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Ojo con los paseos del perro: las garrapatas están en el pasto de todas las comunas
Corría el año 1982 y Andrea Cáceres tenía diez años. Un día estaba jugando con Capitán, su perro, y vio que le caminaba una araña sobre el lomo. Llamó a su mamá y entonces el hallazgo se convirtió en tragedia. Se trataba de una garrapata, una especie de arácnido que recién llegaba a Chile y que había encendido las alarmas; los medios de comunicación advertían que transmitían enfermedades incluso hacia los humanos. Y, peor aún, decían que el país no estaba preparado para combatirlas.

Por eso, la madre tomó una decisión difícil: llamó al departamento sanitario de la época para que se llevaran a la mascota. "Cuando encontremos un remedio, te devolveremos a tu perro", le mintió a Andrea el hombre que subió a Capitán a una camioneta.

Esta triste historia hoy tendría un final muy diferente. Si bien es imposible erradicar las garrapatas del país, están en todas las comunas, incluso en el sur de Chile, se puede proteger a los perros.

Los que viven en el patio corren más peligro porque están permanentemente en contacto con la tierra. Pero los que viven en departamento no se salvan, porque si no están protegidos con productos especiales, se exponen cuando salen de paseo. Las garrapatas caminan por el asfalto, pero su hábitat ideal (además del perro, claro) es la tierra y se esconden en la vegetación.

"La solución es usar durante todo el año una pipeta, o un collar antiparasitario o una tableta que las repela", dice Maximiliano Bassaletti, director médico de Clínica Veterinaria Providencia.

"Las garrapatas no vuelan ni saltan", explica Rafae Rodríguez, veterinario y docente de enfermedades parasitarias y zoología de la U. Mayor. "Las especies que tenemos en Chile son un grupo estacional que emerge en primavera y verano. Durante el otoño y el invierno están en estado de latencia en la tierra".

Así como se han alargado las temporadas de calor, también se ha prolongado la época de garrapatas. Antes lo común era que aparecieran entre septiembre y marzo.

"Pero en los últimos años hemos encontrado en abril e incluso en mayo", dice. Aunque muchas personas pueden creer que se transmiten de animal en animal, no es necesariamente así: "Eventualmente podría ser, pero no es la principal causa. Las garrapatas, que caminan muy rápido, suben -desde el pasto o la tierra- al animal y se alimentan de su sangre".

También podrían afectar a gatos, eso no es tan común. Los perros son el hospedaje perfecto para estos parásitos, sin importar si son de pelo corto o largo. La que predomina en nuestro país es la Rhipicephalus Sanguineus, más conocida garrapata café. Los machos son los que parecen una lenteja (y tienen más similitud con una araña) y las hembras son las que se asemejan a un poroto.

"Las garrapatas se aparean sobre el animal. Luego las hembras bajan, colocan sus huevos -que pueden ser 2.000 o 4.000- en la tierra y se mueren", agrega Rodríguez.

Cambiar el collar

Fundamental para mantener protegido al perro en sus paseos es usar collares antiparasitarios e ir cambiándolos con el tiempo (cada marca tiene tiempos distintos de duración) porque ellas se vuelven resistentes.

"Por eso lo aconsejable es ir rotando de productos, que no sea siempre el mismo. Cuando hay un sobreuso de algún producto, se facilita la resistencia de estos parásitos", explica Pamela Muñoz, académica del Instituto de Patología de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la U. Austral.

Recomienda no retirarlas con la mano, mejor usar pinzas. Y tratar al perro, pero también fumigar el lugar donde está. Otro dato: mantener el pasto corto.

Bassaletti dice que muchos dueños de perros no respetan las dosis ni los tiempos recomendados por los fabricantes de pipetas, collares antiparasitarios y tabletas dispersables.

"Por ejemplo, el Frontline en spray especifica que se necesita una cierta cantidad de milímetros por cada kilo que pesa el perro. Y mucha gente no saca esa cuenta y le pone mucho menos de o que se requiere. Otro ejemplo es el Bravecto, una de as tabletas dispersables. Dura tres meses su efecto. Entonces, hay que anotar la fecha y dárselo exactamente tres meses después no cuatro ni cinco".

No es mito: hay que quemarlas

Muchas personas prenden fuego a las garrapatas y el académico Rafael Rodríguez avala esa práctica "Si tú pisas a una garrapata hembra, los huevos no morirán y quedarán esparcidos, por eso es mejor quemarlas", dice. El veterinario Maximiliano Bassaletti dice que si el parásito se encuentra incrustado no hay que sacarlo porque el aparato bucal del parásito de todas formas quedará dentro de la piel. En ese caso es mejor aplicar un spray y esperar que caiga.

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