Para subirse al antiguo bus de dos pisos que circuló por Santiago hace seis años, recuerda el chofer Luis Rivas, había que hacer fila. Aquel trayecto por la Alameda, entre las estaciones de Metro Las Rejas y Universidad de Chile, pese a que no era tan largo, describe el conductor de la empresa Metbus, bastaba para que los pasajeros quisieran pagar su pasaje e irse tranquilos con una vista panorámica del centro de la ciudad.
"Esa micro usaba diesel, eso sí, las de ahora son totalmente eléctricas. Esto va a funcionar porque me he dado cuenta de que los pasajeros cuidan más las micros eléctricas", dice Rivas antes de subirse a probar uno de los diez buses eléctricos de dos pisos que fueron presentados este jueves por el Ministerio de Transportes y que serán incorporados a la red de Metbus a partir de octubre.
Tamara Berríos, country manager de BYD Chile, compañía que trajo los buses al país, describe que las micros tienen una longitud de 12 metros, un ancho de 2,12 metros y una altura total de 4,31 metros. Agrega que en el primer piso, que cuenta con 19 asientos, tiene una altura de 1,903 metros. En cambio, el segundo nivel tiene 50 asientos y una altura de 1,77 metros. La capacidad total, dice, es de 100 personas y no está diseñado para transportar a pasajeros parados en el segundo piso (ver infografía ).
La diferencia de alturas, explica Patricia Galilea, académica del Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística de la Universidad Católica (UC), está relacionada con la seguridad de los buses de dos pisos.
"Tiene que ver con bajar el centro de gravedad. Lo que no queremos es tener el centro de gravedad tan arriba porque podría ocurrir un volcamiento. Por lo mismo el segundo piso es más bajo, ocupa menos materiales y solo permite pasajeros sentados. Todo eso con el fin de bajar el centro de gravedad. Yo viví en Londres y los buses de dos pisos también tenían esa diferencia de alturas", explica.
Galilea dice que los buses de dos pisos tienen el centro de gravedad un poco más alto que un bus normal, por lo que un viraje a alta velocidad podría provocar que se voltee.
"Pero eso está más ligado a los buses interurbanos. Los buses eléctricos de dos pisos que circularán por Santiago tienen una velocidad máxima, pero están programados para no superar los 50 kilómetros por hora. Con ese límite la probabilidad de volcarse es bien baja", detalla la académica.
La ingeniera recalca que uno de los problemas que tenía como pasajera en Londres era que perdía estabilidad cuando se ponía cerca de la escalera.
"Una generalmente quiere irse arriba y se pone en la escalera a esperar que de desocupen los asientos. Ahí es bien difícil agarrarse de las manillas. Recomiendo ir afirmada, sobre todo a quienes van con bolsos o están embarazadas porque el centro de gravedad es distinto y genera mayor inestabilidad corporal", precisa.