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Relato de coronel de Carabineros en Quilpué
Eran cerca de las siete de la tarde del martes, cuando medio millar de individuos traspasó el cerco perimetral del mall Portal El Belloto, en Quilpué.

En una de las tantas imágenes que circulan por redes sociales, se ve el tumulto corriendo hacia las puertas del centro comercial, como glóbulos blancos atacando un virus, mientras el lugar era custodiado por un solitario furgón policial, tan intimidante en esta secuencia como un juguete lo sería para un niño.

Las Fuerzas Especiales de Carabineros llegaron poco después. A cargo estaba el coronel Roberto Troncoso, jefe de la Prefectura de Marga Marga. Por alguna razón, la dramática comunicación que sostuvo por radio aquella tarde con un cuartel de Carabineros se filtró y circuló profusamente por Internet.

"En este minuto en Quilpué estamos siendo superados. Los adversarios están con barricadas, hostiles, lanzando molotov, piedras, de todo. Como nos tienen prohibido usar escopetas, estamos siendo apoyados por a PDI. No tenemos gas, no nos queda absolutamente nada. Estamos resistiendo con los escudos", se escucha.

Luego viene un corte y enseguida otro diálogo, que parece referirse a lo que ocurre minutos después. Es notoria la voz cansada del coronel: "Nos retiramos de El Belloto. Estamos absolutamente superados. Tengo carabineros lesionados, los vehículos apedreados, bombas molotov, no tengo gas, no puedo disparar escopetas. Para la cagá. No estamos obligados a lo imposible. No estamos obligados a lo imposible. Estamos cuerpo a cuerpo, prácticamente. Más no podemos. Más no se puede".

El audio parece una metáfora de la tragedia que atraviesa el país. Como si estuviésemos al borde de una capitulación. Pero el mismo coronel Troncoso aclara que aquella noche ellos no se rindieron. "Yo nunca me rindo", dice.

"Esa noche, cuando llegamos, nos topamos con unos 400 0 500 personas muy violentas", cuenta. "El problema que tenemos es que hay muchos focos. Si hubiese un solo evento aislado, podemos diseñar una estrategia, rearmar los servicios y controlar la situación. Pero con tantos focos simultáneos, porque también hubo muchos eventos en Villa Alemana, y con gente tan violenta, no hay policía que dé abasto".

"El otro problema", agrega, "es que como la Corte de Apelaciones nos prohibió usar escopetas antimotines, debemos usar una mayor cantidad de gases lacrimógenos y se nos agotan más rápido. Aquella noche se nos agotaron y no nos quedamos con nada para combatir. Recibimos piedras, molotov, hasta fuegos artificiales. Un montón de cosas. Y los carabineros estaban recibiendo y recibiendo. Así que yo tomé la decisión de retirarnos. ¿Sabes una cosa? Si yo les digo a mis carabineros que sigan allí, ellos siguen. Pero a esa calidad de soldados que tenemos, a esa calidad de personas, hay que cuidarlas. Porque tenemos que seguir combatiendo. Es nuestro deber".

El coronel Troncoso explica que su escuadrón se replegó y se reunió luego con un contingente de la PDI. Entonces diseñaron una estrategia para repeler en conjunto a los saqueadores, que en ese momento vaciaban los locales del mall. "Unos cuarenta minutos después de que nos replegamos, volvimos y recuperamos el centro comercial. Detuvimos a 17 personas por saqueo", cuenta.

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