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Ideas para convertir un rincón de la casa en un negocio
Uno de los gastos más grandes que se hacen al momento de abrir un negocio es el alquiler del local. Por eso muchos emprendedores desisten de gastar en arriendo y ocupan un espacio de su casa para ofrecer distintos tipos de servicios.

Un caso es el de la ingeniera comercial Carolina Superbi (36), quien trabaja durante tiempo completo en un banco, pero fuera de sus horarios laborales ofrece servicios como microblading (tatuaje semipermanente de cejas), peinados, maquillaje y manicure.

"Ocupo la mesa del comedor que es gigante: quedo súper cómoda. Me gusta trabajar en esta parte de la casa porque tiene buena luz. Para el caso del microblading, utilizo una camilla en un espacio entre el living y comedor, y pongo un foco especial para dar más luz. Comparto el departamento con una amiga, pero ella no se hace problema con que trabaje en casa", señala.

Hasta ahora no ha sido opción el tema de arrendar un espacio, dado que incrementaría el costo del servicio y la alejaría del target de sus clientas.

"No me dan las matemáticas para pagar un centro como al que aspiro. Lo pensé, pero los locales que me gustan son súper caros. Vi uno que costaba $2.500.000 de arriendo, más gastos comunes y varias cosas asociadas", plantea.

Sobre cómo atrae a clientas, dice que empezó ofreciendo el trabajo primero entre sus cercanos, y tras el boca a boca son muchas más que solicitan sus servicios. "La clave para triunfar es ser súper ordenada, atenta, y entregar una buena atención a las personas"

Otra que también emprendió en esta modalidad es la técnico en construcción Gilian Riquelme (29), quien se especializa en manicure, pedicure y lifting de pestañas.

"Quería independizarme, por eso opté por iniciar mi empresa en el living de la casa. En el departamento trabajo súper cómoda y tengo todo al alcance. Mi marido trabaja todo el día fuera de casa, así que no me molesta cuando hago mis trabajos. De hecho, me da el espacio para que yo trabaje tranquila. Vale la pena emprender así, porque entregas un trabajo mucho más personalizado y no debo pagar grandes costos en el arriendo de un salón", declara.

Pilates en habitación

La ingeniera civil industrial Carolyn Aparicio (39) ofrece los servicios de pilates en su hogar hace tres años. Antes vivía en un departamento y hacía clases en su living; después se cambió a una casa más grande, de cuatro dormitorios, y como tenía una habitación desocupada, decidió armar ahí un mini estudio. Compró una cama de pilates y todos los accesorios para impartir la disciplina, como pelotas, mat y cuerdas.

"La habitación es de 3 x 2,5 m2. Es pequeño el espacio, pero no necesito más. Es parte de mi casa, por lo tanto soy yo la que siempre limpia todos los días", señala.

"Independiente de que sea tu casa, la clave es que siempre hay que cuidar ese espacio pensando en que es tu trabajo. Por ejemplo, siempre trato de que mis hijos no interrumpan la clase, dejándolos con la niñera. Lo importante es hacer el trabajo con rigurosidad. El beneficio de hacerlo en casa es que el costo es bajísimo en comparación a arrendar un local, que salen como $1.500.000 y se debe pagar luz, agua, internet y otras cosas. Además, te da el beneficio de tener a tus hijos cerca", menciona.

Casa como peluquería

El estilista Germán Cuevas (27) se independizó hace dos años y medio. Antes trabajaba en una peluquería donde le pagaban 40% por cada trabajo realizado. Como tenía una amplia cartera de clientas decidió convertir su departamento en un salón de belleza.

"Como vivo y solo y arriendo un departamento grande (de tres habitaciones y dos baños), decidí iniciar un negocio en casa. En una habitación chica, de 7 m2, instalé el lavapelos. En el espacio del living y comedor, de 18 m2, está todo acondicionado como un salón: tengo mi sillón de peluquería, productos que vendo, espejos y un sofá para que los clientes esperen su turno. También tengo una mesa donde una chica trabaja haciendo trabajo de manicure", detalla.

El gran beneficio, dice, es el ahorro.

"Los locales que son más chicos, de 25 m2, son caros, y encima tienes que estar escondido dentro de un edificio. Prefiero pagar el arriendo del lugar en que habito, que además tiene buena ubicación, y puedo dar un servicio personalizado. Tampoco gasto en locomoción", cuenta.

Cómo conseguir el permiso

Carlos Rojas, consultor y cofundador de la firma de servicio de creación y gestión de empresas y negocios Inicia tu Pyme, dice que para hacer a andar una empresa en la casa hay que acogerse a la patente Micro Empresa Familiar (MEF). Esta contempla labores profesionales u oficios, actividades de tipo industrial, artesanal o cualquier otra que sea lícita, ya sea de prestación de servicios o de producción de bienes, como agencias de viajes, bazares, manicure, peluquería, boutiques, almacén de abarrotes, entre muchas otras. "Lo primero que una persona debe hacer es iniciar actividades en la página del Sll con su clave única, después va a la municipalidad respectiva -normalmente a la unidad de renta- y decir que se quiere acoger a ser MEF. Ellos exigen el inicio de actividades y demostrar que vive en la casa. Si es arrendatario, debe demostrar que el arrendador le permite usar la casa con dicho fin", detalla.

Servicios como depilación o pedicure pueden requerir el permiso de la Seremi de Salud, pero cada municipalidad lo explicitará al solicitante.

El capital máximo de una MEF es de 1.000 UF ($28.314.6510 al día de hoy).

"La declaración de renta la solicita todos los años la municipalidad para calcular el valor de la patente, ellos siempre saben cuál es el capital de la empresa. El valor de la patente es de 1 UTM anual (valor UTM enero 2020 $49.673), que se cancela en dos cuotas de $24.836", específica Rojas.

¿Qué actividades son excluidas por la ley? Las que son peligrosas, contaminantes y molestas. Entre ellas, bares, casas de eventos, pubs, discoteques, piscinas, talleres de mecánica automotriz, reciclaje de papeles y cartones, empresas de fumigación, laboratorios, clínicas.

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