El glaciar Echaurren Norte -ubicado en la cuenca alta del río Maipo- es el más estudiado de la Cordillera de Los Andes. No sólo por la Dirección de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas (MOP). También por el World Glacier Monitoring Service (WGMS), entidad creada en 1986 para monitorear las fluctuaciones de los campos de hielo y masas de hielo continental de todo el mundo.
"Es el referente de Sudamérica y del hemisferio sur para el WGMS. Su balance de masa de nieve y hielo anual es publicado por ellos a nivel mundial", explica Jorge Huenante, ingeniero electrónico y magíster en geofísica de la Unidad de Glaciología y Nieve de la DGA.
Huenante lideró durante esta semana los estudios realizados en terreno al glaciar Echaurren. Gracias a los sistemas de medición de balizas (estacas enterradas directamente en la nieve) y GPR (radar de penetración terrestre que permite cuantificar el manto nival y el espesor del hielo), el equipo de la DGA recibió el viernes 30 una buena noticia.
"En el pozo estratigráfico, donde medimos la columna de nieve, se registraron 4,2 mt de nieve acumulada en el invierno sobre el glaciar", afirma Huenante.
La importancia de este resultado radica en que toda la nieve y hielo de Echaurren llega a Laguna Negra, que es la reserva de Aguas Andinas en caso de emergencia para la Región Metropolitana (normalmente se abastece del embalse El Yeso).
Pero además tiene otra connotación. "El glaciar Echaurren es la muestra piloto de nuestros estudios. Que tenga más nieve que el año pasado es muy bueno. Este resultado se puede extrapolar para toda la Región Metropolitana", destaca Huenante, y entrega cifras para resaltar la diferencia respecto de otros años.
"En 2016 tuvimos 4,8 metros; en 2017, 3,4 metros, y en 2018, 3,2 metros. En 2020, cuando estuvo en su punto mínimo, fueron dos metros de columna de nieve. El año pasado subió a 2,8. Eso significa que este año hubo un repunte importante y eso es nieve y hielo que abastece a los embalses".
-¿Se puede decir que disminuyó la gravedad de la emergencia hidríca?
-Dos años no son tendencia. Es imposible sacar una conclusión apresurada.
Entierran balizas
La DGA comenzó a monitorear el glaciar Echaurren en 1975. Huenante dice que gracias a eso tienen datos fidedignos de cómo ha afectado el cambio climático a esta gran masa de nieve y hielo."La primera imagen aérea que tenemos data de 1955. El glaciar era un solo cuerpo de 45 hectáreas (hás). Para el año 2009 nuestras mediciones arrojaron que el glaciar se cortó en dos cuerpos de 28 hás sumadas. En 2015 tuvimos cuatro cuerpos de 17 hás, que se redujeron a 16 hás en el 2018. En la actualidad estos cuatro cuerpos miden 19 hás", detalla el glaciólogo.
Con el paso de los años, la técnica ha evolucionado. "Hasta la década del 80 los glaciólogos subían a Laguna Negra en mula y se quedaban dos semanas haciendo estudios. Después se hizo el refugio de piedra cubierto con planchas de zinc con capacidad para cuatro personas cómodas y que está ubicado a 3.840 mt sobre el nivel de mar. En la actualidad subimos al refugio en helicóptero", explica.
Desde este lugar, la Unidad de Glaciología y Nieve de la DGA estuvo realizando sus estudios esta semana. "Hacemos un balance de masa para saber cuánto volumen del glaciar se perdió o ganó. Este año enterramos cuatro balizas (estacas de tubo de PVC) que miden seis metros, con cuatro secciones de un metro y medio cada una. A medida que la nieve se derrite van cayendo las secciones", detalla.
Gracias a los avances tecnológicos este año también sumaron dos Lidar. "Son láser para medir topografía. Se instalan en un punto y hacen un barrido, como si estuviera sacando un escáner. Eso permite hacer un balance de masa glaciar. En 1990 comenzó a haber una pérdida de volumen de hielo. Si continuamos con las tendencias actuales, según nuestras estimaciones, el glaciar Echaurren podría desaparecer de aquí a 30 años", afirma.
-¿El volumen del glaciar aumentó o perdió este año?
-El resultado de esa pregunta la vamos a tener al final de este verano.