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En momentos en que muchas personas prefieren "informarse" a través de las redes sociales, antes que por los canales oficiales, existe el riesgo de confundir una recomendación con una noticia, así como también dar por ciertas noticias falsas.

En el caso del coronavirus, el principal peligro está en caer en manos de charlatanes que prometen cura para todo o seguir fútiles recomendaciones que provoquen una falsa sensación de seguridad, bajando la guardia, aumentando las posibilidades de contagio y retrasando la consulta médica.

Terapias alternativas: no tienen base científica. Hasta ahora nunca se ha probado que el reiki, las flores de bach o el biomagnetismo hayan salvado a alguien o mejorado su salud. "Me parece que ofrecer protección del Covid-19 a través de estas disciplinas es casi criminal, porque se aprovechan de las expectativas, del desconocimiento y del miedo de las personas. Está comprobado que ninguna de las terapias tiene mejores resultados que un placebo", explica Gabriel León, bioquímico y doctor en biología molecular.

Gárgaras milagrosas: en esto hay recetas para todo. Las más compartidas y consideradas como panacea contra el coronavirus son las de agua con sal y las de aceite de oliva con limón y pimienta. "Las gárgaras no sirven de nada, pues, aún cuando existen alimentos con capacidades desinfectantes, ese efecto no dura más de un segundo, por lo que no tienen utilidad práctica", cuenta Mario Luppi, jefe del Servicio de Infectología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
Ibuprofeno: pese a lo que han publicado autoridades de salud de otros países, no hay estudios sobre los efectos que podría tener en pacientes con contraindicaciones, como es el caso de los hipertensos. Ante eso, Gabriel León llama a no consumir el medicamento. "Mientras no haya estudios específicos sobre la interacción del ibuprofeno con el Covid-1 9, no es responsable consumirlo libremente".

Cloruro de magnesio y bicarbonato de sodio: aunque no intoxican a menos que se consuman en grandes cantidades, de todos modos causan más problemas que soluciones. "El bicarbonato de sodio puede causar estreñimiento severo, lo que en sí podría llegar a requerir atención médica especializada", advierte el doctor Luppi. Lo mismo pasa con el cloruro de magnesio, que antes se ocupaba intensamente en la fabricación de antiácidos.

Agua caliente: de todos los mitos, éste es el más difundido y el más errado. "Basta pensar que el virus vive feliz en el cuerpo humano a 37 grados, por lo que limpiar las cosas sólo con agua caliente no sirve de mucho". Lo más seguro es utilizar cloro gel.

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