-->

Escribe y presiona enter

On
Preparan la aplicación con alto hermetismo, ante amenazas de boicot
“Locales publicados, locales tomados”. El mensaje se repite entre los más de seiscientos comentarios que hay en el Instagram del Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la U. de Chile —encargado de confeccionar la Prueba de Selección Universitaria (PSU)—, en respuesta al anuncio de que los puntos de rendición se darán a conocer el jueves 2 de enero, tres días antes del reconocimiento de sala.

En un proceso normal, la información se publica con al menos un mes de anticipación.

Los rumores de protestas para interrumpir la evaluación —que será el 6 y 7 de enero— circulan profusamente en redes sociales. El Gobierno, en tanto, es tajante: la prueba se dará. “Estamos confiados que el proceso se va a llevar a cabo en la forma que está previsto”, dijo ayer el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, quien añadió que el Demre y el Consejo de Rectores (CRUCh) “han tomado todas las medidas para que la prueba pueda realizarse en las condiciones adecuadas”.

No solo los estudiantes se pondrán a prueba

No todos están seguros de que esto ocurra, y entre los académicos preocupa la capacidad de gestionar un despliegue masivo. Esto, además, en un año que incluirá, entre otras votaciones, un plebiscito.

El exrector de la U. de Chile Luis Riveros cree que “no van a faltar 10, 12 personas que se tomen un colegio”, o bien “los que intenten asaltar el vehículo donde van las pruebas”. El rector de la U. del Desarrollo, Federico Valdés, apunta a la logística: “La rendición de la PSU es un proceso complejo y territorialmente difícil de resguardar. No está pensado para eventuales sabotajes”.

“Siento que esto puede terminar mal”, lamenta Riveros, quien cree que el proceso para postular a las universidades, “pone a prueba la capacidad del Gobierno para poder garantizar la realización normal de un acto como este”. El rector de la UC del Maule, Diego Durán, va más allá: “Este es el mecanismo que existe para el ingreso a la educación superior, y que sea exitoso, bien llevado, es una responsabilidad de toda la población. Es una puesta a prueba de que sí somos capaces, como país, de sacar adelante este tipo de hitos”.

Valentina Miranda, vocera de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), es una de las 295 mil personas que rendirán el test. Afirma que muchos jóvenes, dentro de los cuales se incluye, ha visto afectada su salud mental por la contingencia. “Se entiende que en algún minuto vamos a tener que dar la prueba, eso no lo negamos, pero las condiciones para prepararnos no han sido las adecuadas”, explica.

“Si ellos sí o sí van a tomar la prueba, tienen que darse medidas de seguridad adecuadas que nos permitan garantizar que podemos rendirla en un espacio quizás no de normalidad, pero sí tranquilos”, añade. A su juicio, una nueva postergación de la PSU sería compleja, ya que “lo más probable es que los secundarios llamen a movilizaciones en marzo”.

Operativo de seguridad

¿Cómo se planea resguardar el proceso? El operativo se planifica bajo el más absoluto hermetismo. Quienes conocen de cerca las gestiones afirman que distintos actores, incluido el Ministerio del Interior, están colaborando y que quienes aplicarán las pruebas llegarán con instrucciones claras de qué hacer en caso de existir una protesta.

Desde la Dirección Nacional de Orden y Seguridad de Carabineros confirman que “se incrementaron las coordinaciones interinstitucionales para tener un mejor despliegue de la seguridad en todos los establecimientos donde se rinda la PSU”. A esto, dicen, se suma “la custodia del material, y como ha sido todos los años, se reforzarán, conforme a la contingencia, todas las sedes donde se rinda la prueba”. En Santiago, el alcalde Felipe Alessandri afirma que habrá personal de la Dirección de Educación Municipal en los locales y “uno que otro carabinero, como se ha hecho siempre”.

Click para comentar