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Anthony Hopkins cuenta cómo su esposa colombiana le cambió la vida
Pronto a cumplir 82 años el 31 de diciembre, Anthony Hopkins ha caracterizado a personajes ficticios, como el doctor Hannibal Lecter, y reales como al ex presidente Nixon, Pablo Picasso, Alfred Hitchcock y ahora a Benedicto XVI en la película "Los dos Papas" (ver página 45), que este mes llegó a los cines y también a Netflix. Cordial y conversador como de costumbre, Hopkins, que desde el 2003 está casado con la colombiana Stella Arroyave, salpica sus respuestas con muchas anécdotas de su pasado y reflexiones de lo que significa envejecer.

-¿Cómo ha evolucionado con su propia espiritualidad?
-Es un tema muy personal. Solía ser un ateo o agnóstico, pero hace algunos años, sucedieron cosas en mi vida y solo recientemente me di cuenta de que no tenía clara la película. Hace poco me encontraba en Inglaterra trabajando en una película titulada "El padre" y mi mujer estaba grabando un documental acerca de mi vida, entrevistando a Jodie Foster y otros actores que han trabajado conmigo. Nos encontrábamos en Gales y ella decidió ir a visitar a una de mis profesoras del colegio. Stella le pidió que me describiera como alumno. Su respuesta fue que yo era terrible, un joven sin rumbo, que una vez que dejé la escuela no tenía ninguna esperanza. No sabía escribir, no era bueno para los deportes y que ni siquiera me interesaba ser parte del grupo de teatro. Luego comentólo increíble es que 10 años más tarde nos enteramos que Anthony era el sustituto de Laurence Olivier en el Teatro Nacional (de Inglaterra), realmente no nos explicábamos cómo lo logró.

-¿Y cómo lo explica usted?
-Yo era un niño muy asustado, de muy baja autoestima y tampoco entiendo cómo logré eso en 10 años y luego mucho más en los próximos 10 y así sucesivamente. Era casi imposible. Le voy a contar otra historia. En 1984 me encontraba en Roma haciendo una película junto a Bob Hoskins titulada "Mussolini and l" ("Mussolini y yo") cuando conocí a un sacerdote de bastante más edad que trabajaba en el Vaticano y que me invitó a tomarnos un café. Fuimos a un restaurante y me preguntó ¿cuál es su problema?. Le respondí que no sabía. ¿Desea encontrar a Dios?, no sé. ¿Tiene fe?, no sé. Él me quedó mirando y vaticinó que regresaría a Roma y me encontraría con una gran sorpresa. Y justamente tres días atrás, me acordé de él y concluíwow, tenia razón . Volví para interpretar a un Papa. Y eso me confirmó que por supuesto que existe Dios.

-¿En qué sentido?
-Miré mis manos, mi cuerpo que está envejeciendo y reflexioné que por supuesto que existe algo más grande que nosotros, yo no soy nada, absolutamente nada. Siento que mi vida ha sido un viaje que aún no logro comprender aunque sé que una fuerza muy grande ha guiado mi vida. Estoy viviendo en California desde 1974 y no sé por qué decidí venir a vivir aquí años atrás. He residido acá durante 40 años. No me vine por mi carrera, ni por dinero o nada por el estilo. Era algo más fuerte y ahora lo llamo Dios, porque encontré a mi mujer, la espiritualidad, tengo fe, y soy más feliz que nunca.

-De niño, ¿sabía algo de la iglesia católica?
-No, mi padre era ateo y mi madre agnóstica, nunca fui a la iglesia. Pero entraba a iglesias en Nueva York cuando no me sentía bien. En 1973 estaba en San Francisco haciendo una película con Goldie Hawn cuando encontré el libro de Viktor Frankl titulado "Man's search for meaning" acerca de su sobrevivencia en Auschwitz. Al leerlo, algo se movió dentro de mí, aunque pasé otro año más en el infierno adictivo del alcoholismo. Hasta que finalmente tuve una revelación: llegó el momento de escoger entre la vida o la muerte. Y opté por continuar.

-¿Cómo cambió su vida estando casado con una colombiana?
-Cambiaron las energías. Stella me dice que soy cuadrado y tiene razón. Todas sus amigas son latinas, la mayoría colombianas, hablan sin parar y me dicen que yo no opine, jajajá. He aprendido acerca del color, la pasión y ella me animó a que pintara. En el 2003, antes que nos casáramos, ella encontró algunos guiones con mis dibujos, me sugirió que comenzara a pintar y seguí su consejo. Lo increíble es que ahora la gente compra mi arte, en dos galerías de Las Vegas y Nuevo México. No sé si seré un artista o no. Cuando pinto, solo me guío por los colores. Y Stella ha sido una gran influencia, ella trajo el color a mi vida. Y además me trajo la pasión, ya que soy muy conservador, no me gusta salir demasiado y ella me invita a salir porque tiendo a aislarme. Yo soy más callado, ella es la que habla. Y me encanta estar entre sus amigos porque me dan muchísima energía. Stella me mandonea mucho, esta mañana me hizo vestirme y le hice caso, jajajá. Generalmente elige mis tenidas porque tiene mucho mejor gusto que yo.

-¿Qué opina de la agitada vida actual?
-No sé, no soy un sociólogo, pero creo que quizás los celulares han dañado nuestra interacción como seres humanos. Lo importante para mí es conservar el sentido de humor y saber reír, continuar abierto a las otras personas. Pero hay tanta gente está tan enojada y amargada, casi nadie habla entre sí, aunque estén en agonía. Y pienso todos vamos a morir, gocemos de la vida . Yo no puedo perder mi tiempo sufriendo, disfruto de la vida, porque si la tomas demasiado en serio, estás muerto. Lo mismo si no te ríes ni tienes un buen sentido del humor. Mi consejo es comiencen a disfrutar.

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