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Daniel Jeldes, de 22 años

"Cuando vi que íbamos a chocar cerré los ojos nomás y cuando los abrí ya estaba afuera del auto".

Así resume Daniel Jeldes Arrieta, de 22 años, el impresionante accidente en que participó, junto a siete amigos, a bordo de un Chevrolet Sail pasadas las cuatro de la madrugada de este jueves. El auto se estrelló primero contra una barrera de contención de la Avenida España, en Viña del Mar, y luego contra el cerro.

Aunque todos los ocupantes del vehículo resultaron con heridas, la diferencia es que Daniel, quien iba sentado sin cinturón de seguridad en el asiento trasero derecho, salió eyectado varios metros producto del impacto. Su salvada quedó registrada en el video de una cámara de seguridad. Doce horas después del choque, desde una cama en el Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, donde le reconstruyeron el talón de Aquiles de su pierna derecha, que se cortó con el impacto, Daniel repasa Io que ocurrió.

Un comienzo tranquilo

"Hasta las cuatro de la madrugada el carrete transcurrió normal", recuerda. "Después de pasar el rato en el pub Noche M de Valparaíso, ya estaba listo para irme a mi casa en Quillota, hasta que dos amigos que había conocido, me invitaron a esperar que amaneciera en el departamento de uno de ellos".

-Entonces se subieron al auto.
-Al principio no estaba seguro de subir, porque el amigo que conducía estaba medio pasado, pero como se comió dos completos y dijo que era cerquita, me animé para seguir el carrete. A esa hora nadie se quiere ir a acostar.

-¿Cómo fue ese viaje?
-Apenas tomamos la avenida España, empezaron los problemas. Un semáforo antes del choque, mi amigo que conducía ya casi había chocado a un auto, por lo que le pedimos que bajara las revoluciones, pero no nos pescó y aceleró más.

-Además que iban ocho personas en el auto.
-Claro. Precisamente, como íbamos tres hombres y tres mujeres atrás, más el piloto y el copiloto, el auto se empezó a levantar de adelante, hasta que nos dimos con todo contra la barrera del puente Capuchinos. Pero ahí yo ya había cerrado los ojos y me había entregado.

-¿Qué pasó en ese momento?
-En ese primer choque el auto como que se dobló entero, pero igual no nos detuvimos hasta que chocamos por segunda vez, ahora contra el muro de contención del cerro. Ahí fue cuando el auto se partió en dos.

-¿Se partió en dos?
-Tal cual. El auto se partió en dos mitades. Yo no sé por dónde salí arrojado, si por el forado del techo o por otro lado. La parte de adelante, donde iban los dueños de casa, salió para un lado, mientras que la parte de atrás, donde iba yo, salió para otro. Por eso no recuerdo cómo salí volando del auto, ni tampoco recuerdo cuando aterricé, como a diez metros. Todo fue muy rápido. Ahora veo los videos y no entiendo cómo me paré con el talón de Aquiles cortado. Yo creo que fue pura adrenalina, porque no sentí dolor de nada por mucho rato.

-¿Qué hiciste después?
-Entre lo que recuerdo y lo que grabaron las cámaras, sé que me levanté y me fui a ayudar a mis amigos de la parte de atrás, que se había volcado y que los había aplastado. Ellos estaban abajo gritando. Había muchos gritos. Eso lo recuerdo bien. Así que sólo atiné a tratar de levantar el auto, junto al único conductor que se detuvo a prestarnos ayuda. Menos mal que no era el auto entero, sino que la mitad nomás, por lo que algo pudimos hacer, hasta que llegaron los carabineros y la ambulancia.

Se quemó las manos

Durante el improvisado rescate, Daniel sufrió quemaduras en sus manos, porque tocó el tubo de escape del vehículo. "No me dí cuenta que estaba tan caliente hasta después, cuando me salieron ampollas. Sólo pensaba en sacar a mis amigos de abajo del auto, por si se incendiaba. Igual uno se pasa los mansos rollos en esas situaciones y sólo quiere ayudar", asegura.

-¿En qué momento te diste cuenta que estabas herido?
-No sé cuánto tiempo pasó, pero creo que al rato me empecé a tocar y me di cuenta de que me faltaba un calcetín y un zapato. Entonces me miré y sangraba, pero no tanto. Ahí me levanté el pantalón y me encontré un corte un poco más arriba del talón, como un hoyo en que me cabía la mitad del dedo índice. Y ahí ya me asusté y me empezó a doler todo.

Daniel también detalla que los pasajeros que iban en la parte de atrás del pequeño sedán, sacaron la peor parte. "Aparte de mí, hay tres amigas que resultaron con fracturas en brazos y rodillas, mientras que los otros quedaron con quemaduras y enteros rasmillados"

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