Alden Meyer, de la Unión de Científicos Preocupados, catalogó el documento como "inaceptable. No apela a un aumento de la ambición de los países para mejorar sus planes de reducción de emisiones". Meyer puntualizó que "si los líderes mundiales fracasan en el aumento de la ambición climática en la próxima COP26 en Glasgow, la meta acordada en París para detener el aumento de temperaturas, será casi imposible de alcanzar".
Lo cierto es que después de las críticas, Chile debió elaborar un segundo borrador de acuerdo, que llevó a Landerretche a afirmar que "tuvimos un apoyo rotundo para ir por más ambición, que es lo que esta presidencia (la de Chile) ha solicitado".
Las delegaciones participantes se lanzaron de inmediato al estudio del nuevo borrador y no se plantea detención en las negociaciones, considerando que la COP25 originalmente debía finalizar el viernes.
"Es imposible marcharse de esta COP sin un mensaje fuerte sobre la ambición de bajar los niveles de C02", dijo en nombre de la Unión Europea la ministra finlandesa de Medio Ambiente, Krista Mikkonen. En tanto Tine Stege, enviada de las Islas Marshall —amenazadas por el alza del nivel del mar- dijo sentidamente que "necesito volver a casa y mirar a mis hijos a los ojos y decirles que tenemos un resultado que garantizará su futuro".