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La Organización Mundial de la Salud (OMS)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recogió 900 publicaciones que vinculan arte y salud en su informe "¿Cuál es la evidencia sobre el papel de las artes en la mejora de la salud y el bienestar?" presentado en noviembre pasado.

Una de las principales conclusiones es que es beneficioso desde antes del nacimiento. "Los niños pequeños cuyos padres les leen antes de acostarse tienen un sueño nocturno más prolongado y una mejor concentración en la escuela. Entre los adolescentes que viven en áreas urbanas, la educación entre pares basada en el teatro puede apoyar la toma de decisiones responsables, mejorar el bienestar y reducir la exposición a la violencia. Más adelante en la vida, la música puede apoyar la cognición en personas con demencia; en particular, el canto mejora la atención, la memoria episódica y la función ejecutiva", consigna el documento.

La revisión presenta las investigaciones sobre el efecto en la salud mental y física de hacer o ser espectador de las distintas expresiones artísticas categorizadas en: artes escénicas (música, danza, canto, teatro, cine); artes visuales (manualidades, diseño, pintura, fotografía); literatura (escritura, lectura, asistencia a festivales literarios); cultura (ir a museos, galerías, conciertos, el teatro); y artes en línea (animaciones, artes digitales, etc.).

Lectura mejor ejercicio indiscutido

"El cerebro reconoce las letras en un proceso principalmente del hemisferio izquierdo en sus áreas de asociación a través de los neurotransmisores (sustancias químicas de comunicación entre neuronas). Al leer tenemos más y mejores conexiones entre neuronas, se producen cambios anatómicos, mejora conexión entre nuestros hemisferios cerebrales y nuestro cerebro se hace más ágil", explica Oscar Loureiro, jefe del servicio de Neurología del Hospital San Juan de Dios.

Mario Canitrot, neurocirujano jefe Centro Neurocrítico Clínica Indisa dice que son múltiples procesos simultáneos que se activan en ambos lados del cerebro: "Primero, de percepción visual donde el ojo recibe los símbolos y corteza occipital los procesa. Luego irradia ese estímulo a otras áreas de la corteza cerebral de acuerdo al tipo de lectura. Así hay un proceso de mental de percepción de la imagen, de comprensión, de análisis y si tienen relación con memorias se activa el área límbica que tiene que ver con las emociones. Hace revivir experiencias propias incluso con olores y sonidos. Entonces, leer activa los lóbulos frontales pasando del estado de conciencia a la reacción: movimiento, actividad física y toma de decisiones", cuenta.

¿Más complejo? Más previene

"Personas que leen tienen un nivel cognitivo y de capacidad intelectual mucho más alta en comparación con quien no lee, esto está también relacionado con la cantidad. El hábito de la lectura disminuye riesgos de demencia porque lo que soy está en mi memoria y en mis recuerdos. Mientras más y de mayor complejidad, más preventivo", específica Canitrot.

Por su parte, Loureiro considera que "los lectores están más preparados para tener una mejor memoria, atención, juicio y abstracción que son funciones cerebrales superiores, además de lograr una mejor salud cerebral, ya que sus neuronas están mejor entrenadas. Hay que incentivar la lectura ya que nuestro cerebro empieza a desarrollar más y mejores conexiones neuronales, lo que permite que estemos mejor preparados para enfrentar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer".

Arte-Terapia

El siquiatra y sicoterapeuta Javier de la Parra García se dedica a la sicoterapia transpersonal, una mirada holística de la terapia donde el paciente no es alguien inferior que viene a recibir una instrucción: "Si tenemos angustia, por la razón que sea y no la podemos explicar, el arte ayuda porque no tiene lógica, no tiene un objetivo, son expresiones donde el cuerpo puede soltar lo que le sucede. Aquellas cosas que no pueden salir por el lenguaje, salen como baile, objeto, pintura o cuento. Y esas vías son muy sanadoras", cuenta.

Trinidad Selman es profesora de arte y Magíster en Arteterapia en Estados Unidos lo comprueba a diario también en sus terapias con artes visuales: collage, escultura con greda, plasticina, pintura con témpera en niños y adultos: "La diferencia es que el adulto es capaz de elaborar lo que le sucede y capaz de ver en su obra una metáfora de lo que le sucede, en los niños somos los terapeutas los que hacemos ese ejercicio".

"Cualquier manera que la persona tenga para expresar lo que se sucede sin que alguien lo mire con juicio, es muy sanador. Arteterapia no tiene que ver con que es lindo o feo, la teoría del color da lo mismo. Es poner fuera de sí mismos algo que en otros espacios puede ser concebido como loco, extraño o que no se debe. Es sanador", dice el siquiatra De la Parra García.

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