El Mortero está cerrando con optimismo un año bastante movido, que incluyó una detención por una supuesta pelea, tres intervenciones quirúrgicas y una ruidosa salida de Deportes Valdivia, en mayo, cuando el equipo iba como avión. "Son detalles", dice el entrenador. Lo que vivirá en enero, agrega, cuando se jueguen esos partidos de muerte súbita (su nuevo equipo partirá frente a Ñublense), es lo único que lo preocupa ahora.
"Estoy bien en lo personal. Me voy solo para allá y llego a entrenar este jueves. Aterrizo a las 12 y en la tarde estaremos haciendo el primer entrenamiento. Después habrá que buscar departamento, pero evidentemente es una ciudad preciosa para vivir", dice el Mortero, con seis décadas a cuestas, pero con firmeza.
Este año le ganó a una pancreatitis por la que fue operado tres veces, y le extirparon diez centímetros de páncreas y un tercio de estómago. "Son detalles", dice al comienzo, aunque luego se explaya y explica que el proceso por el que llegó a bajar 1 5 kilos, según contó en estas páginas, lo tiene bien físicamente.
"Estoy ciento por ciento bien. Súper bien. No tuve que continuar con ningún tipo de tratamiento ni nada. Al principio, tuve que cuidarme un poco de las grasas y frituras, pero hoy ya nada. Estoy impecable. No tuve que dejar ninguna comida. Me cuido mucho también, toda la vida he sido así. Hago ejercicio cuando puedo, pero en los entrenamientos, donde hay mucho desplazamiento para poder indicar lo que uno pretende con el equipo, ya es una dosis", agrega.
Poco dado a hablar de su vida íntima, el Mortero dice que esperará en el sur la visita de su novia. "Seguramente cuando me instale, habrá visita de mis hijos, mi nieta, mi novia. Me voy solo, sin mi novia", cuenta.
-¿Por qué no viaja con ella, Jorge?
-Evidentemente que uno le dedica mucho tiempo al fútbol, pero yo ya estoy acostumbrado a andar así. Uno está acostumbrado a armar maletas y partir. Tengo 47 años metido en el fútbol.
-Solito por la vida, nomás.
-Mmm.
-Pero se le escucha bien.
-Nunca me había tocado estar en una situación tan compleja, pero bueno, ya salí, estoy bien y, en general, soy muy optimista. Eso ayuda y sirve mucho, por eso me siento preparado para ir a Puerto Montt a entregar lo mejor para tratar de llevarlo a la Primera División.
A fines de mayo, el Mortero dejó de ser técnico de Deportes Valdivia tras un año y nueve meses. Cuando lo desvincularon, según el propio club, "nos salvó del descenso y nos posicionó en la palestra del fútbol nacional". Y aunque al final de su periplo la cosa no anduvo de lo mejor, el equipo venía de buenas campañas en los últimos años que lo llevaron a Primera B. Aravena dice que su salida tuvo que ver con su cercanía con el ex presidente José Gandarillas, "un tipo muy futbolizado", cuenta, luego de que lo sucediera el actual timonel, Jorge Salazar.
"Hoy no hay absolutamente nada en Deportes Valdivia. Evidentemente, estar seis meses sin ganar un partido y no tener complejo de entrenamiento, habla de un enorme fracaso en la gestión", reclama.
En marzo, el Mortero fue detenido tras un conato con un guardia de seguridad, en Chillán, luego de un partido ante Ñublense. "Quedó demostrado que el tipo mintió, porque jamás lo agredí ni le levanté la mano", recuerda, en un episodio que acaparó páginas y espacios en la web, y que lo tuvo pasando un mal rato en una comisaría. "Eso sí que son detalles", agrega.
-¿Con qué equipo salmonero nos vamos a encontrar, Jorge?
-Soy un fanático del trabajo de Guardiola y de Jürgen Klopp. Me encanta cómo juegan sus equipos. Vi la final del Mundial de Clubes, aunque pensé que Liverpool ganaba en los 90 minutos (a los 99 marcó Firmino frente a Flamengo).