La fecha la tenían agendada hace varios meses y en la casa de Anita Alvarado, tanto ella como sus seis hijos que viven en Chile, estaban en llamas: viajarían a Australia para el matrimonio de su hermana, Angie. El día llegó y sus hermanos y Anita tuvieron que ver la ceremonia por Zoom, desde Chile.
El viernes, a las 19:00 horas, Anita figuraba arregladísima y sentada frente al computador para ser protagonista, a distancia, del matrimonio que unió a Angie con Rodolfo Kamke, tras seis años de relación. La ceremonia y fiesta se realizó en un club de yates de Sídney, lugar que, a modo de regalo, se consiguieron los jefes de la empresa donde trabaja Angie.
Anita lloraba de emoción mientras veía la boda civil, pero también de "impotencia por estar presenciando uno de los días más importantes en la vida de mi hija por una cámara. Sin toda su familia, cuando deberíamos haber estado ahí. Sin poder abrazarla", comenta Anita con la voz entrecortada.
¿Anita, por qué no pudo acompañar a Angie?
"Porque no pudimos viajar a Australia. Les saqué pasaporte a todos mis hijos, pero necesitaba la autorización de los padres de los dos más chicos, Abril, de 17 años, y Judson, de 9, y simplemente no les dieron la autorización. Teníamos todo listo, yo me saqué la mugre trabajando (vende frutos secos) para que fuéramos todos, ni para el taxi les iba a pedir a estos padres y no firmaron porque no me superan".
¿Pensó ir igual con los que sí podían ir?
"¿Pero cómo iba a ir sin dos de mis hijos? Éramos todos o ninguno. El viaje siempre fue pensando para ir todos a estar con Angie, los más chicos eran los más entusiastas, no los íbamos a dejar acá. Una cosa buena es que en Australia la Angie tiene dos hermanos, Xephora y Felipe. El Pipe la entregó y su hijita llevó los anillos".
¿Cómo fue vivir este momento a través de Zoom?
"Estábamos muy emocionados. La lloramos toda. Lloramos de alegría por verla realizada y también de pena, porque ella quería que fuéramos. Estuvimos 40 minutos conectados, que fue lo que duró la ceremonia, junto con 55 personas entre familia de ella y familia de él que no pudo ir. Estuvo todo muy lindo, ella echando la talla porque tenía que hablar en inglés y se veía maravillosa, maravillosa".
¿Usted hizo algo en la casa como para vivir de todas maneras el momento?
"Claro, acá celebramos también y yo me arreglé. Me puse un vestido maravilloso negro, porque yo quería sentir que estaba en el matrimonio presencial de mi hija, quería sentirme ahí, a su lado. Me maquillé maravilloso, bueno hice lo posible por maquillarme bien porque mis ojos no daban más de puro llorar".
¿Pudo hablar con ella antes de la ceremonia?
"Hablamos una hora antes, yo me estaba arreglando y ella estaba poniéndose bolsitas de hielo en los ojos, estaba muy sensible. Había llorado mucho de felicidad, porque cada uno de sus hermanos le mandó regalos, eran detalles importantes. Yo le iba a escribir una carta, pero pensé que le iba a escribir lo que le digo siempre, que la amo, porque todos los días les digo a mis hijos que los amo. Así que decidí un ratito antes de la ceremonia hacerle un video, no podía ni hablar de la emoción, pero traté de no llorar para que ella viera que también estoy feliz por este paso".
¿Qué le dijo en el video?
"No te va a sorprender que te diga te amo, pero quiero decirte que vas a ser una maravillosa esposa, porque eres linda, porque te van a amar. Dios te puso ese hombre en tu camino y tienes un buen marido. Ahora ya no eres señorita, ahora eres señora".
¿Cuál es su opinión del ahora esposo de Angie?
"Es maravilloso, él ama a la Angie. Es el esposo ideal. Se aman y es impresionante. Me gusta absolutamente porque es un niño sano, apañador y ama a mi hija; qué mamá no va querer que te amen a la hija. Además es súper inteligente y su corazón es sensible. Qué ganas de haberlos podido abrazar".