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Milton y Solange
Milton Millas (73) hace un buen tiempo decidió que quería vivir la vida a su pinta, pensada y guiada por él a favor de sus años. Para ello moderó las horas que dedicaba diariamente al trabajo y las reinvirtió en compartir con su familia. También decidió poner el corazón y su alma en la relación de pareja que lleva hace ocho años con Solange Dauvin.

De hecho, esperaba casarse. Pero el mundo hizo un viraje y los planes cambiaron. Millas, sempiterno comentarista deportivo, reordenó su rutina y junto con su pareja postergó sus planes de matrimonio por el civil. Sin hacerse dramas, advierte.

"La Sole viene una o dos veces a la semana a verme, conversamos siempre por distancia, los niños están todos acuartelados. He pospuesto dos veces nuestro matrimonio por diferentes motivos y ahora esto. Es está muy difícil la cosa. Yo ya no tomo ningún proyecto hasta que no se resuelva algo, no se sabe nada. Mi situación actual es vivir el día a día y recuerdo mucho algo que repetía el Sapito Livingstone: este es mi último día de vida. Yo le decía: pero Sapito. Bueno. Tenía razón. No sabía lo feliz que éramos y ahora se nos dio vuelta todo", reflexiona bien melancólico, pero decidido.

-Tenía fecha para casarse este año.
-Sí, pero debe pasar la cuarentena y ver qué viene. He sido muy quemado, yo me quería casar en Notre Dame de París y se incendió y no pude, jeje, broma. La verdad es que para nosotros ha sido tan poco importante la gestión del matrimonio hoy Teníamos fechas y las reprogramamos por alguna razón menor, por ser prácticos, y ahora viene esta cuestión. No sabemos para dónde apuntar, no sé si hay que acelerar o posponer.

-¿Qué opina Solange?
-Que sí pues, posponer. Nuestra relación no pasa por el matrimonio. El matrimonio es una formalidad principal para cuando se proyecta tener hijos, pero dime, ¿qué razón hay para estar urgidos por tener un matrimonio? Es lo que conversábamos con ella. Si tú no vas a tener hijos, para qué es, ¿para el estatus social, el estatus económico? No es tema. Sabemos que lo podemos hacer un día o puede que nunca.

-¿Nunca?
-Mira, en las relaciones puedes estar en la mayor tranquilidad y vienen remezones. Y si estás casado, te cuesta mucho salir del remezón, porque tienes asegurada la pieza de al lado. Y viceversa. Viviendo libre, en cambio, hay una tendencia a preocuparse más de la relación en el sentido de que esto no es definitivo, que siempre hay que estar alimentando el fuego.

-¿Que pasó con el arresto domiciliario nocturno de 5x2 que usted tenía?
-El acuerdo de vivir separados, pero la Sole le exigía que tenía que pasar dos noches con ella.

-Ahora estoy en arresto domiciliario 7x7.
Milton se ve en persona dos veces a la semana con su novia. A sus hijos, nietos y bisnieta los mira por videollamadas. Solange se preocupa de cada detalle sanitario, mascarillas, alcohol gel. La idea es no exponer a Millas. El periodista es grupo de riesgo ante el coronavirus, por un cáncer a la próstata que superó. Ahora se aisló. No hay idas al súpermercado ni al programa "Agenda Agrícola", que todos los sábados hacía en La Red. "Lo hago desde la casa. Con 73 pirulos me complicaría mucho y con lo que tuve, con menos ganglios, la cosa es delicada y, como tengo el tiempo para cuidarme, lo aprovecho", dice.

Como pasa harto solo, se ha dedicado a hacer videos que matan de la risa a su familia. En el último aparece hablándole con mascarilla a alguien que tiene al lado, meditando de la vida y, cuando mueve la cámara no está Solange, sino que una pelota con una cara sonriente, muy hollywoodense y a lo Tom Hanks con su balón Wilson.

"Es la Toyita, una vieja pirula que me viene a acompañar, como las damas de rojo, siempre tiene una sorisa, me escucha, no molesta. Es todo un símbolo, uno muta con el encierro", dice.

-Usted ya no es Milton Millas, será El Náufrago.
-Así como recibo muchos memes divertidos, también tengo que generar los míos. En la película "El Náufrago", le pone pelo a la pelota, la peina y empieza a conversar con ella. Yo encontré esta pelota de mis nietos que tiene una expresión muy divertida, la puse en la mesa. El juego es que todos piensan que hablo con la Sole, pero no, es la sátira de locura cuando uno está encerrado, hay que inventarse un compañero. Llevo más de un mes en mi casa.

-Me decía que la persona que le lleva la casa lo está acompañando.
-La Silvia (López) es la gerenta general de la casa, no solo en la parte laboral, porque es una persona preparada, le gusta leer, es súper cariñosa, se preocupa de mí, trabaja conmigo hace 10 años. Me dijo "cómo se le ocurre que lo voy a dejar solo" y habló con las hijas, que son grandes y trabajan, para contarles que se quedaría conmigo. Cuando estuve enfermo también me cuidó. Ha sido muy grato compartir con ella.

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