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Rodrigo Villalobos
En los más de quince años que ha dedicado a la búsqueda del gato andino, Rodrigo Villalobos ha visto sólo una vez a ese esquivo felino de cola larga, gruesa y con manchas anilladas, como la del personaje sonriente de "Alicia en el País de las Maravillas". El encuentro ocurrió el 2005, al anochecer, mientras volvía de un recorrido en moto por los solitarios paisajes del altiplano. "Iba bajando por uno de los caminos del volcán cerca de Putre y vi algo que se cruzó. Lo alumbré con un foco de la moto, me miró y pasó rápido. Fueron apenas dos segundos", recuerda de esa experiencia, sobre la que entonces no pensó que quizás sería la única en toda su vida.

Nacido en 1980, Villalobos es veterinario, tiene un doctorado en ciencias de la conservación en la Universidad de Minnesota y también es fotógrafo. Para destacar su mayor vocación, prefiere definirse como un conservacionista que, en diferentes iniciativas, se ha propuesto difundir el conocimiento del gato andino y crear de ese modo conciencia sobre su frágil condición: es el felino de América en mayor peligro de extinción y uno de los cinco más amenazados del planeta.

"Su población es bajísima. No existen más de 1.400 individuos adultos, que puedan reproducirse, en todo su rango de distribución, que es una zona gigantesca que abarca desde la cordillera central de Perú hasta el norte de la Patagonia argentina. Podríamos decir que en Chile hay menos de 400. Como nuestro país es el que tiene menos hábitat disponible para ellos, estamos siendo optimistas con esta cifra", explica.

De pelaje denso y grisáceo, con manchas café-rojo-amarillas y nariz negra, el Leopardus jacobita, su nombre científico, tiene dos veces el tamaño de un gato doméstico y pesa hasta 7 kilos. Con ese perfil, está convertido en casi una estrella desde el estreno de "Seeking the Andean cat", documental codirigido por Villalobos que recientemente fue premiado por el público en el festival de cine de vida salvaje y medioambiente Santiago Wild.

La película sigue a un grupo que va tras las huellas del peludo en el valle del Choapa (Coquimbo) y que el 2015 logró grabar con cámaras automáticas a algunos ejemplares (en el filme aparecen Coirón, un macho, y Diaguita, una hembra).

"Quedamos muy sorprendidos con el registro, que fue el primero en más de 140 años en la zona central, desde que Rodolfo Philippi, el naturalista, captó su presencia en 1870 en la cordillera de La Dehesa. Entonces empezamos un trabajo con las comunidades rurales, para crear conciencia. Nadie tenía idea del gato andino: para ellos era un gato montés. Ahora lo conocen, lo identifican y lo diferencian del gato colocolo. No se puede proteger algo que no se conoce", relata Villalobos, amante de los felinos desde su niñez, que transcurrió en una casona antigua de Santiago Centro donde sus cuchos se lucían cazando a los ratones gigantescos.

-¿Cuáles son las mayores amenazas para esta especie?
-Hay un tema intrínseco, asociado a su biología: es un animal muy especialista en su alimentación (la vizcacha) y en su hábitat. Su cola larga es la que le permite equilibrarse en acantilados, que es donde vive su presa. A eso hay que unirle el hecho de que sus hábitats están fragmentados. Naturalmente hay valles entre las montañas y en ellos está el ser humano, cuyo desarrollo los está extinguiendo. Pueden morir atropellados cuando cruzan de un lugar a otro, cazados por otros animales o por un escopetazo cuando los confunden con cachorros de puma. La gente mata animales silvestres porque los considera dañinos y eso es un error.

-¿Cómo han sido las jornadas de exploración en la cordillera?
-Vamos una vez al mes, por una semana, e instalamos los equipos. Nos dimos cuenta de que teníamos que hacer el documental porque el gato empezó a aparecer con mayor frecuencia: era una oportunidad única. Hicimos caminatas muy largas, de todo el día, en alturas que fluctúan entre los 2.000 y los 3.500 metros, buscando rastros, letrinas (donde depositan sus heces) y huellas. Es un trabajo arduo, hay que estar preparado. Esto es el resultado de pura pasión y de saber que estamos en lo correcto.

-Supongo que una de tus metas es volver a verlo en directo.
-En la zona del documental no lo he visto nunca y he ido casi todos los meses durante los últimos cinco años. Todos queremos tener esa oportunidad, es un animal maravilloso. El gato andino es un felino sagrado para las culturas originarias de los Andes. En el valle del Choapa hay petroglifos del gato andino, que, según las creencias, transmite buena suerte y está asociado a las cosechas abundantes y a la fertilidad del ganado. Esa idea persiste en el altiplano, sobre todo entre los aymaras y quechuas.
gato sagrado de los Andes

1 comentarios:

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