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El webshow de Marcela Vacarezza y Rafa Araneda

Desde hace un buen tiempo, Marcela Vacarezza y Rafael Araneda (ambos de 54 años) tenían la idea de levantar un programa digital juntos. Con ese objetivo, los esposos desde 2000 concretaron un piloto. Salió bien, pero no los convenció. Después intentaron con otro, aunque el resultado fue el mismo. "No quedábamos conformes, no era lo que buscábamos, como que faltaba algo, dependíamos de los invitados y el ritmo no era el ideal", recuerda el conductor, que tuvo entonces un diálogo clave con su pareja. "En algún minuto Marcela me dice esto lo tenemos que hacer con los niños. Y le encontré toda la razón, ellos tienen cuento, nos conocen, son divertidos", agrega él, quien se puso en función de la iniciativa.

En días, ya estaban grabando "Tenemos que hablar", videopodcast que se lanza este domingo vía YouTube y que ofrece un inédito formato. Alrededor de una mesa circular, ubicada en la terraza de la casa familiar que tienen en Miami, Rafael y Marcela abordan temas domésticos, anécdotas y recuerdos junto a Martina (22), Florencia (20), Vicente (17) y Benjamín (6), sus hijos. Lo hacen entre risas, compartiendo un picadillo y algo para tomar.

"Esto obviamente lo conversamos entre todos, la mayoría de nuestros hijos están grandes, y ellos encontraron el proyecto muy atractivo, les gustó", advierte Marcela, ideóloga del asunto. "Así nos sentamos en nuestra mesa a conversar, a reírnos, a emocionarnos y a polemizar con las cosas diarias, con asuntos que no son extraños en ninguna familia", aporta Rafael. "Con los años, nos hemos dado cuenta que somos una familia bien querida por la gente. Mis hijos lo han notado en redes y a las personas les gusta que seamos espontáneos y transparentes. Todo eso y los temas que enfrentan todas las familias los discutimos", suma Marcela.

Hasta ahora, en un mes y medio de realización del proyecto, que cuenta además con una productora y un director, el clan ha grabado cuatro conversaciones sobre asuntos tan distintos como horarios familiares, permisos, historias divertidas, reflexiones, ciertos alegatos e incluso debates. "En general, somos una familia que comparte harto, sobre todo cuando almorzamos o comemos. Conversamos harto, pero esta también podría ser una instancia de tocar temas más a fondo, de forma más reflexiva", continúa Marcela.

¿Hay un guión, cómo se ponen de acuerdo en los temas a tocar?
"Hay un chat que hicimos especialmente para el vodcast. Y ahí todos opinamos y sacamos los mejores temas. Pero en general, todo es bien espontáneo en la conversación. A veces partimos hablando de algo y terminamos en algo nada que ver".

¿Hay límites temáticos que no traspasen, Rafael?
"O sea, contamos cosas como que la Marcela alguna vez me pegó una patada en el traste para sacarme de la cama porque ronco mucho, jajajá. Pero eso ya lo he contado en la radio, por ejemplo? no ha habido drama al respecto. No ha sido tema, cada uno pone sus límites". "Los niños ya están grandes, saben cuáles son los límites. Si de repente, lo que dice uno afecta al otro, eso también se puede cortar", aporta Marcela, quien indica que las instancias de grabación son como "fiestas familiares". "Lo pasamos increíble, de repente hablamos una hora y media y hay que cortar, porque los episodios duran mucho menos. Todos nos entretenemos", confiesa.

Martina Araneda, la hija mayor, certifica conceptos. "Ha sido como un carrete familiar. Ponemos tablitas con cosas, quesos, jamones y compartimos un vinito y lo que sea para conversar. Más que nada hemos recordado momentos, la hemos pasado bien".

"Siento que es una instancia para darnos a conocer también, para que la gente nos vea tal cómo somos y no por lo que ha visto en TV o en redes sociales", interviene Florencia. "No lo vemos bajo ningún punto de vista en algo como un trabajo, es un momento familiar rico. A pesar de que cada uno tiene su horario definido, nos damos el espacio de compartir acá", expone Vicente.

¿Y Benjamín? ¿El hijo más pequeño de los Araneda-Vacarezza? "Él también aparece, entra y sale. Se va a dormir, de repente se queda escuchando", responde Rafael. "A veces se pone a hablar y nos deja en jaque a todos, jajajá", termina él.

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