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Mehssatou

A Michelle Sepúlveda a veces se le olvida cómo se dice una palabra en castellano. No es raro. La madre de Nayel Mehssatou, el debutante jugador de la Roja que se encuentra en Asia con el plantel que dirige Eduardo Berizzo, nació en Santiago, pero ha vivido prácticamente toda su vida en Bélgica, específicamente en Bruselas. En esta entrevista, la primera que acepta dar, por vía telemática, recurre de vez de cuando a su hermano Patricio para encontrar la palabra exacta o el concepto que quiere dejar en claro. Patricio vive en Santiago.

No se siente lejana a Chile. Cuenta de su familia, de los amigos chilenos que tiene allá y que forman una colonia unida, que se junta para realizar actividades y recordar el país que los vio nacer. Escuchando este relato es fácil entender por qué su hijo eligió jugar por Chile y no por Bélgica o Marruecos.

"Yo vine a Bélgica la primera vez cuando tenía 18 meses. Mi papá (Pedro) es sociólogo y vino a un curso en la Universidad Católica de Lovaina y mi mamá (Nancy Carmona) y yo, que en ese momento era hija única, nos vinimos con él. Regresamos cuando terminó el curso, con un nuevo integrante de la familia: mi hermano Juan Pedro. En Chile nació Patricio, pero en 1975 las cosas se hicieron complicadas y mi papá optó por traernos de vuelta a Bélgica. Aquí nos quedamos, porque nació mi hermana Nancy Tania. Cuando yo tenía 15 años mis padres se separaron y mi papá regresó a vivir en Chille años después, con mi hermano Patricio. "Es que yo quería estudiar en Chile ingeniería comercial y lo hice en la Universidad de Talca. Nadie entendía por qué me vine de Bélgica a estudiar a Chile. Ni yo lo sabía bien, pero era lo que quería. De hecho, hablaba muy poco castellano", acota Patricio.

-¿Cómo fue que usted, Michelle, conoció a su marido marroquí?
-Fue en la universidad. Y no es raro que una chilena se haya emparejado con un marroquí. Bruselas en una ciudad multicultural y Mustafá nació en Bélgica. Fuimos amigos un tiempo y luego nos casamos para formar familia.

Michelle Sepúlveda cuenta que hasta hoy trabaja como médico en la especialidad empresarial. Es decir, labora en una empresa que ofrece servicios a otras. "Eso es algo muy común en Bélgica", señala.

-Entonces formaron familia y llegó Nayel.
-Sí, pero primero nació mi otro hijo, Yassine Elías, quien es dos años mayor que Nayel.

-¿Fue una disputa con su marido eso de ponerle nombres marroquíes a sus dos hijos?
-Jajajá, obvio que cada uno tenía preferencia, pero había que llegar a acuerdos y me gustaron esos nombres marroquíes.

-¿Son hermanables?
-Mucho. Como tienen poca diferencia de edad, de chicos jugaban y hacían deportes juntos. Les gustaba andar en bicicleta, nadar y, claro, andar con la pelota. Jugaban hasta en el living de la casa y yo tenía que corretearlos para que no rompieran nada.

-¿Nayel era hincha de algún equipo allá?
-Era fanático de Barcelona y le gustaba ver a Lionel Messi. Pero en su pieza tenía un póster de Alexis Sánchez, claro que con la camiseta del Barça.

-¿Usted les hablaba a sus hijos en castellano?
-Al principio intenté que aprendieran, pero desistí porque era mucha información para ellos. Acá hablamos francés y en el colegio siempre lo hicieron en flamenco, así que optamos por dejarlo ahí. De hecho, Nayel después aprendió inglés y ahora, claro, está tratando de entender castellano.

-¿Cuándo conoció Chile por primera vez Nayel?
-Fue en sus primeros meses de vida, así que él no tiene ese recuerdo. Cuando tenía unos 10 años comenzaron sus recuerdos de Chile.

-¿Qué le gustó?
-Lo que más recuerda de esas visitas es que mi papá, que vive en Calbuco, le enseñó a andar a caballo. Nunca se le olvidó eso. También recuerda el campo, el lago, las montañas. De eso hablaba siempre.

-¿Alguna comida que le llamara la atención?
-Nayel come de todo, pero es fanático del arroz. Pero de Chile le gustaron dos cosas: las empanadas y el pebre.

-¿Le gusta algún equipo chileno?
"Conoce poco", acota su tío Patricio: "Nosotros tampoco somos muy fanáticos y por eso no hemos influido en él. Mis papás estudiaron en la Católica y son simpatizantes de ese equipo. Yo soy más colocolino, pero no fanático. Me gustaría verlo jugar algún día ahí, pero no es algo que me quite el sueño".

-Michelle, ¿fue fácil o fue un tema familiar que Nayel optara por ser futbolista?
-La verdad es que nosotros lo apoyamos, pero siempre con mi esposo le dijimos que tenía que terminar el colegio. Y cumplió.

-¿No esperaban que fuera mejor a la universidad, como ustedes?
-Por supuesto que es algo que pensábamos para nuestros hijos. De hecho, Yassine Elías está a punto de recibirse como ingeniero civil. Nayel quería jugar, pero también entrar a la universidad para estudiar veterinaria.

-¿Se arrepintió?
-No lo dejaron. Es decir, fue a consultar y el decano de la universidad le dijo que era incompatible ser deportista de alta competencia y estudiar para ser médico veterinario. Y la verdad es que es cierto. Tal vez en el futuro Nayel opte por entrar a estudiar porque le encantan los animales.
 
-¿Tiene muchas mascotas?
-Solo un hámster, porque yo me he negado sistemáticamente siempre a tener un perro en la casa. Ya lo tendrá algún día.

-¿Ve a su hijo disfrutando de su vida de futbolista?
-Mucho. Como mamá siento felicidad de ver que él está haciendo algo que realmente le gusta y lo apasiona. No sé hasta dónde llegará en su carrera, pero Io veo contento, con ganas de triunfar. Ahora en la Selección chilena, que ya considera que es la suya. ¿Qué más puedo pedir como mamá?

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