En 2013, luego que la última Encuesta de Desarrollo Humano realizada demostrara
que 76,2% de los entrevistados consideraba muy importante o bastante importante
hacer cambios a la Constitución y el 65,7% creía que esos cambios debían ser
profundos, Marcela Ríos junto a Valentina Salas, Nicolás Benkel y Sebastián Madrid
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) se dedicaron a
sistematizar 95 procesos constituyentes -de un total mundial de 239- que se
realizaron en todo el mundo entre 1947 y 2015. "Se había instalado el debate por una
nueva Constitución, pero existía muy poco conocimiento de cómo hacerlo. Siguiendo
el mandato del PNUD como una agencia de desarrollo, nos pareció importante
estudiar cómo otros países habían reemplazado sus constituciones como una forma
de transmitir experiencias y colaborar al debate público en Chile", recuerda el
sociólogo e investigador del Pnud, Sebastián Madrid.
Procesos en simple y comparados. El libro "Mecanismos de cambio constitucional en el mundo. Análisis desde la experiencia comparada" es el resultado de ese trabajo. En sus cuatro partes, se puede conocer, primero, los diferentes procesos constituyentes que han tenido lugar a nivel mundial a partir de la segunda mitad del Siglo XX; segundo, los casos de países que han establecido asambleas constituyentes para dar origen a sus nuevas constituciones; tercero, el análisis comparado de los casos de asambleas constituyentes bajo estudio y, cuarto, algunas conclusiones y recomendaciones para el caso chileno.
Madrid dice que no se esperaban tanto interés cuatro años después de su lanzamiento: "Quizás la diferencia es que hoy la perspectiva de una nueva Constitución es mucho más cercana y real, por eso las personas tienen interés en informarse. También es un texto corto que tratamos de escribir en lenguaje simple, no es para especialistas, es accesible a cualquier persona".
Asamblea es la preferida en Latinoamérica. La mitad de los 28 cambios constitucionales de América Latina se realizaron a través de una asamblea constituyente (46%). "Ha existido una gran variedad de mecanismos, entre comisiones de expertos, los propios Congresos que redactan las constituciones y también a través de asambleas constituyentes, que son órganos electos con la única y exclusiva función de redactar un texto constitucional. La diferencia con Europa, donde tienden a prevalecer los reemplazos constitucionales a través de comisiones de expertos y vía Poder Legislativo, se debe a que los contextos políticos y las tradiciones constitucionales son diversas", explica Madrid.
Tendencia se mantiene. Desde 2015 a 2019 otros nueve países reemplazaron sus cartas fundamentales: "República Dominicana a través de su Congreso; Egipto, Yemen, Costa de Marfil, República del Congo, Cuba y Tailandia con comisiones de expertos y Nepal con una asamblea constituyente. La tendencia identificada en nuestro estudio se mantiene en tanto las democracias reemplazan sus constituciones a través del Congreso o con Asambleas Constituyentes", acota Madrid. El éxito depende de la participación de la ciudadanía.
Una de las principales conclusiones del libro es que cualquier proceso constituyente exitoso "requiere que todos los sectores e instituciones relevantes de la sociedad participen de manera activa en sus distintas etapas, lo que dotará de legitimidad al proceso y sentará las bases para una futura adhesión al nuevo texto constitucional". Por lo tanto, los autores terminan advirtiendo que el desafío radica en "desarrollar un proceso constituyente inclusivo y democrático, en el cual todos los chilenos y chilenas se sientan no sólo partícipes, sino que actores protagónicos".
Procesos en simple y comparados. El libro "Mecanismos de cambio constitucional en el mundo. Análisis desde la experiencia comparada" es el resultado de ese trabajo. En sus cuatro partes, se puede conocer, primero, los diferentes procesos constituyentes que han tenido lugar a nivel mundial a partir de la segunda mitad del Siglo XX; segundo, los casos de países que han establecido asambleas constituyentes para dar origen a sus nuevas constituciones; tercero, el análisis comparado de los casos de asambleas constituyentes bajo estudio y, cuarto, algunas conclusiones y recomendaciones para el caso chileno.
Madrid dice que no se esperaban tanto interés cuatro años después de su lanzamiento: "Quizás la diferencia es que hoy la perspectiva de una nueva Constitución es mucho más cercana y real, por eso las personas tienen interés en informarse. También es un texto corto que tratamos de escribir en lenguaje simple, no es para especialistas, es accesible a cualquier persona".
Asamblea es la preferida en Latinoamérica. La mitad de los 28 cambios constitucionales de América Latina se realizaron a través de una asamblea constituyente (46%). "Ha existido una gran variedad de mecanismos, entre comisiones de expertos, los propios Congresos que redactan las constituciones y también a través de asambleas constituyentes, que son órganos electos con la única y exclusiva función de redactar un texto constitucional. La diferencia con Europa, donde tienden a prevalecer los reemplazos constitucionales a través de comisiones de expertos y vía Poder Legislativo, se debe a que los contextos políticos y las tradiciones constitucionales son diversas", explica Madrid.
Tendencia se mantiene. Desde 2015 a 2019 otros nueve países reemplazaron sus cartas fundamentales: "República Dominicana a través de su Congreso; Egipto, Yemen, Costa de Marfil, República del Congo, Cuba y Tailandia con comisiones de expertos y Nepal con una asamblea constituyente. La tendencia identificada en nuestro estudio se mantiene en tanto las democracias reemplazan sus constituciones a través del Congreso o con Asambleas Constituyentes", acota Madrid. El éxito depende de la participación de la ciudadanía.
Una de las principales conclusiones del libro es que cualquier proceso constituyente exitoso "requiere que todos los sectores e instituciones relevantes de la sociedad participen de manera activa en sus distintas etapas, lo que dotará de legitimidad al proceso y sentará las bases para una futura adhesión al nuevo texto constitucional". Por lo tanto, los autores terminan advirtiendo que el desafío radica en "desarrollar un proceso constituyente inclusivo y democrático, en el cual todos los chilenos y chilenas se sientan no sólo partícipes, sino que actores protagónicos".