La cara de dolor es segura, los nervios son similares y no queda otra que dar el
máximo. Con el calendario internacional en pausa y sin poder encontrarse todos en
el agua, los remeros chilenos siguen compitiendo, pero en ergómetro, un simulador
de remo. Este fin de semana participaron en la Copa América y Antonia Abraham se
llevó todos los elogios: la deportista marcó un nuevo récord nacional, con 6 minutos,
50 segundos y 9 décimas en los 2.000 metros.
Antonia lo dio todo este sábado en la regata virtual, que juntó a clubes sudamericanos, entre Chile, Perú, Paraguay, Uruguay y Brasil. Los remeros nacionales compitieron por Zoom. "A la hora que tocaba, en cada categoría, nos conectamos. Los entrenadores Bienvenido Front, Javier Godoy, Felipe Leal, Augusto Grandjean y el gerente técnico Cristian Gómez fueron algunos de los que siguieron la prueba. Una vez terminado el test enviamos foto de la pantalla y la cara para que sea válido y tener un registro", detalla.
La medallista panamericana explica que el ergómetro es una lucha constante entre la cabeza y la pantalla del simulador, que le muestra con cifras su realidad competitiva. "Competir en ergómetro es durísimo, soy yo y el marcador que me dice a cada palada cómo voy", dice sobre esta máquina indoor.
Para lograr el mejor registro nacional, Antonia marcó un promedio de 35 paladas por minuto, con gran remate: en los primeros 500 metros dio 36 paladas, luego bajó a 34 en los 1.000, 35 en los 1.500 y hacia el final subió el ritmo a 38, batiendo a la experimentada Soraya Jadue.
"Me sentí muy bien y por algo salió el récord. Mi récord anterior era 6:53.6 y ahora hice 6:50.9. El récord de Chile lo tenía mi compañera Soraya Jadue con 6:52", comenta la muchacha, que no descansa nunca y este domingo remó 29,16 kilómetros en 2 horas, 23 minutos y 48 segundos.
Antonia volvió en mayo a Curauma, luego de estar varias semanas en su casa en el campo, en Santa Juana, Región del Bío Bío. Dice que la pausa le sirvió. "Haber estado en mi casa y desconectarme un poco de la rutina me sirvió mucho y siento que me fortalecí mentalmente. Desde un principio de la pandemia le tomamos el lado positivo a la situación. Son 365 días para hacernos más fuertes y hacer las cosas perfectas", asegura la deportista con harto optimismo.
-¿Qué tan agotador es competir en ergómetro, Antonia?
-Hay que tener mucha cabeza fría para soportar el dolor en los momentos críticos. Hay un momento, a los 1.100-1.300 metros aproximadamente, que ya las piernas queman mucho (por el ácido láctico), se va acabando la fuerza. La cabeza y las ganas son las que hacen aguantar y también, lógico, hacer una buena estrategia. El sábado, sentí que todo me salió como lo había planeado, visualicé la prueba y me presenté a los últimos 700 metros muy bien. Pensé: estoy lista para romperla. A veces sale, otras no y hay que salvarlo como sea.
Antonia lo dio todo este sábado en la regata virtual, que juntó a clubes sudamericanos, entre Chile, Perú, Paraguay, Uruguay y Brasil. Los remeros nacionales compitieron por Zoom. "A la hora que tocaba, en cada categoría, nos conectamos. Los entrenadores Bienvenido Front, Javier Godoy, Felipe Leal, Augusto Grandjean y el gerente técnico Cristian Gómez fueron algunos de los que siguieron la prueba. Una vez terminado el test enviamos foto de la pantalla y la cara para que sea válido y tener un registro", detalla.
La medallista panamericana explica que el ergómetro es una lucha constante entre la cabeza y la pantalla del simulador, que le muestra con cifras su realidad competitiva. "Competir en ergómetro es durísimo, soy yo y el marcador que me dice a cada palada cómo voy", dice sobre esta máquina indoor.
Para lograr el mejor registro nacional, Antonia marcó un promedio de 35 paladas por minuto, con gran remate: en los primeros 500 metros dio 36 paladas, luego bajó a 34 en los 1.000, 35 en los 1.500 y hacia el final subió el ritmo a 38, batiendo a la experimentada Soraya Jadue.
"Me sentí muy bien y por algo salió el récord. Mi récord anterior era 6:53.6 y ahora hice 6:50.9. El récord de Chile lo tenía mi compañera Soraya Jadue con 6:52", comenta la muchacha, que no descansa nunca y este domingo remó 29,16 kilómetros en 2 horas, 23 minutos y 48 segundos.
Antonia volvió en mayo a Curauma, luego de estar varias semanas en su casa en el campo, en Santa Juana, Región del Bío Bío. Dice que la pausa le sirvió. "Haber estado en mi casa y desconectarme un poco de la rutina me sirvió mucho y siento que me fortalecí mentalmente. Desde un principio de la pandemia le tomamos el lado positivo a la situación. Son 365 días para hacernos más fuertes y hacer las cosas perfectas", asegura la deportista con harto optimismo.
-¿Qué tan agotador es competir en ergómetro, Antonia?
-Hay que tener mucha cabeza fría para soportar el dolor en los momentos críticos. Hay un momento, a los 1.100-1.300 metros aproximadamente, que ya las piernas queman mucho (por el ácido láctico), se va acabando la fuerza. La cabeza y las ganas son las que hacen aguantar y también, lógico, hacer una buena estrategia. El sábado, sentí que todo me salió como lo había planeado, visualicé la prueba y me presenté a los últimos 700 metros muy bien. Pensé: estoy lista para romperla. A veces sale, otras no y hay que salvarlo como sea.