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A Sergi Arola se le ocurren recetas de cocina mientras anda en moto
La vida de Sergi Arola (51) se divide en dos partes. Una es en Portugal, país vecino a su natal España, donde está su restorán LAB by Sergi Arola, ubicado en el hotel Penha Longa de Lisboa. La otra era, hasta el domingo pasado, el tiempo que le dedicaba al programa "El Discípulo del Chef", en Chilevisión.

Pero hay algo en el día a día que, aunque esté en el último lugar del mundo, él dice que nunca olvida: su amor por las motos, que empezó cuando solo tenía ocho años. "Mi padre tenía una Montesa 325, porque le gustaba ese estilo, que es más de campo. Luego tuvo una Cota 349, que era casi como una cabra, porque subía lugares donde otras no podían, aun siendo muy pesada, ya que era de puro hierro", recuerda el chef.

Al ver a su papá, cuenta, lo único que quería era tener el mismo vehículo, pero en la versión para niños. "Estuve varios años pidiéndoles a los Reyes Magos la Cota 25, que es una moto pequeña. Pero después de mucho esperar que llegara, me di cuenta de que eso nunca iba a pasar porque mi madre era muy temerosa con el tema", recuerda.

Ya adulto, pudo comenzar a comprar sus propias motos. Ha tenido de muchas marcas, desde la italiana Vespa hasta la japonesa Yamaha. Todas están en España, pero durante su permanencia en Chile tiene un convenio que le permite probar modelos de la marca británica Triumph, los cuales suele compartir en su Instagram.

Su preferida es la Thruxton RS: "La considero preciosa y completísima, porque permite salir a la carretera y también es muy urbana. Es como la esencia de la moto moderna".

En esas pocas salidas en moto es donde, dice, tiene tiempo para él. Viajar en dos ruedas lo relaja y en esos momentos incluso se le vienen a la mente ideas para sus recetas.

"Me gusta andar en moto cuando estoy estresado, me voy a cualquier parte. Hay veces en que estoy en la ruta y se me ocurre una idea para un plato, me detengo y la anoto en mi celular", explica el chef. Pero no le gusta mostrar las anotaciones y prefiere mantenerlas en privado.

Restorán en Santiago

En el mundo de la cocina, Arola explica que no existe ninguna razón para que lo gastronómico impida utilizar la moto como medio de transporte. Eso sí, no es lo mismo para la televisión. "Estando en un programa en España, mi contrato me impedía ir en moto a las grabaciones por temas de seguridad. Aunque yo les decía que me podía accidentar con algo tan casual como que se caiga un macetero en mi cabeza", comenta.

El chef dice que se ha ido enamorando de Chile con el paso del tiempo. Y no es solo por su novia, Francisca Laree, quien también es motoquera. Asegura que ya tiene en mente la opción de montar un restaurante en Santiago. "Creo que es un buen momento para apostar por Chile. Quiero dar el paso de abrir un restaurante y la moto viene con el pack", detalla.

Y eso es porque no descarta la idea de mezclar sus dos grandes amores, la cocina y las motocicletas. "Me encantaría tener un restorán con estilo motoquero. Hace muchos años lo intenté, pero me fallaron los compañeros de viaje. No es fácil, ya que necesitas una marca de motos que te apoye", afirma.

La moto de su novia es también otro de sus medios de transporte, ya que la comparten. "La ocupo generalmente los fines de semana cuando hay poco tráfico. Esto es porque todavía no conozco muy bien el tránsito acá", confiesa.

Por eso, cuenta que cuando iba a su trabajo en el canal optaba por usar el Metro, "desde Escuela Militar hasta Salvador", y de regreso agregaba también algunas caminatas.

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