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Chilenas en Dubái

Dubái es uno de los siete territorios que conforman los Emiratos Árabes Unidos; su capital es una ciudad de trepidante desarrollo y un centro financiero, económico y turístico de nivel mundial.

Construida en pleno desierto petrolero, esta urbe se ha hecho famosa por sus colosales rascacielos -como el Burj Khalifa, de 828 metros de altura- y proyectos turísticos como las islas artificiales de Palma Jumeirah, Palma Jebel Ali y Palma Deira.

La kinesióloga Betsabé Pérez (35), oriunda de Valparaíso, lleva siete años radicada allá. ¿Cómo llegó tan lejos? En Chile, un colega le había comentado sobre la experiencia de un amigo suyo en Qatar, lo que le despertó interés por la cultura árabe.

"Viví muchos años en Estados Unidos y pensaba que una vez que me titulara de la carrera me iría al extranjero a trabajar como kinesióloga. Como yo tenía un inglés fluido, me animé. Indagué un poco sobre algunos destinos árabes y el que más me gustó fue Dubái. Leí muy buenos comentarios y los sueldos fueron lo que más me sedujo. Además acá no se pagan impuestos", cuenta.

Decidida, indagó en varios portales de trabajo de ese emirato y postuló directamente a la oferta de un centro médico, que pronto le envió una propuesta laboral: como requisito, debía aprobar un examen que se les exige a los profesionales de la salud en Dubái.

"Postulé a varias clínicas desde Chile. A través de su Ministerio de Salud te dicen dónde debes rendir el examen en Santiago. Es como una PSU de kinesiología, pero el problema es que no te dan un tema y debes estudiar todo lo que aprendiste en la universidad. Tuve que estudiar toda la terminología en inglés para rendir bien. Te dan tres oportunidades para aprobarlo y si lo repruebas debes pagar todo el proceso desde el inicio. En ese tiempo tenía un costo de casi $2 millones. Por suerte lo aprobé en el primer intento", señala.

También le exigieron una serie de documentos legalizados, lo que involucró el desembolso de SI millón más. "El centro médico me procesó la visa de trabajo y en menos de dos semanas me trajeron a Dubái. Me pagaron el pasaje y también me dieron alojamiento por dos años. Ahora estoy en otro centro y tengo una visa de trabajo que se renueva cada dos años. Un kinesiólogo acá puede ganar entre 2.000 y 5.000 dólares mensuales", detalla. O sea, al cambio actual, entre $2 y $5 millones.

¿Qué tal el choque cultural? No es lo que se esperaría: la mayoría de la población de Dubái está formada por extranjeros y el idioma que predomina es el inglés. "Los rubros donde hay más pega acá son la ingeniería, informática y todo lo que respecta al petróleo", detalla.

-¿Cómo es la vida en la ciudad?
-Lo que es impagable es la seguridad. Uno puede salir a caminar a la noche con la tranquilidad de que no te va a pasar nada. Respecto a los costos de vida, la locomoción y comida son baratos si se compara con Chile. Lo que es caro es el arriendo. Vivo a 15 minutos del centro y pago por un departamento de un ambiente como SI millón al mes. Acá es igual que en Santiago, hay distintos tipos de barrios y sectores sociales. No es como que la gente cree y no todos son ricos; acá vas a ver personas de todas las clases sociales.

Mundo de oportunidades

La relacionadora pública Paz González (40) lleva 11 años radicada en Dubái. Durante muchos años trabajó en el área de marketing de una empresa española y estando allá postuló a la oferta de una aerolínea, que la llevó a trabajar por nueve años como azafata en el emirato.

"Fue una de las mejores experiencias de mi vida. No tenía nada que ver con Io que había estudiado. Por la pandemia quedé sin trabajo, pero a los tres meses conseguí pega en Io mío en una empresa vinculada al mundo de las finanzas", señala.

¿Cómo anda el tema laboral? "En Dubái hay muchas chances de conseguir un buen puesto. Es fácil crecer en una empresa: muchos empiezan como junior y a los seis meses los ascienden a senior o a managers. En mi caso partí como account manager y a los cuatro meses ascendí como directora de alianza estratégica. Hay mucho trabajo disponible ahora mismo en diferentes industrias, sobre todo en hospitality", destaca.

En ese sentido, recalca que sí o sí uno debe ir con una oferta de trabajo. "Acá necesitas tener un patrocinador para que te den el visado. Los sueldos van desde 1.500 dólares hacia arriba; un relacionador público puede ganar entre 4.000 y 5.000 dólares al mes. Muchas empresas que patrocinan a trabajadores extranjeros les ofrecen alojamiento y seguro médico. No hace falta hablar árabe para trabajar acá: la mayoría de las personas habla inglés", confirma.

"Una de las buenas maneras de encontrar trabajo es por Linkedln, se usa mucho más que otras plataformas. Muchos chilenos que llegan a trabajar acá se desempeñan como pilotos, ingenieros y también hay vinculados al ámbito de la tecnología", precisa.

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