Nervio trigémino
Una de las razones es que masticar evita que las lágrimas obliguen a respirar por la boca. Esta acción dispersa el gas lacrimógeno de manera que una cantidad significativamente menor alcanza las glándulas lagrimales, evitando que irriten lo suficiente para liberar lágrimas."Mascar chicle mejora la sensación de malestar que produce el ardor que produce el gas de la cebolla", dice David López, director del Programa de Quiropraxia de la Universidad Central.
Explica que, en general, cuando se produce el dolor se estimulan dos tipos de fibras sensitivas en nuestro sistema nervioso. "Las más finas transmiten dolor y las gruesas, vibración, presión, tacto, y movimientos articulares".
Agrega que cuando la persona esta mascando está moviendo los músculos de la boca. "Está estimulando fibras gruesas, como vibración y presión en las paredes de la boca, que inhiben la sensación de ardor que estoy sintiendo en el ojo, fibras finas. Entonces, la acción de masticar le baja el volumen al dolor. Esto es una técnica que en salud es la denominada "Teoría de la compuerta".
Abunda en detalles: "En el caso del chicle y la cebolla es efectivo porque tanto el ojo como la boca están inervados por el mismo nervio: el trigémino".
Culpable del lagrimeo
El doctor en química y profesor del Instituto de Química y Bioquímica de la Universidad de Valparaíso, detalla que uno de los compuestos que libera la cebolla al ser rebanada es la molécula sulfóxido de tiopropanal (C3H60S)."Es un gas irritante y lacrimógeno. Su liberación se debe a la ruptura de las células y las enzimas llamadas alinasas, que en contacto con el aire que se descomponen rápidamente generando el sulfóxido de tiopropanal", aporta.
En definitiva, el culpable del sufrimiento en la cocina es el famosos sulfóxido. "Irrita las membranas oculares y hace que se activen las glándulas lagrimales y para limpiar los compuestos genera lágrimas", acota.
El químico Juan Carlos Araya, académico de la Ucen, argumenta que la cebolla tiene un mecanismo defensivo. "Cuando se rompe el tejido produce una reacción con la enzima alinasa y de esta reacción se produce el oxido de azufre que al entrar en contacto con el conducto nasolagrimal descompone los ácidos que producen la irritación". Resalta que al igual que los mecanismos defensivos de la cebolla, el ojo tiene los propios y llora para bajar la concentración de los agentes químicos. "Es lo mismo que pasa con los gases lacrimógenos. Las lágrimas son una reacción refleja al igual que la tos". Están conformadas por agua, cloruro de sodio (sal común) y albúmina y su función es mantener limpia y húmeda la superficie de ojo, nutrir la córnea en su parte externa y actuar como lubricante para facilitar el movimiento de los párpados.