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Fonoaudiólogas relatan cómo los pacientes críticos recuperan la voz y pueden volver a tragar
Pasó unas estupendas vacaciones en Río de Janeiro. Pero al regresar a Santiago, comenzó a sentir la enfermedad. Como un camión lleno de piedras que lo aplastaba y no lo dejaba respirar. Hugo Castillo (64) cuenta que estuvo hospitalizado en la Clínica Alemana entre el 30 de marzo y el 29 de mayo. "Fueron cuarenta días luchando por mi vida. Cuarenta días conectado a ventilación mecánica y luego con una traqueostomía. El resto del tiempo lo pasé también hospitalizado, pero sin aparatos que me ayudaran a respirar. De poder hablar, decir una palabra, ni me diga. Era un trapo. El equipo de fonoaudiólogos tuvo que rehabilitarme", relata.

Castillo dice que cuando despertó ni siquiera podía escribir. Recuerda que Javiera Fuenzalida, miembro del equipo de fonoaudiólogos, le pasó un cuaderno lleno de letras y números. Con eso, dice, iba armando las frases esenciales para sobrellevar su rehabilitación.

"No podía escribir ni mover los dedos. Le indicaba letra por letra. Los 40 días inmóviles me dejaron sin habla, sobre todo después de la traqueostomía porque cuando uno sale de la ventilación mecánica, le hacen ese procedimiento para apoyar la respiración", explica.

La rehabilitación con fonoaudiólogos que tuvo Castillo duró tres semanas. "Me hicieron muchos ejercicios, tragar agua, comer papillas, decir las vocales. Mi voz no era normal. Al principio, no sé como explicarle, pero como que no podía sacar el aire, no lo manejaba bien. Quería hablar y no podía. Ahora puedo susurrar, gritar, cantar. En ese momento nada, no podía hacer nada, hablaba con una voz como sin fuerza. Estuve largos días con voz de viejito cansado", especifica.

Volver a hablar y tragar

Javiera Fuenzalida fue la fonoaudióloga de Hugo Castillo en la Clínica Alemana. Explica que quienes están en ventilación mecánica tienen riesgo de que se altere el proceso de deglución, que es pasar los alimentos y secreciones desde la garganta al estómago. La voz, agrega, también puede sufrir.

"A partir de las 48 horas de estar conectado a ventilación mecánica hay riesgo de que se genere algún tipo de alteración", enseña Fuenzalida.

Macarena Venegas, fonoaudióloga de la Unidad de Paciente Crítico (UPC) de Clínica Las Condes, menciona que al realizar la acción de tragar, los alimentos y la saliva van hacia el estómago. Pero cuando se pierde esa capacidad, producto de estar inmovilizado por mucho tiempo, sometido a ventilación mecánica o intubación orotraqueal, el contenido puedo aspirarse y pasar directo a los pulmones.

"Si se infecta el pulmón se produce otra neumonía, pero por aspiración. Los fonoaudiólogos, además de rehabilitar la voz, nos encargamos de que el proceso de la deglución vuelva a la normalidad", asegura.

La voz se afecta, aclara Venegas, producto de la intubación. "Imagina que el tubo baja a través de la faringe, se mete por la laringe, donde están las cuerdas vocales, y llega hasta los pulmones para ayudar al paciente a respirar. Al pasar por ese tracto mucho tiempo se produce hipotonía o disminución del tono muscular, alteración de los reflejos para tragar, daño del proceso deglutorio y trauma directo en las cuerdas vocales", detalla.

Quienes salen de una intubación o traqueostomía, cuenta Javiera Fuenzalida, de Clínica Alemana, pueden tener una alteración de la parte sensitiva o motora en los órganos que participan en la deglución o habla.

Una técnica para ayudar a los pacientes con dificultades para tragar saliva, describe, es la de los sabores. "Con una alteración sensitiva, en general trabajamos la estimulación con fríos y sabores ácidos, para entregar mayor información al paciente, que sienta un poco más y logre tragar", ilustra. "A los pacientes más severos les entregamos, por ejemplo, el sabor en una cuchara. Pensemos que la persona ni siquiera siente la saliva. Al entregarle un estímulo ácido logramos que haga el intento de deglutir", agrega.

Para activar la sensibilidad, ejemplifica, existen también técnicas muy simples: usar cinta taping para la piel. "Algunos pacientes no pueden cerrar la boca. En esos casos nos ayudamos con tape para entregar lo sensitivo. A nivel motor realizamos ejercicios de resistencia, ponemos fuerza de un lado", asegura la fonoaudióloga.

Macarena Venegas explica que existen tratamientos para recuperar la voz producto de una parálisis de las cuerdas vocales o por una inflamación generada por el tubo orotraqueal, que ayuda a respirar, pero impacta en las cuerdas.

"Existen varias técnicas, una de las más utilizadas en etapa aguda es mover una de las cuerdas para que llegue a línea media, se conecte con la otra cuerda y así generarle la voz al paciente. Recordemos que la voz aparece cuando existe suficiente aire y hay un contacto de ambas cuerdas. Lo hacemos manualmente, tomamos la cuerda desde el cuello y la acercamos con los dedos. Es como que tomara un músculo de la pierna y le hiciera un masaje", destaca.

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