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[VALPARAÍSO] Clientes y locatarios intentan volver a la normalidad aunque sólo por las mañanas
Con relativa normalidad atendieron algunas cafeterías, bancos, supermercados y otros locales en Valparaíso durante la mañana de ayer, antes que comenzaran las manifestaciones que fueron aprovechadas por quienes nada tienen que ver con la lucha social, para saquear negocios.

En la Plaza Sotomayor, Carmen Collao, encargada del local Café con Letras, ubicado al lado del Starbucks -que permanece cerrado-, señaló que el lunes también abrieron "pero a las 3 de la tarde tuvimos que irnos, pese a que aquí es súper tranquilo, porque los disturbios se producen desde el sector de la plaza Aníbal Pinto, pero como adelantaron el toque de queda y tenemos gente que vive lejos, decidimos cerrar".

Ayer, en tanto, esperaban el curso de los acontecimientos para tomar alguna decisión en tal sentido, pero destacó que durante la mañana estuvo "tranquilo, y aparte somos los únicos que estamos abiertos en el sector, el Starbucks lleva cuatro o cinco días cerrados". Pese a la menor competencia, las ventas "no han sido lo mismo que en un día normal", lamentó, precisando que "bajaron a la mitad, pero de a poquito esperamos volver a la normalidad".

El Café con Letras estaba con una decena de clientes en la mañana, y uno de ellos, el abogado Cristián Gómez, comentó que la jornada "ha sido normal en el sentido de que se puede venir a trabajar, no he tenido problema de movilización porque vengo en auto, pero a partir del mediodía en adelante hay que dejar la oficina y retirarse a la casa porque ha habido protestas, manifestaciones, la mayoría pacíficas pero algunas se ponen un poquito más violentas, así que el trabajo en estos días ha sido hasta el mediodía o 1 de la tarde".

Relativa normalidad

En tanto, Patricia Honorato, del quiosco ubicado en Cochrane con Plaza Sotomayor, indicó que el lunes abrió "en la mañana, porque había tres de la Marina cuidando, pero a las 12 y media se fueron a rancho (almuerzo) y después no volvieron más, así que a la 1 cerré, porque ya estaba sola y era peligroso. Hoy (ayer) no están, pero por lo menos están los carabineros. El quiosco no ha sido atacado pero la clientela ha disminuido, ayer (lunes) hubo poca gente". Por precaución decidió cerrar a más tardar a las 14 horas.

También en el sector de Plaza Sotomayor, aunque por calle Blanco, otro de los pocos locales abiertos ayer era el Kiosco Roca Valparaíso, cuya jefa de local, Marjorie Bolbarán, detalló que el lunes no atendieron por precaución para su personal, pero ayer decidieron abrir, "igual con precaución, estamos atentas a cualquier cosa que pase", explicó.

Sector Financiero

Deyanir Bustos se encontraba en una larga fila en calle Prat para entrar a Servipag, donde pretendía cobrar su pensión, "pero nos dicen que no hay plata y que sólo están entrando los que van a pagar la luz, el agua u otras cuentas, y a los demás no saben si nos pagan". La atención, comentó, "ha sido lenta, tienen muy pocos cajeros y llevamos más de dos horas haciendo la fila, llegamos a las 8 de la mañana".

Juan Durán es otro adulto mayor que estaba en la fila de Servipag con el fin de cobrar su pensión, pese a que regularmente lo hace en la sucursal del Rodoviario de Valparaíso, "pero como ayer estaba cerrado por el asunto de la manifestación, pensé que aquí podría tener mejor suerte, pero al parecer no saben si nos van a pagar, porque sólo están recibiendo pagos de cuentas y servicios".

En tanto, Paulina Ramírez, quien se encontraba en la fila del ServiEstado de Errázuriz destacó que antes estuvo "en la fila del Registro Civil y había total normalidad, muy expedito para sacar los documentos, ningún problema, y en el banco también veo que está siendo expedito, hay fila pero no tan larga".

Junto a ella había otra fila para el cajero automático de la misma sucursal, donde estaba Juan Espinoza, pensionado de la Armada, quien usualmente cobraba en las cajas de la casa matriz porteña de ese banco, "con libreta pero ahora por necesidad estoy acá, cobrando por este sistema, ya que la caja principal está cerrada y yo vengo de Playa Ancha, donde también estaba cerrado".

Supermercados

Una fila de clientes que superaba con creces a las antes mencionadas era la del supermercado Jumbo, en avenida Argentina, donde Héctor Aguayo esperaba entrar, pues en el centro de Valparaíso, donde él vive "no hay negocios cerca, ya que están cerrados o fueron saqueados, mientras que otros almacenes y supermercados también están llenos. Vine porque el fin de semana no pude comprar, por lo mismo, así que nos queda poca mercadería". Por su parte, Sonia Lazcano, del cerro Larraín, ya se había abastecido de víveres en el almacén cercano a su casa, pero esperaba entrar "al Easy o al Jumbo, a tratar de comprar algo urgente, un colchón inflable porque tenemos una pareja de visita", mientras que Juana Arteaga, del cerro Barón, decidió hacer la fila "por precaución, más que nada, ya que en el negocio de mi barrio hay más que nada frutas y verduras y tenemos escasez de algunas cosas básicas, como pasta de dientes o papel higiénico, pero es lo normal, se hace la compra semanal y no creo que estemos sin abastecimiento todo el mes. Afortunadamente ha estado todo tranquilo, hay resguardo de la Armada así que no hay problemas".

A su vez, Doris Aránguiz, del cerro La Cruz, explicó que tuvo que hacer la fila porque a los tres almacenes de su barrio "les queda súper poca mercadería, solamente verduras porque bajan al mercado, así que vinimos por alimentos no perecibles, agua, detergente y otras cosas". La acompañaba Catalina Vega, del mismo cerro, quien agregó que "tenemos niños y adultos mayores, así que tuvimos que bajar al plan porque también hay que comprar los remedios, que ya no alcanzaban, comida por si acaso esta situación se extiende y como están saqueando los supermercados, tenemos el temor de que ya no haya más, así que es por precaución".

En tanto, Patricio Villaseca comentó luego de haber comprado en el supermercado, que "la atención es buena, son cerca de 25 a 30 personas máximo adentro comprando, así que las cajas están súper expeditas. Ahora, lo que andaba buscando y los precios de este supermercado -que no está especulando, ya que siempre ha sido caro-, no me convienen. Yo tengo una amasandería en el sector alto de Playa Ancha pero imagínate que el queso rallado yo lo vendo a 750 pesos y aquí lo encuentro a $849. Mi objetivo era conseguir harina, que ya no me queda, y las molineras donde compro están desabastecidas, pero ahora justo me entró un llamado, así que voy a ver unos seis sacos, porque no me conviene comprar acá y tendría que subirle el precio al pan, lo que sería un abuso".

Una situación similar se vivía en otras comunas, como Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana, Concón y Limache.

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