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Marcelo Díaz
Llega puntual a la hora acordada. Las 9 de la mañana en un café estilo francés en Vitacura, cerca de su departamento. Marcelo Díaz, diputad socialista, está listo para hablar de su precandidatura presidencial. Sin embargo, y dado que su vida ha cambiado desde junio pasado, tras su separación de Millaray Viera, a regañadientes, acepta responder algo de cómo enfrenta sus días más en soledad.

Es en su nuevo departamento de soltero justamente donde el diputado, ex embajador en Argentina y ex vocero de Bachelet, evalúa participar en las primarias del Partido Socialista con miras a convertirse en el candidato presidencial de su sector. Sobre todo desde que en una de las últimas encuestas Cadem lograra el 45% de aceptación, solo un punto menos que José Miguel Insulza.

¿Le contó usted a su familia sobre la candidatura?
Llevamos un tiempo de reflexión con un grupo de dirigentes y militantes, gente cercana y también no cercana al Partido Socialista. En el marco de una entrevista en Mega, me lo preguntaron y se me chispoteó. Creo que todavía hay un proceso de digestión. Es una noticia en desarrollo.

¿Qué le han dicho?
Me guardo las cosas que me dicen. Algunos están de acuerdo, otros no. Hacer política en estos tiempos siempre es ingrato, porque está muy dañada. Pero sigo pensando que la política es una herramienta de cambio de la sociedad.

Usted tiene una hija de 20 años, ¿qué le dijo ella?
Ella vive en Francia desde los cinco años. Estuvo aquí en julio, lo hablamos y me miró con cara de incrédula. Pero ella es bien política. Vota en Francia, vota muy de izquierda, pero sí, ella tiene la impresión de que este es un país que tiene que cambiar. No digo que ella crea que yo lo puedo cambiar por mí mismo, pero entiende a lo que me dedico. La guagua (Celeste) no entiende nada y la de diez años entiende más, pero no opina mucho.

Claramente, las separaciones cambian la vida. ¿Hace cuánto que no vivía solo?
Hace siete años.

¿Se cocina o pide comida preparada?
Me levanto muy temprano, me hago un desayuno que es bien escuálido, un café con leche y fruta. Generalmente, no cocino mucho; a veces preparo algo simple como atún con tomate y palta, y se acabó. También pido comida.

¿Cómo se siente cuando llega al departamento y nadie le ofrece un café?
Es que nunca me hacían café, me lo servía yo. No tengo ninguna razón para que me lo ofrezcan. En ese sentido no ha cambiado mucho. Siempre fue una relación (con Millaray Viera) bien horizontal, aunque también nos atendíamos mutuamente.

¿Y ahora qué hace al llegar al departamento?, ¿busca en su colección de vinilos?
Sí, estuve el otro día escuchando a George Harrison. Justo compré la aguja que me había roto Celeste. Mis vinilos y las series de Netflix son mis distracciones ( entre sus favoritas, de esas que se ven más de una vez, están "Perros de Berlín", "La Casa de las flores" , "La Casa de Papel" y "El método Komisnky", entre otras).

¿Pasa bastante tiempo con sus hijas?
Sí, aunque menos de lo que me gustaría.

¿Se siente obligado a ofrecerles más tiempo ahora que no se ven todos los días?
No obligado. Primero, a mí me hace falta ver a mis lijas más seguido, porque yo siempre he estado bastante presente. Con la Celeste, en particular, prácticamente dormíamos todos los días juntos. A mí me hace falta y a ellas también. Como Millaray tiene que viajar por su programa ("Sabingo", de Chilevisión), entonces me quedo con las niñas. Está funcionando bien, afortunadamente.

El factor Insulza

¿José Miguel Insulza representa la vieja política y usted la nueva?
Por edad sí. Pero no quiero calificar a José Miguel. Él tiene una trayectoria política muy destacada. Tiene todos los derechos y pergaminos para ser una opción (presidencial). Lo que espero de él es coherencia, porque en 2017 peleamos junto con él porque hubiese primarias, y la directiva de ese entonces las reemplazó por una elección a puertas cerradas en un comité central. Vergonzoso.

¿Y si la directiva decide no ir a primarias?
Eso es lo que dice el acuerdo del Congreso, que se realicen primarias. Saltarse ese acuerdo, y cambiarlo por secretaría, sería, después de lo vivido en las elecciones del partido, un abuso inaceptable y un error de proporciones. Si no hay primarias, sería un acto suicida.

¿José Miguel Insulza está por las primarias?
Creo que sí. Espero coherencia de parte de él en esta materia.

¿Usted pretende tomar la posta de la ex presidenta Bachelet?
Ella ensayó un camino y acertó. El Estado tiene una deuda con la sociedad en materia educacional, porque la buena educación se convirtió en un privilegio para unos pocos. Hicimos dos esfuerzos: asegurar el acceso por la vía de la gratuidad, invertir en calidad y erradicar el lucro. En salud, sufren los que están en el sistema público y privado. La presidenta Bachelet ensayó un camino que es este, reconocer un derecho y establecer un mecanismo para garantizarlo.

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