la sicóloga Luciamelia García se enseña en un colorido texto de gimnasia cerebral para establecer nuevas conexiones entre el hemisferio derecho e izquierdo, entrenar la concentración y el cambio de atención. La gracia es repetir en voz alta el color en el cual está escrita la palabra, un sencillo ejercicio que ayuda a conservar la memoria y otras funciones cognitivas hasta la vejez. Por ejemplo, la palabra amarillo está escrita en verde y si se pregunta ¿de qué color es la palabra amarillo? La respuesta, generalmente, es amarillo y no verde, que sería lo correcto (ver imagen). ¿Por qué pasa esto?

Hemisferios diferentes

"La palabra de la tonalidad escrita en otro color diferente es difícil para el cerebro porque lo obliga a compatibilizar el hemisferio izquierdo, que es el sector más racional, con el hemisferio derecho, que es más emocional, intuitivo", dice German Cueto, neurólogo y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Agrega Cueto que la gimnasia cerebral estimula en personas con algún deterioro a que se reduzca, se supere o desaparezca, incluso.

"El ejercicio es una prueba de atención y de capacidad de inhibir respuestas inadecuadas que se encuentran en el lóbulo frontal. Entran en competencia los dos lados del cerebro y la capacidad del lóbulo frontal de elegir la respuesta correcta según la instrucción. En la medida que el lóbulo frontal funciona bien, las respuestas serán correctas. Esta es una función mental que es parte de las funciones ejecutivas, fundamentales en la vida cognitiva", destaca Ignacio González, neurólogo de Clínica Universidad de los Andes.

Del ejercicio de los colores, argumenta que "cuesta más decir el color por una interferencia semántica, somos animales donde el lenguaje influye demasiado, e interfiere con este tipo de respuestas. Tendemos a decir primero lo que nos sale más fácil teniendo en cuenta que en el cerebro humano predomina el lenguaje, por eso nos cuesta decir el color".

Volumen cerebral

El neurólogo Cueto agrega que "culturalmente se asocia el color con la palabra y ahora, con este ejercicio, disociar rápidamente para decir el color correcto es difícil y exigente para el cerebro porque en nuestra vida diaria no necesitamos hacerlo. Al contrario, es útil relacionar el color con la palabra en forma automática".

Comenta que este "brain gym" de colores y palabras va contra el automatismo. Independiente de los ejercicios de palabras y colores de la "Escuela Luciamelia García", Cueto resalta que "cambiar una rutina o aprender idiomas, por ejemplo, estimulan al cerebro a desarrollar nuevas conexiones y esas nuevas conexiones van a implicar una mayor capacidad de análisis y una mayor rapidez, además de un aumento en el espesor de la materia gris y un aumento del volumen general del cerebro".

Todos aportan

González dice que "todos los ejercicios mentales son importantes para entrenar el cerebro y de esta manera mantenerlo activo. Mientras más cerebro usemos en una actividad es mejor el aprendizaje. Por eso, escribir con lápiz y papel es mejor para aprender que escribir sobre el teclado", pone como ejemplo González.

"Hay una gran variedad de ejercicios mentales o de estimulación cerebral que pueden hacerse para mejorar el rendimiento del cerebro", anexa Cueto y sugiere desde los archiconocidos crucigramas, sopas de letras, sudokus hasta malabarismo. En esta línea, la terapeuta española Catalina Hoffmann, especialista en desarrollo cognitivo sugiere el escuchar música 8D (un tipo de sonido que da la sensación sensación queproviene de diferentes direcciones) . Elegir un día de la semana y volverse diestro o zurdo, según corresponda porque facilita el cruce de los hemisferios cerebrales y leer en voz alta para abrir nuevas rutas neuronales.

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