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Registro Civil
Dagma Sánchez (44) dice que fue difícil crecer con su nombre. "Fue un peso de tratar de hacer siempre las cosas bien porque no puedes pasar desapercibida. Había una gimnasta con ese nombre, mi papá pensaba que lo iba a ser y practiqué de chica. Creo que los nombres trascienden y me puse a investigar. A los 25 encontré el significado: el tercer ojo, el de la intuición. Mi hija se llama Mía Pastora, quise ser mamá y hay mucha pertenencia".

Dagma ha vivido con un nombre muy singular, tal como los 5.273 niños y niñas con nombre único no repetido a mayo de 2020, reportados por el Registro Civil. Durante el 2019 fueron 12.803 y el año anterior 13.043. Las inscripciones pueden ir desde una docena de maneras de escribir un nombre variando las letras y tildes hasta creaciones inéditas. "En cuanto a los nombres con los cuales son inscritos los recién nacidos, el Servicio de Registro Civil e Identificación respeta las decisiones que adopten los padres, sin perjuicio que los oficiales civiles, al momento de efectuar este tipo de trámite, puedan hacer algún tipo de sugerencia respecto al nombre a inscribir, para que no cause menoscabo a la persona a inscribir de acuerdo al artículo 31 de la Ley 4.808", comentaron en la institución.

Que tenga un sentido

Yadher Flores (30) considera que su nombre lo hace único. "Hasta quinto básico me hicieron bullying, pero después me acostumbré y hasta le encontraba gracia a la cantidad de sobrenombres que me ponían. Una vez estaba viendo Sábados Gigantes y vi a alguien con mi nombre, pero nadie más. Ni por Facebook. Mi mamá me decía que el nombre lo sacó mi abuela de una teleserie brasileña y a mi papá le gustó", recuerda.

La sicóloga Francisca Rodríguez explica que "para muchos niños puede provocar vergüenza por la reacción que tiene el entorno ante el nombre distinto. Los niños en vez de tomarse el tiempo de aprender cómo se llama el compañero se dedican a cambiarle los nombres o ponerle apodo. Al ser adulto, puede generar incomodidad porque puede haber dificultad al escribir documentos, al hacerles mal un cheque o un contrato, lo que va provocando frustración. Cuando el nombre tiene un sentido trascendente y amoroso, con una justificación, es mucho más fácil que ese nombre distinto sea amado".

Sin números ni signos

En mayo pasado Elon Musk, empresario y CEO de Space X y su pareja, la cantante Grimes, dieron la bienvenida a su retoño llamado "X A-12". Verónica González Temer, profesora de Fonética y Lingüística Interaccional de la UMCE, explica que el nombre se puede pronunciar como "X como la letra en inglés, pronunciado ash que viene del alfabeto latino del anglosajón y a su vez de las runas anglosajonas y luego A-12 como la letra y el número. Así que la pronunciación sería eks ash ei twelve ".

De acuerdo a la normativa del Registro Civil, en Chile no se pueden inscribir nombres con números ni signos. La ley dice que "no podrá imponerse al nacido un nombre extravagante, ridículo, impropio de personas, equívoco respecto del sexo o contrario al buen lenguaje", por lo que queda a criterio del oficial si se opone al nombre y si los padres insisten, es un Juez de Letras quien resuelve.

Árbol genealógico

La sicóloga Francisca Rodríguez agrega que los nombres tienen un rol fundamental para nuestra identidad. "Tienen que ver con qué nos identifica y qué nos diferencia de los otros. Nombre y apellidos nos instalan en un árbol genealógico como parte de una familia y de una herencia cultural. Cada nombre tiene una historia, no son puestos al azar. Son fundamentales en la construcción de la identidad de una persona, que se construye a través de nuestra relación con los otros".

La profesional destaca la utilidad de los nombres. "Quienes estudian el desarrollo del lenguaje aseveran que los bebés de 18 meses ya saben que personas y mascotas pueden recibir un nombre propio y no así otras categorías de cosas, como una bicicleta, por ejemplo".

Cambiar por única vez

Rodríguez comenta que muchas veces las familias le dan una significación distinta y los niños terminan sintiendo que tienen que cargar con el nombre más que honrarlo. "Esto depende de las atribuciones que le hicieron aquellos que eligieron ese nombre para y por nosotros, porque a lo mejor de adultos hubiéramos elegido un nombre distinto. Le pasa a mucha gente. Por eso se terminan cambiando el nombre legalmente o terminan usando más el apodo o el nombre que le fue asignado al nacer".

La abogada Maricruz Gómez de la Torre, académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, detalla que la Ley 17.344 que permite a las personas por una única vez cambiar nombres, apellidos o ambos a la vez. Esto se puede hacer en tres casos: que sean ridículos o menoscaben moral o materialmente; que el solicitante haya sido conocido durante más de cinco años con nombres o apellidos, o ambos, diferentes de los propios; y que sea necesario rectificar una filiación. "Si todo el mundo me conoce por otro nombre y mi nombre me trae problemas, yo puedo cambiarlo a través de una sentencia judicial mediante un abogado. Toda persona tiene derecho a tener un nombre. Se nos identifica por el nombre y jurídicamente es un atributo de la personalidad. Los problemas surgen cuando hay que emitir certificados, por ejemplo. Uno siempre tiene que revisar los documentos porque después se debe comprobar que sea la persona. No es un juego".
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